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Empresas Vintage

El ron dominicano de origen español que salió de Cuba

Matusalem fue fundada en Cuba, en 1872, por españoles que por primera vez destilaron ron al estilo del brandi o el jerez

Javier García Ropero

Para encontrar el origen del ron, esa bebida espirituosa que suele asociarse a las islas caribeñas, hay que empezar por las islas Canarias y en concreto, por Gran Canaria. Allí, el cultivo de caña de azúcar era uno de los principales motores económicos en los siglos XV y XVI. Al mismo tiempo, los colonos españoles descubrían América, y en su segundo viaje hacia el nuevo mundo, Cristóbal Colón llevó caña de azúcar canaria a las islas recién descubiertas. Sus características climatológicas eran propicias para su cultivo y permitía dar abasto a una demanda europea cada vez mayor. Con el tiempo, se descubrió que el espeso líquido que resultaba de la extracción del azúcar, la melaza, se convertía en una bebida de graduación alcohólica, de sabor fuerte y un tanto áspero, y se destilaba en alambiques. En una época de guerras de ultramar en el continente americano, esta bebida se popularizó entre combatientes y piratas. Su salto de calidad no vendría hasta muchos después. Y en eso, también tuvieron que ver los españoles.

Cronología

1872. Los hermanos Benjamín y Eduardo Camp, junto a su socio Evaristo Álvarez, abrieron en Santiago de Cuba una destilería de ron inspirándose en el proceso de elaboración y añejamiento de brandis y coñacs, con una fórmula secreta. Comercializan la bebida con el nombre de Matusalem. 1898. La Guerra de Cuba desencadena la independencia de la isla caribeña de España.Una situación que no impide que la compañía continúe su crecimiento, acaparando numerosos premios y opiniones positivas de la crítica.

1912. En 1912, uno de los fundadores, Benjamín Camp, regresa a España. La compañía queda en manos de su hermano y de Evaristo Álvarez, aunque poco después el hijo de este, Claudio Álvarez, tomaría las riendas de Matusalem durante los siguientes 25 años.

1920. EEUU declara la ley seca, que prohibía la importación y la venta de bebidas alcohólicas en todo su territorio. Esto provoca que las clases más acomodadas del país se trasladen a Cuba para sus momentos de ocio, lo que, a su vez, conlleva un aumento en la producción y ventas de Matusalem. Durante esos años, que se extenderían hasta los cincuenta, Cuba pasa a conocerse como el París de las Américas.

1959. El primero de enero de este año triunfa la revolución cubana. Fidel Castro depone al dictador Fulgencio Batista. Algunas familias de la isla abandonan el país hacia destinos como Miami, en Estados Unidos, incluida la familia Álvarez, entonces a cargo de Matusalem.

1995. Tras décadas de disputa por la marca Matusalem, que el Gobierno cubano utilizó durante años, Claudio Álvarez, bisnieto de Evaristo Álvarez, recupera la denominación.

Los hermanos Benjamín y Eduardo Camp, de origen catalán, y su amigo Evaristo Álvarez emigraron a Cuba en la segunda mitad del siglo XIX. Tenían experiencia en la elaboración de brandis y coñacs, y aspiraban a llevar sus métodos a la isla, entonces española. En este caso, con la materia prima que reinaba allí: la caña de azúcar, a la que querían dar un tratamiento que permitiese obtener un ron diferente al que hasta entonces se hacía allí, elevando su calidad y su producción. Se establecieron en Santiago de Cuba y abrieron su destilería en 1872.

La idea era clara: producir ron a través del proceso de solera, utilizado, por ejemplo, en la elaboración de los vinos de Jerez o en los brandis. Este consiste en una disposición de los barriles, donde se añeja en este caso el ron, en cuatro hileras conformadas en cascada, a través de las cuales el destilado va envejeciendo, filtrándose y depurándose hasta que la última fila, la solera, tiene el líquido ya preparado para consumo.

