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Construcción

Bergareche abandona el cargo de consejero delegado de Ferrovial

Relevo en la dirección de Ferrovial. Santiago Bergareche abandona el cargo de consejero delegado del grupo. Su puesto será ocupado por Joaquín Ayuso, actual responsable del área de construcción.

El tándem formado por Rafael del Pino Calvo Sotelo y Santiago Bergareche, artífices de la nueva Ferrovial, se rompe. Bergareche ha decidido abandonar su cargo de consejero delegado y responsable del día a a día del grupo, tras llegar a un pleno acuerdo con el presidente, Rafael del Pino.

La decisión fue comunicada ayer al consejo de administración y a la comisión ejecutiva del grupo, que también dieron el visto bueno a la designación de Joaquín Ayuso como director general del grupo. Este nombramiento es sólo un paso previo a su designación como consejero delegado, que tendrá lugar el próximo mes de marzo, coincidiendo con la celebración de la junta de accionistas del grupo.

Un vez oficializado el relevo, Rafael del Pino recordó que Bergareche se incorporó a Ferrovial en el año 1995 para presidir Agroman, desgranó las diversas operaciones en las que ha intervenido, dijo que el ya ex consejero delegado del grupo abandona el puesto 'por motivos personales y con absoluto acuerdo entre los dos' y lamentó 'la pérdida de un colaborador extraordinario'.

Bergareche explicó: 'Tras una carrera tan dilatada, he creído que había llegado el momento de prestar una mayor atención a asuntos particulares que tenía algo desatendidos'. Y resaltó: 'Durante estos años he colaborado muy estrechamente con el presidente'.

La decisión de Bergareche no significa que concluya su relación con Ferrovial. Permanece en el consejo como independiente y ha sido designado vicepresidente del grupo.

Una gestión activa

Santiago Bergareche se incorporó al grupo en abril de 1995 como presidente de Agroman y en febrero de 1999 fue nombrado consejero delegado de Ferrovial.

El hasta ahora hombre fuerte de la empresa ha tomado parte en importantes decisiones como la salida a Bolsa del grupo o el relevo generacional en la presidencia de Ferrovial y ha sido el artífice de las compras de participaciones en la polaca Budimex y en la sociedad especializada en conservación integral de carreteras, Grupisa.

Entre los contratos conseguidos por Ferrovial durante la etapa de gestión de Bergareche destacan la adjudicación de la autopista radial de Madrid R-4 Madrid-Ocaña y del contrato de gestión del aeropuerto de Bristol, durante 2000.

Otra de las características de la nueva gestión de Ferrovial ha sido impulsar el negocio inmobiliario, con ingeniosas novedades como la firma de un acuerdo con El Corte Inglés para vender pisos en sus centros comerciales.

La guinda a su gestión ha sido la reciente entrada de la australiana Macquarie en el área de autopistas de su filial de concesiones Cintra. Apostar por las concesiones ha sido otra de las decisiones impulsadas por Bergareche.

Su sucesor, Joaquín Ayuso, de 46 años, de edad e ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, entró a formar parte del grupo en 1982. Hasta ahora, desempeñaba la máxima responsabilidad en Ferrovial Agroman, compañía cabecera del negocio de construcción del grupo.

Tras ocupar diversos cargos de responsabilidad en el área de construcción, en 1992 fue nombrado director general de Construcción, cargo desde el que llevó a cabo con éxito el proceso de fusión entre esta división de Ferrovial con Agroman.

Ayuso, que aún no ha decidido quién le sustituirá al frente del negocio de construcción, se enfrenta al reto de mantener el fuerte ritmo de crecimiento del grupo Ferrovial en los últimos años. Y en un sector en el que aún está pendiente una nueva reestructuración, vía fusiones o adquisiciones.

Un directivo curtido en mil batallas

 

Santiago Bergareche es un ejemplo de ejecutivo polivalente con experiencia en duras batallas empresariales. Nacido en Bilbao hace 56 años, se formó en esa cuna de directivos que es la Comercial de Deusto. Rápidamente entró en contacto con el mundo bancario. En concreto, con el mítico Vizcaya de Pedro Toledo. Uno de sus primeros destinos fue la sucursal de la entidad en Nueva York. Posteriormente, se encargó de abrir la oficina del banco en Londres. Ya de vuelta a España se encargó, entre otras cosas, de reordenar las participaciones inmobiliarias del banco. Las agrupó y creó Metrovacesa, aunque en ningún momento perdió responsabilidades en el área financiera. Vivió la fusión con el Banco Bilbao en primera línea de fuego, como director general del Vizcaya. Fue uno de los últimos uves que abandonó el BBV, tras la huida de sus compañeros a Banesto. Finalmente, fue fichado por Ferrovial, donde ha jugado un papel clave en la transformación del grupo controlado por la familia Del Pino.

 

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