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Fin del mayor lobby empresarial

El Consejo Empresarial para la Competitividad echa el cierre

El presidente del CEC, César Alierta, establece como prioridades avanzar en la internacionalización de las empresas y apostar por la economía del conocimiento

Los integrantes del CEC posan con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la reunión que mantuvieron en el Palacio de la Moncloa en julio de 2013.
Los integrantes del CEC posan con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la reunión que mantuvieron en el Palacio de la Moncloa en julio de 2013.Efe

El Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC) echa el cierre. Esta mañana ha celebrado su última sesión, en la que se han presentado unas perspectivas positivas para la economía española. "Considero cumplidos los objetivos para los que se creó dicha asociación”, precisó el presidente del CEC, César Alierta, quién fijó en último discurso dos prioridades para el corto plazo: incrementar la internacionalización de las empresas así como su tamaño y una apuesta clara por la economía del conocimiento, haciéndose énfasis en elevar la inversión en I+D+i y la digitalización de la sociedad.

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En esta última reunión, Alierta agradeció la contribución de todas las empresas que componen el CEC, de su equipo directivo, especialmente de su director general, Fernando Casado, y la labor de los impulsores, con un recuerdo especial a Isidoro Álvarez, Emilio Botín, José Manuel Lara y Leopoldo Rodés, todos ellos ya fallecidos. “Seis años después y consolidada la recuperación económica podemos sentirnos satisfechos del trabajo realizado y de haber cumplido los objetivos que motivaron la creación del CEC”, concluyó.

El Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC) nació a principios de 2011 en mitad de la tormenta perfecta para la economía española. El déficit del Estado cerró por encima del 9% del PIB en 2011, pese a los ajustes que tuvo que presentar el entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero en mayo para evitar el rescate (rebaja del sueldo a los funcionarios, una reforma laboral que serviría de base para la que aprobaría posteriormente el Ejecutivo de Rajoy o la congelación de las pensiones), y la prima de riesgo empezó a dispararse hasta los 250 a finales de 2011 (posteriormente llegaría a máximos históricos en julio de 2012 hasta los 639 puntos). En paralelo, la imagen de la patronal CEOE estaba bajo mínimos, con un presidente (Gerardo Díaz Ferrán) acorralado por la justicia, que acabó en la cárcel a finales de 2012, y el CEC surgió como una alternativa para recuperar el crédito de los empresarios.

En su constitución participaron 17 grandes empresas (entre ellas Telefónica, BBVA, Santander, CaixaBank, Corté Inglés, Iberdrola o Ferrovial) y el Instituto de la Empresa Familiar y desde su primera aparición pública quisieron desmarcarse de la imagen de aliados del Ejecutivo o de partidarios de un cambio de Gobierno a favor del PP. “La imagen que se tiene fuera del país no se corresponde con la realidad”, aseguró en su primera comparecencia pública el presidente del CEC, César Alierta.

Buena prueba de su convencimiento fue la presentación de sucesivos informes (junio de 2011 y mayo de 2012) en los que defendían la solidez de la economía española, lo que les llevó a ser calificados de “optimistas”, a tenor de la crisis prolongada de la que no salió hasta finales de 2013. Al mismo tiempo organizaron un roadshow, en colaboración con el ICEX, para realizar presentaciones en 23 países, a las que acudieron un representante del lobby y un economista de referencia para la ponencia principal. Entre los participantes estuvieron José Manuel Campa y Alfredo Pastor, exsecretarios de Estado de Economía con José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González, o el economista Ángel Ubide.

La relevancia de los empresarios que conformaban ese lobby le abrió incluso la puerta de la Casa Real, como muestra el hecho de que el Rey Juan Carlos les recibió dos veces en el primer semestre de vida. Cinco años después, el panorama es radicalmente diferente. España lleva dos años creciendo al 3%, más del doble de la media de la zona euro, el paro se ha reducido en un millón y medio de personas, la prima de riesgo se ha estabilizado en el entorno de los 120 puntos básicos y 2016 puede ser el primer año desde la crisis en el que España cumpla con el objetivo de déficit pactado con Bruselas. Fuentes empresariales cercanas al CEC apuntan que nació en unas circunstancias muy especiales por el deterioro entonces de la CEOE y el riesgo de rescate de España, pero ya ha cumplido su misión, no tiene sentido seguir", afirman en la presidencia de uno de los principales grupos del país. «El CEC ha sido útil defendiendo a la economía española en el exterior en los años más difíciles, pero este miércoles se acordará su disolución», dan por hecho en uno de los principales bancos españoles. Una decisión que no logra alejar las dudas sobre el grado de connivencia con el Gobierno de Rajoy.

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