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Instituciones de inversión colectiva

Lo rentable no quita lo responsable

Los institucionales copan este negocio

Históricamente, las congregaciones religiosas eran casi los únicos clientes interesados en la inversión socialmente responsable porque lo asimilaban a la gestión ética”, recuerda Sophie del Campo, directora general de Natixis Global AM para Iberia, Latinoamérica y US Offshore. Desde entonces, ha llovido mucho.

En solo unos años, la inversión socialmente responsable (ISR) ha pasado de ser algo absolutamente anecdótico, 80 millones, a mover 170.000 millones, que son los que se gestionaron en España bajo estos criterios en 2015, según Spainsif.

Eso sí, tal y como explica Jaime Silos, presidente de esta asociación encargada de difundir este tipo de inversiones, el patrimonio está casi en su totalidad en manos de fondos soberanos y de planes de pensiones de empresas, los denominados fondos de empleo, representando el 96,61% del total.

El patrimonio está  en manosde fondos soberanos y planes de empleo

No obstante, el objetivo es atraer al inversor particular y las previsiones son buenas. “Estamos viendo que el mercado retail empieza a despegar a nivel europeo, donde representa el 22,07% del total, y esta tendencia se va trasladando a nuestro mercado. A esto ha ayudado mucho el creciente interés de agencias de análisis, que han empezado a cubrir los aspectos sociales, ambientales y de buen gobierno en fondos de inversión”, dice Silos.

Un ejemplo de ello es el estudio Adaptar las carteras al cambio climático, del BlackRock Investment Institute (BII), que afirma que los inversores no pueden seguir ignorando el cambio climático. “El incremento de la regulación y las revolucionarias soluciones tecnológicas relacionadas con el cambio climático hace que sea primordial incorporar el componente de conciencia climática al análisis de inversión”.

Según los datos que maneja el presidente de Spainsif, en la actualidad hay más de 150 fondos de inversión registrados en la CNMV y disponibles para cualquier tipo de inversor que explícitamente persiguen una estrategia de responsabilidad de las inversiones.

¿Y nos interesan? Parece que sí. El Estudio Global de Inversión 2016 de Schroders concluye que los españoles valoran los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo por encima de los inversores de la mayoría de países. Es más, mantendríamos nuestras inversiones responsables una media de 2,2 años más que otras.

Según un estudio de Schroders, en España se valora la ISR más que en otros países

Efectivamente, Charlie Thomas, gestor de los fondos Jupiter Global Ecology Growth y Jupiter Global Ecology Diversified Funds, explica que los inversores minoristas son mayoría en sus fondos de ISR “desde que lanzamos la estrategia de ecología en 1988”. Al principio tuvieron éxito entre quienes buscaban tener un impacto positivo en sus inversiones, pero más recientemente también son muy demandados “entre aquellos que buscan fuentes de rendimiento en un mundo de bajo crecimiento”.

“En nuestro caso”, relata David García Rubio, responsable de ISR de Santander Asset Management España, “los fondos ISR concentran casi 1.500 millones de euros, procediendo más de la mitad de ese patrimonio de inversores particulares, que si bien no conocían la ISR, sí se han decantado por estos productos al conocer su buen comportamiento en rentabilidad”.

¿Cómo lograr esa rentabilidad? Rubén de la Torre, de Andbank, cree que el enfoque ISR “puede tener relevancia en términos de rentabilidad por el simple hecho de asegurarnos que, a largo plazo, este tipo de compañías y emisores, que cumplen con criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno, tienen más probabilidades de seguir existiendo, frente a compañías y emisores que no tienen en cuenta estos criterios”.

Hay más de 150 fondos de inversión responsable registrados en  la CNMV

Lo cierto es que uno de los temores de siempre de los inversores ha sido que estos fondos tengan peor rentabilidades que otros fondos similares sin esos criterios, sin embargo, en Nordea aseguran que han sido capaces de demostrar lo erróneo de esa idea gracias al buen rendimiento de sus productos. Además, Laura Donzella, responsable de ventas de la gestora, cree que aunque la rentabilidad siempre es un factor clave en una decisión de inversión, “ahora el filtro de ISR ya no se ve como un impedimento de retorno. Se trata de sentirse bien y contribuir o apoyar buenas inversiones”.

Las cifras

47,1% es el volumen de activos gestionados sobre el total con criterios responsables por instituciones de inversión colectiva o planes, según Spainsif.

22% de la inversión ISR en Europa corresponde a pequeños partícipes; en España, el 97% son suscriptores institucionales, recoge Eurosif.

