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Tribuna
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Lo que todos podemos hacer por las pensiones

La corresponsabilidad no puede ser un concepto general sino un factor de autoanálisis y asignación de tareas

Manuel Casamayón

No se trata de esperar impasible con un test de satisfacción en la mano a que las cosas salgan rodadas con los ojos puestos en la predecible respuesta de un Estado paternalista. Se trata de algo más, mucho más valioso y eficiente. Se trata de contribuir, de aportar cada uno en la medida que pueda y deba, y de asumir con responsabilidad. Cuando ponemos el foco en el sujeto responsable, tendemos a mirar a izquierda y derecha esperando que alguien se de por aludido, pero la palabra clave de estas líneas es corresponsabilidad.

Me estoy refiriendo a la corresponsabilidad en la esfera de las pensiones, que si bien podíamos aplicar a otros tantos asuntos, este es el ámbito en el que lo empleo debido al cargo profesional que ostento. Y es que el sistema público de pensiones es una cuestión que implica a la sociedad entera. La corresponsabilidad se extiende, permítame el matiz, a aquellos aspectos de Estado que no de gobierno, en los que se requiere del hombro de todos ya que de otra manera no es posible avanzar en la misma dirección y porque todos, los que estamos ahora y según las bases que establezcamos también los que vendrán, nos jugamos mucho.

Los datos están sobre la mesa, en los papeles, los informes y en la prensa diaria. La ponderación entre las alarmas ya creadas y los llamamientos a la tranquilidad se descompensan de forma constante. El juego de equilibrios es evidente. Por un lado los titulares perturbadores que rezan que la hucha de las pensiones estará vacía antes de finales de año o que nuestras pensiones se pagan con trabajo teniendo una tasa de paro juvenil, aunque algo mejor que años pasados, superior al 40%. Ello frente a las afirmaciones que tienen un efecto analgésico para los ciudadanos, al poner el énfasis en que las pensiones españolas están garantizas por la Constitución o que contamos con pensiones más elevadas que nunca.

Estoy plenamente convencido de que no estamos haciendo todo lo que debemos, mejor dicho, en lenguaje positivo, de que cada uno puede hacer desde su posición, en la proporción que le corresponda bien como ciudadano, empresa, profesional, administración o interesado, un poco más. Es bien sabido por todos que existen factores íntimamente ligados con el sistema de pensiones que si se encajasen adecuadamente producirían el efecto deseado.

¿De quién es la tarea de generar empleo?; ¿de quién que este sea digno y de calidad?; ¿de quién es el deber de procurar que prime la productividad y se aproveche adecuadamente aquello a lo que llamamos recursos entre los que se encuentran además de los materiales, más significativamente el conocimiento y talento de los jóvenes (no tan jóvenes)? ¿De quién es la tarea de perseguir el fraude, de procurar que todos contribuyamos con parte de nuestro dinero al sostenimiento de nuestro país, pero de manera justa y proporcionada?; ¿de quién es la responsabilidad de proteger a los grupos más vulnerables, de procurar y advertir con tiempo de lo que puede acontecer para tomar, de forma preventiva, las medidas adecuadas? De todos.

¿A quién le corresponde formar e informar en materia financiera y ahorro, y favorecerlo trabajando por y para priorizar la transparencia?; ¿a quién le corresponde perseguir el fraude y el abuso? A todos. ¿Quién cuenta con los medios y herramientas para hacerlo?; ¿quién está legitimado o sirve de altavoz para ello? Todos, aunque en diversa medida.

En el caso de las profesiones, también han de aportar su conocimiento y pericia para proyectar en su entorno el impacto social para el que su actividad profesional está concebida y contribuir así a que los pensionistas dispongan de los medios necesarios para optimizar no solo el percibo de la pensión, sino su disfrute.

Lo cierto es que todos contamos con un papel significativo en este entramado en el que podemos desarrollar bien, de la mejor manera posible, nuestra labor. Tanto profesionales como instituciones. Por tanto, entiendo que la corresponsabilidad no ha de ser tomada como un concepto general sin entidad propia, sino como un factor de autoanálisis que requiere identificar la responsabilidad concreta de cada cual para ser parte integrante e imprescindible en el camino, proyecto o reto de la suma de responsabilidades. La corresponsabilidad.

Jose Antonio Sánchez Lucán es presidente del Consejo General de Colegios de Habilitados de Clases Pasivas.

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