Narbona arremete contra el cambio para ampliar la vida de las nucleares
La consejera socialista del CSN publica su voto particular en contra de la reapertura de Garoña y los cambios en la regulación que deja manos libres al Gobierno para ampliar la vida de las centrales
El voto particular con que argumenta su rechazo al informe favorable a la renovación de la autorización de explotación del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) de la central de Santa María de Garoña, la consejera Cristina Narbona, esta considera injustificada dicha decisión "a la vista de que la planta no podrá cargar combustible ni operar a potencia antes de cumplir las severas condiciones impuestas por el Consejo", muchas de ellas se le habían requerido "como condición previa a dicho informe".
Narbona critica el cambio estructural que se ha introducido "en la práctica regulatoria vigente desde 1999, que vincula las revisiones periódicas de seguridad decenales con el periodo máximo [de 10 años] de renovación de las autorizaciones de explotación que podía conceder el ministerio", tal como reconoce la Ghía de seguridad 1-10. Esta modificación es la que llevaría a partir de ahora al resto del parque atómico a poder funcionar más allá de los 40 años con la autorización del Ministerio de Energía.
En su voto señala que, por primera vez desde 1999, el CSN informa favorablemente una renovación sin fijar un plazo de vigencia de dicha renovación. La relación entre las revisiones decenales y las autorizaciones administrativas que da el Gobierno es, según la consejera nombrada a propuesta del PSOE, "es una buena práctica reconocida por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Dado que Nuclenor solicitó en 2014 la renovación para Garoña por 17 años, "algo inédito en la historia de la seguridad nuclear española (..) esta consejera ha insistido, en numerosas ocasiones, en la necesidad de que el pleno debatiese las razones técnicas para aceptar, en su caso, una solicitud que supondría modificar una buena práctica en materia de seguridad nuclear y radiológica muy consolidada en España".
Narbona recuerda que en el pleno de 30 de noviembre de 2013 en la que se debatió el borrado con la revisión de la citada Guía de Seguridad, figura la petición expresa de Unesa para eliminar dicho vínculo entre la revisión del CSN y a autorización administrativa del ministerio. La patronal eléctrica argumentaba, que "podría no ser coherente con el proceso actualmente en curso de la autorización de explotación de la central nuclear de Garoña", para la que sus propietarias (Endesa en Iberdrola, a través de Nuclenor) habían pedido licencia hasta 2031.
Además, subraya que en el momento de aprobarse el dictamen favorable a la continuidad de Garoña "ni siquiera se ha llegado aún a aprobar por el CSN la citada actualización de la Guía de seguridad", por lo que está vigente la versión actual, "lo cual ni se ha tenido en cuenta".
Otra de las razones de su rechazo es que Nuclenor no ha cumplido con los requisitos adicionales que se le impusieron para la autorización, pese a que se le reiteraron por escrito en abril de 2015. hasta el propio presidente del organismo, Fernando Marti, en su comparecencia ante el Congreso en octubre pasado, lo consideró "una condición sine qua non para la emisión del informe preceptivo del Consejo". Se trata, recuerda Cristina Narbona, importantes modificaciones de diseño sobre sistema de tratamiento de gases de reserva (SBGT); aislamiento de contención y pruebas de fuga; independencia de sistemas eléctricos y protección contra incendios.
El que el CSN tenga la obligación legal de informar en tiempo y forma la solicitud de Garoña, como se alega en el dictamen, "no prejuzga el sentido de la resolución", que en este caso, ha sido positiva. Y recuerda que la central burgalesa no ha adoptado "ni las mejoras de seguridad derivadas de las lecciones aprendidas del accidente de Fukushima", que han implantado en buena medida el resto de las centrales españolas.
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