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Los accionistas de Auna pretenden dar entrada a un socio tecnológico

Los principales accionistas de Auna, dos eléctricas y un banco, no han renunciado a tener un socio tecnológico en el segundo operador de telecomunicaciones de España. A pesar de las reiteradas declaraciones de los gestores sobre la futilidad de la presencia de Telecom Italia, lo cierto es que pretenden sustituir a la empresa transalpina por otra multinacional del sector. Paralelamente a estas conversaciones, se ultima la salida de Telecom Italia.

La salida de Telecom Italia puede no ser el último movimiento accionarial a medio plazo. Endesa, Unión Fenosa y el banco Santander Central Hispano (SCH) no han descartado la entrada de un socio tecnológico que venga a reemplazar a la operadora italiana. La posible entrada de este grupo, que algunos medios consideran que será France Télécom, daría más credibilidad al proyecto de Auna como alternativa global a Telefónica y acallaría en parte las interpretaciones de analistas, que apuntan a que el objetivo del Santander es vender para obtener plusvalías.

La intención de alguno de los socios es ofrecer al posible tecnólogo el paquete que se negoció aparcar en el banco ING. Esta intención, sin embargo, dificulta, y mucho, la entrada de un grupo de peso, con tendencia a querer ejercer el mando allí donde operan y a tener capacidad para tomar decisiones estratégicas sobre la composición y las inversiones del grupo. Fuentes del sector consideran casi inviable que alguna de las grandes operadoras, France Télécom o Deutsche Telekom, estén dispuestas a asumir las reglas del banco, Endesa y Fenosa.

Conscientes de este hecho, se está imponiendo la tesis de ofrecer una participación elevada, lo que supondrá que SCH, Endesa y Unión Fenosa reduzcan su presencia en el conglomerado.

Mientras tanto, los accionistas de Auna siguen negociando la salida de Telecom Italia, una operación que ya está muy cerca de concretarse. En las últimas reuniones se ha avanzado en perfilar el precio de la transacción y el papel de ING, que no tendrá capacidad para disponer de las acciones y al que se le da un papel de depositario temporal.

En este escenario, el consejo de administración celebrado ayer fue de puro trámite.- Telecom Italia cuenta todavía con sus consejeros y con su participación accionarial, así que los planes para el traspaso de poderes, de acciones y el cambio de la composición del máximo órgano- administrativo del grupo de telecomunicaciones no pudieron llevarse a cabo.

Sin ningún cambio que debatir, el consejo se centró en el estudio de la trayectoria de Auna y de sus filiales en los últimos meses, ahora que se acerca el cierre del ejercicio. Previamente a esta cita, la comisión ejecutiva estudió el plan estratégico del grupo de telecomunicaciones para el próximo lustro, un documento que supone la revisión de los proyectos y de la salud financiera de todas y cada una de las filiales.

Los ejecutivos, sin embargo, no consiguieron llegar a ningún acuerdo y tuvieron que posponer las decisiones hasta una próxima reunión convocada para el día 27. El plan estratégico fue diseñado con Telecom Italia como uno de los impulsores, de forma que su salida puede suponer importantes cambios.

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