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Consumo de energía

Medidas para limitar el gasto en electricidad

Conocer las cargas que incluye la factura o el tipo de contrato suscrito, entre las soluciones para ahorrar

Contadores eléctricos de un edificio residencial de Barcelona.
Contadores eléctricos de un edificio residencial de Barcelona.Reuters
Denisse Cepeda Minaya

Enero está siendo un mes de máximos en el precio de la electricidad, los más elevados desde diciembre de 2013. La semana pasada, en concreto el viernes día 20, alcanzó una media de 88 euros por megavatio/hora, con picos sobre los 90 euros en la franja entre las 20.00 y las 21.00 horas por la mayor demanda invernal, según el Operador del Mercado Ibérico (OMIE). Lo que se suma, entre otras causas, al menor aporte renovable (eólica e hidráulica) por la ausencia de viento y lluvia, el incremento del valor del gas, el carbón y la venta de energía a Francia tras la parada de sus centrales nucleares.

Pero en esta temporada de alzas consecutivas, que puede ser de 100 euros este año, según los cálculos del ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, ¿cómo puede reducir el consumidor su factura para que le afecte lo menos posible a su bolsillo?

Con solo reducir un kilovatio/hora de potencia se puede ahorrar de media 55 euros al año; lo ideal es tener 4 kilovatios

Lo primero es entender el recibo, que recoge, además de su consumo diario, costes fijos, tributarios y de peajes. “El usuario debe conocer la regla de la mano izquierda, que dice que toda factura eléctrica o de gas tiene cinco dedos, igual que la mano”, ilustra José Luis Sancha, profesor de Comillas ICAI y autor de Presume de entender (a fondo) las facturas de la luz y del gas.

El primero, el dedo gordo –explica Sancha–, es el coste fijo, independientemente de si consume o no energía. El segundo es el propio gasto por el uso de la electricidad. Así, la cantidad de kilovatios/hora que se refleje en su contador se multiplica por el precio de la energía que establezca el mercado.

El tercer dedo es el importe por el alquiler del contador (cuyo valor incluye instalación, verificación, operación y mantenimiento), que oscila de media entre los 0,40 céntimos y los 1,50 euros al mes, según el equipo de medida que posea (los antiguos monofásicos, por ejemplo, son más baratos que los nuevos de telegestión). Vigile que no le cobren el segundo si aún tiene el primero, como denunció la asociación de consumidores Facua en 2015. El quinto y último es la carga impositiva, el IVA (21%).

“Una vez que haya analizado esos cinco términos, es importante fijarse en la potencia contratada”, sugiere el profesor de Comillas ICAI, como segundo punto. La recomendación que hace es que no supere los 4 kilovatios/hora y, si tiene más, 6 o 7, “reflexione si realmente los necesita”, considera.

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Dependerá de los electrodomésticos que tenga en casa y del consumo que haga –si es una familia numerosa o pequeña, si hace un gasto racional o derrocha–, porque con esta cantidad no podrá poner a la vez el horno, la lavadora y el secador de pelo; saltarán los plomos, advierte. Sin embargo, por cada kilovatio de potencia que reduzca puede ahorrar en promedio 55 euros al año, calcula el experto. En España, el usuario consume de media unos 200 kilovatios/hora al mes, apunta.

El tercer punto de mira está en el tipo de contrato suscrito con la comercializadora. Es decir, si tiene el libre o el regulado. Las empresas del mercado libre fijan la tarifa. Consuma lo que consuma, sabes cuánto le costará el kilovatio/hora y, por tanto, cuánto va a pagar, indican en la web de Endesa. Aquí, los dos primeros factores, la parte fija y variable, no están regulados, matiza Sancha.

En cambio, en el de referencia o regulado el precio cambia cada hora y día, es más volátil, pero más transparente e impulsa la eficiencia. De esta manera puede poner la lavadora en los tramos más baratos o planchar cuando sople más el viento, porque baja el coste de la energía. Un ejercicio que requiere de un contador inteligente (instalado solo en el 50% del parque).

“Ahora mismo, un poco más de la mitad de los españoles son clientes de comercializadoras libres y un poco menos de la mitad son reguladas”, señala el profesor de Comillas, quien avisa de que, al final, las tarifas son similares, ya que las compañías incluyen en el precio fijo un seguro que las cubre de las oscilaciones futuras.

Finalmente, debe saber qué tipo de tarifa de acceso tiene. La mayoría cuenta con la 2.0A, sin discriminación horaria, aunque se aconseja tener la 2.0DHA, que diferencia las franjas horarias baratas de las caras. Así, puede mover parte de su consumo del día a la noche, cuando el precio disminuye.

Thinkstock

Menos gasto sin pasar frío

Temporada

Si bien los precios no se pueden anticipar y es complicado determinar una hora ideal, hay una regla general que se aplica a cada estación. En invierno, el precio máximo de la energía se registra a las 20.00 horas, mientras que en verano es a las 13.00 horas, indica José Luis Sancha, profesor de Comillas ICAI. Y aunque en estos días, en la mañana, a las 10.00 horas, se ha anotado otro pico, desplazar sus consumos a las franjas más baratas asegura menos costes.

Eficiencia

Esa capacidad para tomar medidas de ahorro constantes requiere conocimiento e inversión tecnológica. La llegada de los contadores inteligentes o de telegestión ayudará al consumidor a desarrollar esta labor. Empresas independientes como Factor Energía ofrecen herramientas (Factor Smarthome) que controlan y moldean sus hábitos en el hogar, al facilitar datos de consumo, etc. O solo basta con un gesto: mejorar el aislamiento térmico de su vivienda o instalar bombillas led.

Racionalización

Conciencia, la recomendación que hacen los expertos para evitar el derroche, hacer un uso racional de la energía y ayudar así a reducir la huella ecológica. Parece obvio, pero dejar la televisión encendida en el salón mientras se ducha es un gasto innecesario, también que los aparatos estén enchufados de forma permanente (el consumo fantasma que deriva de la luz roja siempre encendida).

Ayudas

Pese a que está en proceso de reforma, tras la muerte de una anciana en Reus (Cataluña), el profesor de Comillas cree que el bono social es el mecanismo idóneo para atender a las familias vulnerables. Yespera que con la modificación –“estaba mal diseñado”– se evite la desconexión por impago en una época fría como la actual.

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Sobre la firma

Denisse Cepeda Minaya
Periodista especializada en energía, medio ambiente, cambio climático y salud. Máster en Economía verde y circular por el Inesem y Máster en Periodismo por la UAM/El País. Con más de 20 años de experiencia en periodismo económico. Anteriormente trabajó en República Dominicana como reportera de economía en los periódicos El Caribe y Listín Diario.

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