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Central de Balances

La crisis internacional provoca una caída del 3,7% en los beneficios empresariales

El Banco de España afirma que las empresas españolas 'solventaron la situación recesiva coyuntural con mayor fortaleza que en ocasiones precedentes', lo que le permite vaticinar una rápida recuperación de sus niveles anteriores de crecimiento en cuanto se despejen las incertidumbres económicas. El banco central realiza este pronóstico en su informe trimestral sobre los resultados de empresas no financieras, incluido en el boletín del banco estatal publicado ayer.

La encuesta de la Central de Balances, que recopila información del cuarto trimestre de 2001 de 758 grandes empresas que suman un 14,2% del PIB, apuntan a un impacto moderado de la crisis internacional en las empresas españolas.

En opinión de la entidad, circunstancias externas como los atentados terroristas y la recesión en Estados Unidos, así como la crisis argentina, no han deteriorado la actividad en España -sólo estarían retrasando las expectativas de recuperación- aunque sí hayan dañado las cuentas de resultados de sus grandes empresas.

El beneficio neto de las empresas cayó un 3,7% en el año, un dato atribuido a 'factores muy volátiles de carácter atípico y extraordinario'. De acuerdo con el informe, el descenso no se debe a una menor actividad productiva, sino a amortizaciones y provisiones de explotación, minusvalías y resultados extraordinarios.

El resultado económico bruto (equivalente al ebitda o beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y depreciaciones) se mantuvo en tasas positivas, del 3,7%, pero muy por debajo del 9,9% del año anterior. El resultado ordinario neto se reduce en menor medida, del 10,7% registrado un año antes al 7,4% al cierre de 2001, un dato en el que influyen las menores dotaciones para amortización por parte de las eléctricas tras la reforma del cálculo de los costes de transición a la competencia (CTC).

Los gastos financieros aumentaron a un ritmo elevado, el 17%, debido a un mayor endeudamiento a finales del 2000 para financiar la entrada en nuevos mercados y, en especial, las licencias de telefonía móvil UMTS adquiridas en Europa por Telefónica.

El ratio de endeudamiento se elevó en el año del 45,6% al 49,8% del pasivo, si bien el apalancamiento se mantuvo en el 2,9% del año anterior, lo que según el instituto monetario demuestra que la rentabilidad de la inversión supera los costes financieros.

Aumentaron también los gastos de personal, un 4,5%, debido a la presión de los trabajadores por recuperar poder adquisitivo tras el repunte de la inflación.

El Banco de España concluye que las empresas lograron generar suficientes excedentes para mantener 'unos altos niveles de rentabilidad ordinaria' pese al entorno adverso.

Más empleo fijo

En este contexto se mantuvo la creación de empleo, aunque a un ritmo más lento: el 0,9% frente al 2,2% en 2000. Los contratos fijos aumentaron en mayor medida, un 1,1%, lo que el banco atribuye a los efectos de la última reforma laboral. Sin embargo, un 41% de las empresas recortó puestos de trabajo, cinco puntos más que hace un año.

Pese al tono por lo general optimista del informe de la institución que dirige Jaime Caruana, algunos datos revelan con más rotundidad la debilidad de la economía en 2001. El valor de la producción detuvo en seco su crecimiento, desde el 17,2% registrado en el cuarto trimestre de 2000 respecto a un año antes al 1,3% del último trimestre de 2001. El aumento del importe neto de la cifra de negocio se redujo del 22,3% al 2,5%; los recursos generados se ralentizaron del 11,7% al 3% y el valor añadido bruto (VAB) sólo creció un 4,1%, frente al 7,9% registrado un año antes.

Los sectores que evolucionaron peor el pasado año fueron la energía y la industria, con caídas del 7,3% y el 3,3% en su valor añadido bruto. En el caso de la energía se acusaron las bajadas del precio del crudo y la rebaja de la tarifa eléctrica.

El retroceso del sector industrial se debe a una menor demanda exterior e inversión en bienes de equipo. El empleo cayó un 1,1% en el sector. Los excedentes experimentaron una 'importante contracción' tras una desaceleración que se 'agudizaba a medida que avanzaba el año', dice el informe.

Pese a todo, el Banco de España observa 'indicios' de que la actividad industrial 'ha frenado su pérdida de dinamismo'. A ello ayudaría la recuperación de la confianza empresarial que se detecta en los primeros meses de 2002.

El informe pide que se vinculen los salarios con los resultados

 

 

 

 

En un informe muy alejado del dramatismo, la única advertencia contundente del Banco de España es la referida a la evolución de los sueldos, de los que avisa que tienden al alza desde 1999, 'a pesar del bajo crecimiento de la productividad'.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los costes salariales aumentaron un 3,6% el pasado año y el índice de costes laborales lo hizo un 4,4%. Este ritmo de crecimiento 'tuvo efectos negativos sobre el empleo' el pasado año, según el instituto, a pesar de que no se perdieron puestos de trabajo en el ejercicio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

'La evolución del empleo se vería más favorecida si las revisiones salariales dejan de considerar el IPC como principal criterio de actualización a favor de una mayor vinculación con los resultados de las empresas a medio plazo', se afirma en el boletín del banco central.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Banco de España subraya que las remuneraciones medias crecieron menos (un 3%) en el comercio, el único sector que aumentó sus plantillas, un 6,4%, mientras caía el empleo en industria, transportes y telecomunicaciones, donde hubo más presión salarial y se iniciaron procesos de reestructuración. En el total de empresas que crearon empleo, las remuneraciones aumentaron como media un 3,2%, cuatro décimas menos que en el total. El informe advierte que, en una economía abierta, elevar la retribución al empleo por encima de la productividad 'afecta negativamente a la competitividad exterior y, en definitiva, al empleo'.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La política laboral del Gobierno es aplaudida en varios apartados del informe. 'Las empresas están aprovechando los cambios orientados a potenciar la contratación estable', se afirma. El boletín destaca que incluso en una coyuntura económica desfavorable se ha mantenido un aumento del empleo (un 0,9%) en el año 2001, lo que 'constituye una novedad respecto a situaciones similares en nuestra experiencia histórica'.

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