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Los socios españoles asumen el 27% de Telecom Italia en Auna

Tras el fracaso de Endesa, Fenosa y el Santander en su intento de convencer a Telecom Italia para que no abandonase Auna, los socios españoles de la operadora tendrán que asumir la participación que deja el grupo transalpino. Se trata de una solución que cuenta con el apoyo del Gobierno de Aznar, que tampoco logró mantener la presencia italiana, a pesar de que recurrió a las buenas relaciones que mantiene con el presidente Silvio Berlusconi.

El banco Santander Central Hispano ha asumido el protagonismo en la operación de sustitución de Telecom Italia en Auna, que tenía hondamente preocupados al Gobierno de Aznar y a los socios españoles de la empresa de telecomunicaciones destinada a competir con Telefónica.

La operadora italiana ultima la venta a Santander, Endesa y Fenosa de su 26,86% por un importe de 2.000 millones de euros (332.772 millones de pesetas), lo que supone valorar el 100% de Auna en 7.446 millones de euros (1,24 billones de pesetas).

El precio conseguido por Telecom Italia es todo un logro para los italianos. En plena crisis de las telecomunicaciones, la operadora transalpina consigue una oferta que ninguna compañía ajena a Auna hubiera puesto sobre la mesa. Hay que recordar que Airtel se valoró en 1,65 billones de pesetas cuando Vodafone compró su parte a BT y ello a pesar de que esta transacción se produjo antes de que la recesión fuera declarada oficialmente.

Los pactos entre accionistas no han supuesto ningún inconveniente en este caso. Según los acuerdos firmados, los socios tienen derecho preferente de compra sobre cualquier participación en venta de Auna a un precio un 50% inferior al de una oferta externa. Dado que parece poco probable que nadie esté dispuesto a pagar 2,48 billones de pesetas por el grupo de telecomunicaciones, la relación contractual de Telecom Italia con sus socios no ha interferido en la operación.

Con el preacuerdo alcanzado, el banco que preside Emilio Botín tomará en torno a un 12% adicional al cerca del 11% que tiene en la actualidad y que ha ido aflorando durante el último año. Por su parte, Endesa se mantiene como primer accionista nominal, y subirá su participación desde el 28% a cerca del 31%. Fenosa tomará algo menos de un 3% y elevará su paquete accionarial del 17% a los alrededores del 20%.

En la operación también interviene una entidad financiera internacional, ING, que ha actuado en las operaciones de aparcamiento de las participaciones del Santander en Auna. ING tomará un 9%, mientras que Endesa y Fenosa suscribirán una opción de compra sobre este paquete que deberá hacerse efectiva en el plazo de un año.

Los analistas estiman que el papel que adquiere el banco que preside Emilio Botín con esta transacción será determinante en el futuro de Auna, dado que el Santander es además el accionista mayoritario de Unión Fenosa.

Con la salida de Telecom Italia, el segundo operador de telecomunicaciones se queda sin socio tecnológico, circunstancia que ahora no es valorada negativamente por su equipo directivo, aunque será un caso excepcional en el panorama del sector en Europa. El abandono también allana el camino a la rumoreada fusión entre Telefónica Móviles y Telecom Italia Mobile, una operación de la que se ha hablado mucho en los últimos tiempos, pero que presenta un inconveniente; las dos compañías tienen presencia en prácticamente los mismos países, así que las redundancias superan la complementariedad.

Una vez que sea culminada la operación de salida de Telecom Italia, los socios españoles tienen que enfrentarse al problema de la financiación del plan estratégico de la operadora. El pasado día 8 de noviembre el consejo de Auna aprobó una ampliación de capital por 720 millones de euros (120.000 millones de pesetas). Este acuerdo fue ratificado en junta de accionistas. En ambos casos, Telecom Italia dio su aprobación. Queda por determinar quiénes desembolsarán la ampliación. Todo apunta a que Telecom Italia no estará entre ellos y que el precio que pagarán los socios españoles ya contempla esta posibilidad.

El grupo Auna tiene ya asegurada la financiación de una de sus principales actividades: la telefonía móvil. Amena ha conseguido un crédito sindicado por 398.000 millones de pesetas, a los que hay que sumar otros 105.000 millones de un crédito puente apoyado por los suministradores de su red de señales UMTS, Ericsson y Siemens.

Las dificultades surgidas para conseguir la financiación del resto de las líneas de negocio, Retevisión, Auna Cable y Eresmas, obligaron a adelantar la ampliación de capital antes citada, que estaba prevista para el primer trimestre del ejercicio próximo.

La dirección de Auna ha convocado para el próximo día 14 una reunión en la que se estudiará la actualización del plan estratégico de la compañía para el quinquenio 2002-2006. En este encuentro tendrán que determinarse las necesidades de financiación adicionales, que se estiman en 400.000 millones de pesetas, y que deberán conseguirse mediante la articulación de una segundo crédito sindicado en el comienzo de 2002.

La crisis entre los socios de Auna saltó el pasado octubre, cuando el nuevo hombre fuerte de la operadora transalpina, Marco Tronchetti, hizo unas manifestaciones en las que señalaba que Telecom Italia podría vender su participación. Fue un cambio de rumbo directamente relacionado con la entrada de Pirelli y Benetton en el capital de Telecom Italia y con la determinación de sus nuevos responsables de recortar el endeudamiento. Telecom Italia condicionó su permanencia a una drástica reducción de las participaciones de Auna, de la que prácticamente sólo salvaba a la filial de telefonía móvil Amena.

 

El líder eléctrico español y el banco ampliarán vínculos

El acuerdo para el reparto del capital de Auna cuenta con una vertiente de similar trascendencia en el negocio eléctrico, según medios del sector. Se trataría de la toma en Endesa de una participación significativa por parte de la entidad financiera que preside Emilio Botín. Una determinación que chocaría con su actual situación como primer socio de Fenosa, con más de un 10%, ya que la actual normativa no permite a un socio tener presencia con derechos políticos en dos grandes operadores energéticos. Y, así, los mismos medios añaden que el banco puede optar por salirse de Fenosa o por promover una fusión entre ambas eléctricas.

Esta última posibilidad tiene en su contra los negativos antecedentes, ya sea el intento de Fenosa de adquirir Cantábrico o la fusión de Endesa e Iberdrola, que se enfrentaron la primera con la oposición del Gobierno y la segunda con unas duras condiciones.

Pero la situación actual no es la misma que la de hace sólo un año, según subrayan estos medios. En el mercado eléctrico español ya ha entrado otro operador, la italiana Enel, con la venta de Viesgo por parte de Endesa, por lo que no se reduciría el número actual de empresas. Además, el Ejecutivo se ha visto empujado a permitir la toma de sus derechos políticos en Cantábrico no sólo a Electricidad de Portugal (EDP), participada por el Estado de su país, sino a la temida Electricité de France (EDF), a través de la alemana EnBW, por lo que las empresas españolas preparan nuevos argumentos en favor de posibles consolidaciones. Adicionalmente, el SCH con el acuerdo para subir su participación en Auna ha hecho un innegable favor al Gobierno.

Los mismos medios también sopesan el papel que podría tener la petrolera Cepsa en esa operación, aunque en ese caso la clave la sigue teniendo la francesa TotalFina Elf, que controla el 44% de las acciones.

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