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Post-referéndum

La UE ignora a Renzi y exige otro ajuste presupuestario a Roma

Bruselas miminiza el impacto del resultado en la zona euro El Eurogrupo exige al futuro gobierno nuevos ajustes para cuadrar las cuentas de Renzi

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici (c), saluda al ministro español de Economía, Luis de Guindos (d), y al ministro francés de Finanzas, Michel Sapin (i), durante la reunión del Eurogrupo en Bruselas (Bélgica) hoy.
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici (c), saluda al ministro español de Economía, Luis de Guindos (d), y al ministro francés de Finanzas, Michel Sapin (i), durante la reunión del Eurogrupo en Bruselas (Bélgica) hoy.EFE

Bruselas no ha derramado ni una lágrima por Matteo Renzi, el primer ministro italiano que en la madrugada del lunes anunció su dimisión nada más perder un referéndum sobre la reforma de la Constitución de su país. Y lejos de mostrar compasión por la debacle del florentino, el Eurogrupo (ministros de economía de la zona euro) reclamó al próximo ejecutivo italiano una inmediata corrección de los Presupuestos para 2017, porque el borrador presentado por Renzi presenta “una desviación significativa”.

La petición a Roma llegó acompañada del primer paso hacia un expediente por no rebajar la deuda (1325) al ritmo adecuado, un procedimiento sancionador del que hasta ahora había logrado librarse Italia. Tras la caída de Renzi, Bruselas parece decidida a apretar las tuercas presupuestarias, convencida de que el resultado del referéndum no tiene nada que ver con la Unión Europea.

La Comisión Europea descartó que el resultado pueda traducirse en algún problema para la UE o para la zona euro. Y el Eurogrupo minimizó el iimpacto en unos mercados que tras acogieron con relativa calma una derrota que daban en gran parte descontada.

“Hay volatilidad, pero el impacto, tanto en el mercado de renta fija como en renta variable en Europa y en Italia ha sido bastante moderado”, señaló el ministro español de Economía, Luis de Guindos, nada más llegar a Bruselas para la reunión del Eurogrupo.

La mayoría de los socios de la UE se limitaron a desear que Italia supere cuanto antes su crisis gubernamental y que el presidente de la República designe lo antes posible a un sucesor de Renzi, con la intención de formar un gobierno que calme las aguas hasta las elecciones generales de 2018.

Y Bruselas aprovechó para dejar claro que el futuro Gobierno, con Renzi o sin él, no dispondrá de la holgura presupuestaria que el dimitido primer ministro reclamaba antes del referéndum.

El Eurogrupo, que este lunes ha revisado los planes presupuestarios de los países de la zona euro para 2017, marcó el terreno a Roma con un veredicto bastante negativo sobre las últimas cuentas presentadas por Renzi.

La Comisión, además, elaborará de manera inmediata un informe sobre la escasa reducción de la deuda italiana en base al artículo 126.3 del Tratado de la UE, primer paso de un posible expediente disciplinario similar al que se aplica en el caso del déficit público.

“Coincidimos con la Comisión Europea en que el presupuesto [para 2017] corre el riesgo de incumplir los requisitos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento”, señaló el Eurogrupo en un comunicado.

En línea con el análisis de la CE, los ministros de Finanzas advirtieron a Italia que las cuentas presentan un desvío del 1,1% en relación con el ajuste estructural exigido. Italia se había comprometido a un superávit estructural del 0,5% pero el presupuesto de Renzi apunta a un déficit estructural del 0,6%, según la verificación de Bruselas.

La CE ya había advertido a Renzi que sus cuentas no cuadraban. Pero el primer ministro desafió a Bruselas y aseguró que no cambiaría ni una coma, un plante que ya utilizó en 2015 y logró que la CE validase su Presupuesto en reconocimiento a la difícil coyuntura (una inflación muy baja) y a la promesa de acometer importantes reformas.

En esta ocasión, el Eurogrupo reclama a Italia que “tome las medidas adecuadas para garantizar que el Presupuesto de 2017 cumple con las normas del Pacto de Estabilidad”. Y aunque los ministros de la eurozona admiten, como invoca Roma, que la crisis de refugiados y los terremotos pueden justificar algún gasto imprevisto concluyen que, aún descontado ese impacto, “la desviación sigue siendo significativa”.

El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, reconoció que en estos momentos el Gobierno saliente de Renzi no puede actualizar el presupuesto. Y se mostró dispuesto a esperar “el desarrollo de los acontecimientos políticos” en Italia.

Pero el brazo duro del Eurogrupo, el alemán Wolfgang Schäuble, no mostró tanta paciencia. “Italia necesita urgentemente un gobierno capaz de actuar”, señaló el ministro alemán de Finanzas a su llegada a la reunión del Eurogrupo en Bruselas.

Schäuble también se sumó al coro de dirigentes europeos que se esforzaron en interpretar la consulta italiana como un mero asunto interno, sin ningún a relación con Europa. “No hay ningún motivo para hablar de una crisis del euro”, señaló el alemán. El portavoz oficial de la Comisión Europea también subrayó que “el referéndum en Italia era sobre una reforma de su constitución, no sobre Europa”.

En Italia, en cambio, numerosos analistas interpretaron la severa derrota de Renzi (60% de votos por el no) y la elevada participación (68,4%) como una muestra del hastío de la población con las políticas económicas impuestas desde Bruselas bajo los auspicios de Berlín.

Italia, tercera potencia económica de la zona euro y miembro del G-7, ha sido uno de los pases de la zona euro más castigados por la crisis (su PIB per cápita ya está por debajo de la media europea) y, al igual que España, estuvo al borde del rescate hasta la irrupción del BCE en los mercados en 2012.

Los sondeos de la CE indican que el euro es una moneda muy impopular en Italia (el 50% de la población no considera positiva su introducción) y los partidos euroescépticos gozan de un potencial apoyo (más del 50% del electorado, según algunos sondeos) que supera con creces al de países con un eurescepticismo tan alto como Austria, Francia, Dinamarca y Holanda.

En ese escenario, la convocatoria adelantada de elecciones podría jugar a favor del 5 Estrellas, el partido liderado por Beppe Grillo que en los comicios de 2013 ya fue la tercera fuerza con ocho millones de votos y un 25%. La revancha de Renzi hacia Bruselas podría ser forzar el adelanto de los comicios.

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