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Greenspan mantiene tipos tras una imprevista subida del PIB del 0,2%

La Reserva Federal de Estados Unidos mantuvo ayer sin cambios los tipos de interés oficiales, ajustándose con ello a la previsión de la mayoría de los analistas. La decisión fue adoptada horas más tarde de que se anunciara un inesperado aumento del 0,2% en el dato de PIB correspondiente al último trimestre de 2001. Así y todo, el banco central avisó que la economía sigue amenazada de 'debilidad'.

El banco central estadounidense decidió mantener los tipos de interés oficiales en el 1,75% (el nivel más bajo en 40 años), tal y como quedaron tras el undécimo recorte consecutivo aprobado el pasado mes de diciembre. La tasa de descuento también se mantuvo sin cambios en el 1,25%.

Según el comunicado de la Reserva Federal, y en sintonía con lo que su presidente, Alan Greenspan, explicó recientemente en el Senado, 'los signos de debilidad de la demanda se están amainando y cada vez es más evidente que la actividad económica se está empezando a afianzar'.

Perspectiva prometedora

Los gobernadores del banco central estadounidense aseguran que las perspectivas de una recuperación son ahora 'mucho más prometedoras'. Sin embargo, el banco mantiene la cautela y afirma que 'el grado de cualquier reforzamiento de la inversión empresarial y el gasto de los hogares es aún incierto'.

La Reserva Federal deja por ello abierta la puerta a la posibilidad de volver a bajar los tipos de interés, anotando en su comunicado oficial que 'la balanza de riesgos (para la economía estadounidense) se inclina principalmente hacia condiciones de mayor debilidad económica en el futuro previsible'.

Pese a los temores del departamento de Greenspan, los datos económicos conocidos ayer sí que depararon una agradable sorpresa. Y es que la fortaleza de la demanda privada y el aumento del gasto público han posibilitado que en el último trimestre de 2001 el PIB haya crecido un 0,2%.

El indicador superó con creces las previsiones de la mayoría de los analistas, que auguraban un declive cercano al 1,1%.

El dato cobra mayor relevancia al compararlo con el trimestre anterior, un periodo en el que el PIB estadounidense se contrajo un 1,3%, según datos del departamento de Comercio.

El deflactor de precios del PIB cayó un 0,3% en el trimestre, lo que supone la mayor bajada desde el año 1952. Este descenso se produce tras una subida del 2,2% en el trimestre anterior. Según estas cifras, el consumo privado aumentó un 5,4%, mayoritariamente impulsado por las ventas de coches, y el del Gobierno se incrementó un 9,2% debido, sobre todo, al aumento de los gastos militares que ha aumentado tres veces en el trimestre ya cerrado.

Así las cosas, el nivel de existencias ha caído rápidamente y algunas empresas, como General Motors y Ford, ya han dicho que tras meses de rebaja de producción la están aumentando en 2002.

Por lo que se refiere a las cifras del año, 2001 se cierra con una expansión económica del 1,1%, la evolución más pobre desde 1991, cuando acabó la anterior recesión.

Algunos analistas han empezado ya ha hablar del fin de este actual periodo que comenzó en marzo de 2001, aunque es una anticipación técnica. 'El último trimestre de 2001 marca el fin de la recesión porque la economía da muestras de estar en el camino del crecimiento de nuevo', comentaba Sung Won Sohn, economista de Wells Fargo. Bruce Steinberg, analista jefe de Merrill Lynch, consideraba ayer que con estas cifras en la mano se puede esperar un 'modesto crecimiento en el trimestre actual para llegar al 5% en el segundo semestre'. Este analista se alinea con los que esperan que los tipos remonten a finales de verano.

Las propuestas de Bush

Estos datos se hacen públicos un día después de que el presidente estadounidense, George Bush, insistiera el martes en la necesidad de poner en marcha medidas de estímulo económico.

El presidente aprovechó su primer discurso sobre el estado de la Unión para pedir que se conviertan en permanentes los recortes fiscales previstos para 10 años que fueron aprobados por el Congreso en 2001.

Los demócratas, que apoyaron puestos en pie y aplaudiendo el discurso del presidente, permanecieron sentados y en silencio cuando llegó a este punto.

Para el Partido Demócrata, cualquier propuesta de rebaja fiscal 'nace muerta'. Greenspan también dijo hace poco que no veía la utilidad de estas medidas.

Bush también aprovechó el discurso para pedir un fuerte aumento del gasto militar. Según el presidente estadounidense, en épocas de crisis bélicas el Presupuesto debe ser deficitario, y fundamentó el incremento de casi 50.000 millones de dólares (58.000 millones de euros) para el Pentágono en la guerra contra el terrorismo que, según sus palabras, 'no ha hecho más que empezar'.

Ayer, tras conocerse el aumento del PIB, Bush emitió un comunicado en el que calificó el indicador de 'positivo' pero avisó que 'no podemos dar por descontado el crecimiento y la generación de empleos'. En aras de 'los trabajadores estadounidenses, añadió, hago un llamamiento al Congreso para que apruebe el paquete de seguridad económica que protegerá nuestros empleos y nuestra prosperidad'.

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