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Fraude

Las siete claves para controlar el riesgo de fraude en las empresas

Este problema tiene impacto en los márgenes

Felipe Fernández Atela, presidente de Experian España.
Felipe Fernández Atela, presidente de Experian España.

El fraude es un problema muy extendido en las organizaciones. La digitalización y el entorno económico cambiante ha hecho que este problema crezca de manera alarmante. Con las filtraciones de datos, la exposición creciente al fraude ha hecho mella en muchas empresas. De acuerdo con una encuesta realizada por Forrester Consulting a más de 380 directivos de Europa, Oriente Medio y África el 42% de los encuestados de nivel directivo identificaron el fraude como el segundo mayor inhibidor del éxito, detrás de la competencia, aunque por encima de la falta de presupuesto.

Esta encuesta, presentada por Experian, afirma también que los directivos europeos califican al fraude como una “grave amenaza” para el crecimiento empresarial. Debido a ello, estos se plantean cómo hacer frente eficazmente al fraude para que disminuya el impacto en la cuenta de resultados.

España es el país donde más aumentó esta estafa

El mercado donde se registró un mayor incremento de las transacciones fraudulentas, como robo de datos o usurpación de la identidad, fue el español, según las conclusiones de la encuesta de Forrester Consulting a más de 380 directivos en Europa, Oriente Medio y África. El informe señala que un 48% de los españoles encuestados reconoce haber identificado un mayor número de incidencias a lo largo de 2016, el porcentaje más alto de Europa. El segundo mercado sería el italiano, con un porcentaje del 46%.

El 39% de las empresas analizadas han visto aumentadas las pérdidas causadas por actos fraudulentos. Tanto en el caso español como en el italiano esta cifra se eleva al 45%, convirtiéndose en los países donde un mayor número de compañías han sufrido un crecimiento más alto de las pérdidas por fraude.

Al enfrentarse a este problema de erosión de márgenes, los directivos reconocen que necesitan llevar a cabo un cambio en sus organizaciones. “Existe una alta relación entre la prevención del fraude y la experiencia de cliente. Una mala experiencia de cliente, junto con una ineficiente gestión del fraude puede derivar en graves pérdidas para el negocio”, dice Felipe Fernández Atela, presidente de Experian España.

Experian ha identificado siete capacidades organizativas para luchar contra este fenómeno. En primer lugar, el liderazgo del control de riesgo de fraude. “Es vital que los directivos de la organización reconozcan que el control del riesgo de fraude es una cuestión que implica a toda la empresa”, asegura el informe.

Asimismo, la compañía debería crear un comité interdisciplinar de riesgo de fraude con capacidad de actuar en todas las estructuras. También conviene realizar un análisis de la exposición a este problema, que estudie el nivel de pérdidas o los costes de gestión.

Llevar a cabo una optimización de los datos, así como implementar prácticas efectivas para la gestión de riesgos y definir recorridos de cliente. Pero lo más importante es implementar una cultura de control de riesgo de fraude en toda la compañía, mediante un aumento de la eficacia, la identificación temprana de las actividades sospechosas o la mejora de la transparencia.

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