_
_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

España atrae a los inversores

La recuperación de la economía se debe en parte al fuerte impulso del mercado de ‘private equity'

El 2016 ha sido un año difícil para España. Después de dos elecciones y diez meses sin Gobierno, el Partido Popular de centroderecha, encabezado por Mariano Rajoy, pudo finalmente tomar las riendas del poder. A pesar de este tumultuoso contexto político y sin hacer mucho aspaviento, la economía española ha conocido una auténtica expansión. El FMI estima que su crecimiento en 2016 ha sido del 3,1%, convirtiendo a España en la envidia del mundo desarrollado.

La recuperación de su economía desde la profunda recesión financiera de 2008 se debe en parte al fuerte impulso del mercado de private equity. El país registró un récord de 72 acuerdos en esta industria en 2015, por un total de 2.000 millones de dólares, según el servicio de investigación Preqin.

Sin embargo, aunque el número de transacciones alcanzó un máximo histórico, el volumen en dólares fue el más bajo en cinco años, lo que refleja que ahora son las pequeñas y medianas empresas las que invierten en private equity. También son justamente estas compañías las que hoy ofrecen las oportunidades de crecimiento más atractivas.

Los inversores están empezando a prestar atención. En 2015 se obtuvo una cifra récord de 1.270 millones de euros con el cierre de nuevos acuerdos de private equity, según Preqin. Hoy, España cuenta con 25 fondos de capital riesgo que suman 3.600 millones de euros de capital objetivo. Aun así, el mercado es pequeño comparado con su potencial. Esos 3.600 millones representan solo el 0,3% del PIB de España, mientras que los 1.340 billones de dólares de capital objetivo en EE UU corresponden al 7% de su PIB.

"En 2015 se obtuvo una cifra récord de 1.270 millones de euros con el cierre de nuevos acuerdos de 'private equity"

Si tuviera que nombrar qué inversiones de private equity me parecen más prometedoras, encabezarían mi lista aquellas empresas que pueden ser consideradas como disruptivas por sus novedosos productos o su manera de hacer las cosas, y muchas de dichas compañías se ubican en España.

¿Cuáles son? Es más fácil que las empresas de pequeño tamaño, más ágiles, puedan crear disrupción. Aparte de ofrecer mayores perspectivas de crecimiento, suelen ofrecer valoraciones más atractivas que las grandes y a menudo no son tan perseguidas por los principales fondos de inversión.

Los sectores de la economía española donde la disrupción ha florecido incluyen las telecomunicaciones, el transporte, la tecnología médica, la biotecnología, la educación y el sector inmobiliario.

En lo que se refiere a las telecomunicaciones, veo especiales oportunidades en jóvenes empresas cuyos servicios complementan la oferta tradicional de operadores de cable y satélite. En el ámbito de la tecnología médica hay dos factores decisivos en la prestación innovadora de servicios sanitarios: el aumento de los costos de la atención médica y la preocupación por la seguridad del paciente. En ambos casos, la tecnología es clave.

He aquí algunos ejemplos recientes de inversiones de private equity en pequeñas y medianas empresas disruptivas españolas de estas industrias:

-GPF Capital adquirió una participación mayoritaria en la empresa de telecomunicaciones Acuntia, dedicada al diseño, integración y mantenimiento de redes de comunicación.

-Magnum Capital compró una participación en el capital de Orliman, fabricante y distribuidor de dispositivos ortopédicos no invasivos para las extremidades y el torso.

En España hay incontables empresas similarmente disruptivas de industrias en crecimiento. Además, se combinan en este país dos hechos propicios: muchas de estas compañías están deseando contar con un capital que la prolongada recesión ha hecho difícil circular y si se compara con EE UU, entre las empresas españolas de private equity la competencia es reducida. Si a ello añadimos el hecho de que España cuenta con una población de casi 50 millones de habitantes con un buen nivel educativo, que su PIB de 1,4 billones de dólares es el cuarto más grande de Europa y que alberga algunas de las mejores escuelas de negocios del mundo, nos encontramos con un campo de juego atractivo para el private equity.

Ed Morata es socio y cofundador de Eneas Alternative Investments.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_