72,9% de las decisiones delos gestores de ISRespañoles se toman por exclusión simple,un filtro por criterios negativos.

45% de la inversión socialmente responsable se destinó a activos de renta fija en 2015. En 2013 representaba el 67%, señala Inverco.

169.359 millones de euros estaban invertidos en fondos y planes ISR a finales de 2015. En los últimos dos años el negocio ha crecido un 16%, desvela Eurosif.

Eric Borremans, experto global en sostenibilidad de Pictet AM, asegura que la inversión sostenible se puede aplicar a diferentes estrategias según el objetivo. “En primer lugar, hay que evitar empresas torpedos que tienen riesgo de reputación y financiero. Otro objetivo, además de evitar torpedos, es invertir en empresas que integran la sostenibilidad en su modelo de negocio, previsibles ganadores a largo plazo. Un tercer objetivo es seleccionar compañías que proporcionan soluciones específicas”.

¿Y a la hora de invertir en fondos de renta fija? ¿Cuáles son los criterios? Enrique Garrido, responsable del servicio de gestión de carteras de ISR de Tressis, explica que en el caso de la deuda corporativa, funcionan de manera similar a los de renta variable. En cuanto a la deuda gubernamental, “básicamente el único criterio para considerarlos es que sean emitidas por Gobiernos democráticos, pero algunas gestoras sí excluyen países desarrollados con problemas como, por ejemplo, la corrupción. De hecho, España está fuera de más de una”, advierte.

Matt Christensen, responsable global de inversión responsable de Axa IM, atribuye el renovado interés por este tipo de productos a que los inversores comienzan a comprender y aprovechar el potencial de las finanzas para ayudar a abordar temas sociales y ambientales. Además, Christensen es consciente de que habrá que dar respuesta a las demandas de los mileniales que buscan ya en sus inversiones impactos que vayan más allá del rendimiento financiero.

Pero no todas las gestoras pueden decir que el minorista sea su cliente principal para estos productos. Al contrario. En Amundi, por ejemplo, reclaman “una mayor divulgación de las prácticas socialmente responsables en el mercado retail para convertir la demanda potencial en un comportamiento de compra”.

Así las cosas, muchas entidades se han centrado en los institucionales. En Tressis, por ejemplo, cuentan cómo clientes históricos solicitaban estos productos ya hace años, pero que no ha sido hasta 2012 cuando en la entidad entendieron que la gama de oferta era suficientemente diversa como para ofrecer las carteras que gestionan para ellos.

CaixaBank, por su parte, acaba de poner en marcha un servicio de asesoramiento en filantropía para sus clientes de banca privada, “un área que cada vez genera mayor interés”, según la entidad. Solo en 2015, sus clientes realizaron más de 2,5 millones de donaciones a ONG.

En cuanto a los fondos que forman parte de la oferta, los hay propios como el MicroBank Fondo Ético o el MicroBank Fondo Ecológico o de terceros que cumplen los criterios de inversión socialmente responsable.

En Sabadell, titular del Sabadell Inversión Ético y Solidaria, constituido en 2003, creen que el interés por parte del inversor se ha mantenido en el tiempo. En el caso de este fondo, además de la responsabilidad en la gestión, la entidad destina el 35% de la comisión de gestión a apoyar proyectos humanitarios.

Planes de pensiones, obligados

Vamos poco a poco pero aún queda mucho por recorrer para que España pueda sentirse equiparada con otros países de nuestro entorno. En Francia, por ejemplo, se fomenta este tipo de inversiones desde el lado regulatorio, fundamentalmente fiscal.

En España, donde más se ha avanzado es en el ámbito de los instrumentos de ahorro-previsión donde “ayudó sensiblemente el hecho de que hace casi tres años la Dirección General de Seguros pidiera a los fondos de pensiones comunicar si utilizaban o no criterios de ISR en sus planes, y más recientemente recomendando detallar sus estrategias de ISR”, recuerda Sophie del Campo, directora general de Natixis Global AM para Iberia.

En efecto, según recoge la modificación de 2014 del artículo 69-5 del Reglamento de planes y fondos de pensiones, los planes de empleo deberán mencionar en la declaración comprensiva de sus políticas de inversión si tienen en consideración o no los riesgos extrafinancieros.

“Hay que tener en cuenta que esta inversión denota responsabilidad corporativa y para instituciones como grandes fondos de pensiones mejora el prestigio”, apunta Gonzalo Rengifo, director general de Pictet AM en Iberia. “En cualquier caso, requiere una gestión eficiente de riesgos, con inclusión de información extrafinanciera y, en este campo, los inversores institucionales están abriendo camino”.

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