Esto les permitía a los hermanos Camp obtener un ron totalmente diferente a los que se venían elaborando hasta entonces. Porque, además de poner en marcha un proceso de producción diferenciado, también dieron con una fórmula secreta de tratamiento que todavía hoy permanece en el más absoluto secreto. El resultado, un producto mucho más suave al paladar, con un paso por boca más agradable y fino. El nombre que eligieron para su creación, Matusalem, una referencia a Matusalén, que según la Biblia vivió 969 años, relacionada con el tiempo que precisaba su bebida para añejar de la manera más adecuada para obtener el mejor sabor. Esta denominación era la marca comercial de Ron Alvarez Camp.

El ron Matusalem fue un éxito de crítica, recibiendo numerosos premios poco después de su creación, y fue testigo de uno de los cambios más importantes en la historia de Cuba.En 1898, con la Guerra de Cuba, la isla consigue su independencia de España, algo que no afecta a la creación de los dos hermanos Camp, lo que no les privó de sufrir las dificultades lógicas de una etapa de incertidumbre.

La empresa seguía creciendo, aunque la etapa dorada de la empresa todavía estaba por llegar. Un paso crucial fue el retorno de uno de sus fundadores, de Benjamín, a España. Los otros dos socios, su hermano Eduardo y Evaristo Álvarez, quedan a cargo de la empresa, aunque algunos años después, el hijo de este último, Claudio Álvarez, toma el rumbo ejecutivo de la compañía.

En la década de los años veinte se da en EEUU un hecho que influiría de forma directa en la historia de Cuba y de Matusalem. El 17 de enero de 1920 el vecino norteamericano declara la ley seca, que prohibía la importación y la producción de bebidas alcohólicas. Esto provocó que, sobre todo las clases más adineradas de la sociedad estadounidense, se desplazaran a Cuba para calmar su sed. Eso impulsó las ventas de Matusalem y convirtió a la isla en el París de las Américas para unos; y para otros, en el burdel del vecino poderoso.

Seis variedades y una botella inamovible

En la actualidad, ron Matusalem está en manos de Claudio Álvarez Soriano, bisnieto de Evaristo Álvarez, uno de los fundadores de la compañía. La marca elabora sus rones en la República Dominicana, aunque tiene su centro de operaciones en Miami, donde la familia se exilió tras la llegada al poder de Fidel Castro a Cuba en 1959.

La marca fue relanzada en el año 2002 y hoy tiene un total de seis variedades. Entre ellos destaca la denominada Solera 23, de un ron gran reserva añejado durante 23 años, y cuyo precio en el mercado supera los 65 euros. Para la marca, esta es la variedad de mayor calidad que ha fabricado nunca.

Tras ella hay que destacar el ron gran reserva de 15 años, el emblema de la marca, y conocido como el coñac de los rones, por las similitudes que comparten en sus procesos de elaboración. Al igual que sucede con la línea Solera 23, lo ideal es tomarlo solo o con hielo, pero en todo caso sin bebidas carbonatadas. Esta es un caso especial, ya que su botella conserva la misma forma que las primeras en producirse. Les acompañan el Solera 10, el Solera 7, el Extra Añejo y el Platino.

Aunque la ley seca fue derogada en 1933, Cuba siguió atrayendo a las clases más altas de EEUU. Hasta que, el 1 de enero de 1959, la revolución cubana, liderada por Fidel Castro, derrocó la dictadura de Fulgencio Batista. La llegada del socialismo hace que la propiedad de Matusalem, entonces ya en manos del hijo de Claudio Álvarez, se exilie a Miami. Empieza entonces una pugna por la propiedad de la marca. El Gobierno cubano expropió la destilería y siguió utilizando la marca Matusalem.

Una disputa que se alargó durante décadas. En los años noventa, el bisnieto de Claudio Álvarez, también llamado Claudio y médico de profesión, litigó por el control de la empresa. Algo que consiguió, a través de un acuerdo extrajudicial, en 1995, y en 2002, conservando su tradición y su fórmula secreta, el ron Matusalem fue relanzado, y hoy, desde la República Dominicana, sigue destacando por la suavidad de su sabor, como hace más de 140 años.

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Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.

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