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La Fiscalía de Düsseldorf investiga al ex presidente de Mannesmann, Esser

La Fiscalía de Düsseldorf, donde durante más de un siglo tuvo su sede la ya extinta Mannesmann, confirmó ayer la apertura de una investigación contra el ex presidente del grupo industrial y de telecomunicaciones alemán, Klaus Esser.

El fiscal jefe, Thomas Harden, señaló que existe una "sospecha inicial" de que la promesa de millonarias indemnizaciones llevara al equipo directivo de Mannesmann a desistir de su rechazo a la OPA hostil formulada en su contra por parte de la operadora de telefonía móvil británica Vodafone AirTouch, entre noviembre de 1999 y febrero de 2000.

Tras un duro tira y afloja, el 3 de febrero del año pasado, Esser dio a conocer que había llegado a un acuerdo para pasar el control de la compañía a Vodafone, la operadora encabezada por Chris Gent. Previamente, el 30 de enero, el grupo francés Vivendi -con el que Esser mantenía negociaciones- había cambiado de bando para respaldar a Gent. Además, la mayoría de los accionistas parecía decidida a aceptar la oferta británica de 53,7 acciones de Vodafone por una propia (lo que, a la postre, supuso cerca de 32 billones de pesetas como precio de compra).

La claudicación de Esser, sin embargo, no sólo obedeció a esta derrota empresarial, sino también a las suculentas indemnizaciones que le habían sido prometidas a él y sus colegas, según creen los dos abogados alemanes que han interpuesto la demanda. Esser, de acuerdo a este recuento de los hechos, habría buscado activamente la ruptura de las negociaciones con Vivendi.

Según informaciones del semanario Der Spiegel, entre la concesión de la derrota y la decisión del consejo de vigilancia del grupo alemán de conceder a Esser un total de 60 millones de marcos, 5,1 millardos de pesetas en salarios y bonificaciones, sólo mediaron unas cuantas horas. Un total de 32 millones de marcos adicionales fueron destinados en los próximos días y semanas a otros miembros del equipo directivo, siempre según el semanario.

El abogado de Esser negó ayer enérgicamente las acusaciones. La Fiscalía de Düsseldorf ya había desestimado el caso una vez, pero ha sido obligada a reabrir el expediente por orden de los fiscales jefes.

Por su parte, otro directivo alemán que enfrenta una investigación judicial es el presidente de Deutsche Telekom, Ron Sommer, según se confirmó ayer. Sommer es acusado de ocultar a sus accionistas una equivocada valoración de las propiedades y los bienes inmuebles de su compañía.

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