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Construcción

Los contratistas de obras catalanes cierran el cupo de inmigrantes

La construcción catalana ya no tiene déficit de mano de obra y, por lo tanto, no necesitará nuevos inmigrantes para incorporarse al sector. Así lo reconoce el presidente de la Cámara de Contratistas de Obras de Cataluña (CCOC), Rafael Romero, al presentar su balance de 2001 y las previsiones para 2002.

La construcción en su conjunto crecerá este año un 3%, debido al fuerte aumento (un 15%) que experimentarán las obras de ingeniería civil. Sin embargo, la edificación de viviendas, que concentra la mayor parte del empleo, tendrá un crecimiento cero este año y, en 2003, probablemente decrecerá. En 2001 el subsector de la vivienda creció un 3%; la obra civil, un 13,5%, y toda la construcción, un 5%.

Al finalizar 2001 la población ocupada en el sector era de casi 248.000 personas, un 5,9% más que el año anterior, pero con una tasa de desempleo ligeramente superior al ejercicio anterior (un 6,6% frente a un 5,6% de 2000), debido al incremento de la población activa.

Romero considera que el empleo continuará su ralentización y que se producirá un trasvase de mano de obra del sector de la edificación a la ingeniería civil, que concentrará una actividad superior a la que generaron las obras olímpicas en la década de los noventa. El tren de alta velocidad, la ampliación del puerto y la construcción de la tercera pista de El Prat, así como las obras de la línea 9 del metro, son los principales proyectos que explican el crecimiento del 67% que experimentó la licitación oficial en 2001. Los proyectos de la Generalitat, en concreto, aumentaron un 135%; los de las corporaciones locales, un 77%, y los de la Administración central, un 14%.

Contingente

Las previsiones de la cámara ponen en entredicho la fiabilidad de las estimaciones que hace apenas tres meses formularon las patronales e incluso el Gobierno catalán. Fomento del Trabajo (que integra a la CCOC) cifró en 33.000 trabajadores inmigrantes las necesidades de mano de obra de Cataluña para 2002. De estos, 18.500 correspondían a trabajadores de la construcción para la provincia de Barcelona.

Ante la polémica que generaron estas previsiones, la CCOC optó por guardar silencio y esperar al resultado de las negociaciones entre los agentes sociales. Finalmente la Generalitat presentó al Gobierno una propuesta de contingente de 14.000 trabajadores para Cataluña, de los cuales 3.000 irían a parar a la construcción. El Ejecutivo central hizo caso omiso de estas propuestas y fijó un cupo de 4.000 personas para toda la comunidad.

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