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Moda

Los jóvenes se apuntan al lujo de mercadillo

El 55% de quienes compran falsificaciones en España tienen entre 24 y 34 años, una práctica que deja un agujero en ventas de 4.000 millones

Getty
Javier García Ropero

Al menos un 43% de quienes compran artículos de moda reconoce haber adquirido alguna vez un producto falsificado. Así lo dice un estudio de la consultora Nielsen, encargado por la boutique digital de compra y venta de moda de lujo Vestiaire Collective, que además señala dos particularidades: quienes más incurren en está práctica son, precisamente, los que más dinero se gastan al cabo del año en moda. Y son los jóvenes los que más lo hacen: las personas de entre 25 y 34 años acaparan el 55% de las adquisiciones fraudulentas. Estas, cuando son realizadas de forma voluntaria, alcanzan un precio medio de 33 euros, lejos del valor original de productos elaborados con los mejores estándares de calidad.

Cómo distinguir un bolso de imitación

La responsable en España de Vestiaire Collective, Susana Rodríguez, cifra en un 2% el número de productos falsos que intentan colarse en su plataforma, abierta a 52 países. Cada artículo que llega a ella pasa por un equipo de autenticación y calidad de 20 personas. Victoire Boyer es la responsable de identificar los fakes. “Los principales puntos para distinguir un bolso original de uno falso son, primero, los materiales: la calidad del cuero, si las partes metálicas pesan o brillan demasiado, o si el cierre es difícil de girar, además dela tipografía, el número de serie, el tacto de su superficie, el interior...”.

Las marcas empezaron a introducir sus métodos para distinguir las piezas originales en los ochenta. La etiqueta de un Chanel tiene un holograma y un código que identifica el año de fabricación;y Louis Vuitton utiliza unos números que concuerdan con el código del lugar donde se ha fabricado. Además, a sus bolsos les acompaña un documento de autenticidad.

Unos datos que señalan una cierta normalización en la adquisición de productos elaborados y distribuidos fuera de la legalidad, “detrás de los cuales se encuentra el crimen organizado”, según afirmó hoy el director general de la Asociación para la Defensa de la Marca, Andema, José Antonio Moreno, y que aglutina a cerca de 70 empresas para defender sus derechos de propiedad industrial. Lo hizo en la jornada inaugural de la iniciativa La Maison de Vestiaire Collective, en la que la plataforma digital de origen francés celebra, en el centro de Madrid, una serie de iniciativas y talleres para acercar al público el saber hacer de las grandes marcas de lujo. Allí se celebró una mesa redonda, titulada Say no to fakes, junto a la responsable de Vestiaire Collective en España, Susana Rodríguez, y la directora de comercio y emprendimiento del Ayuntamiento de Madrid, Concha Díaz de Villegas. “En España seguimos teniendo una cultura muy arraigada de comprar falsificaciones”, puso de manifiesto Susana Rodríguez, quien detalló que el 33% de la adquisición de productos falsos ya se hace a través de internet, algo que va directamente ligado con la edad de los compradores: “La mayor parte de las webs no ofrecen una garantía de autenticidad de sus productos”, denunció.

Otro 60% de las compras se llevan a cabo de forma física, donde se incluyen puestos ambulantes, venta callejera y también establecimientos. Según el estudio de Nielsen, solo el 18% de los encuestados dice ser capaz de distinguir entre un producto original y otro falso, y el 39% reconoce haber sido estafado o conoce a alguien que lo ha sido. “La falsificación de artículos de lujo es una de las actividades predilectas del crimen organizado. El 75% de estos productos procede de China, y hasta llegar a España hay toda una red. Después del tráfico de drogas, la falsificación es la actividad que más dinero genera y la que menos pena conlleva”, explicó José Antonio Moreno. El poder tener acceso a un producto aspiracional a un precio bajo, poder presumir y aparentar de poder permitirse comprar una buena marca, es el principal motivo de quien compra productos falsificados. “El consumidor español valora lo exterior y lo efímero. Es una cuestión cultural y educativa”, añadió Moreno.

Ventas y empleo perdidos

“Quien compra voluntariamente artículos fraudulentos está perdiendo, de forma automática, sus derechos como consumidor.Debe respetarse el valor de los intangibles y generar conciencia, sobre todo entre los jóvenes”, afirmó, por su parte, Concha Díaz de Villegas. El director general de Andema puso a Francia como ejemplo de país donde se respeta el valor de lo original, tanto en su legislación, como en sus organizaciones y en su sociedad. “Allí tienen claro que es un fenómeno que hay que combatir. Aquí se presume de haberse ahorrado unos euros en un producto que es más caro”, aseveró Moreno, quien subrayó el hecho de que España suela estar en los puestos más altos de los rankings de consumo de productos falsificados. Según un estudio elaborado por la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, es el segundo país del continente donde más ventas se pierden por culpa de las copias en el sector textil: 4.127 millones al año, solo superado por los 4.548 de Italia, y donde más empleo se deja de crear: 50.000 puestos.

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Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.

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