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El Foco
Tribuna
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La importancia de la formación continua

La tijera ha sido indiscriminada y ha afectado a partidas fundamentales de cara a la mejora de la productividad de la economía

Thinkstock/R.S.
Joaquin Maudos

La tasa de paro de la economía española duplica la de la UE-15 y, sin embargo, el porcentaje de parados que realizan formación continua es muy similar. No es un resultado deseable teniendo en cuenta la importancia de la formación a la hora de conseguir empleo, sobre todo en España donde la competencia por un puesto de trabajo es muy superior. Con 4,6 millones de personas en paro, un empleo es un bien muy codiciado e incluso de lujo.

Es preocupante que en España se haya más que duplicado la tasa de paro desde 2007 y que el gasto público en formación ocupacional destinado a aumentar la empleabilidad de los parados haya caído. En concreto, los datos que aporta el último Esenciales de la Fundación BBVA muestran que de 2007 a 2013 el gasto público en formación ocupacional ha caído un 30%, periodo en el que el número de desempleados se había triplicado. En consecuencia, el gasto por desempleado cayó a menos de la cuarta parte, hasta situarse en 2013 en 190 euros. Una cifra muy reducida que ignora el elevado retorno social que puede tener ese gasto, ya que el impacto de esa inversión en formación puede ser muy superior a su coste. Un parado menos es una persona más generando ingresos públicos (cotizaciones sociales, IRPF, IVA, etc.), y ahorrando al Estado un subsidio de desempleo.

Frente a la caída del gasto público en formación ocupacional, las empresas han duplicado en el mismo periodo el gasto en formación de sus trabajadores, hasta situarla en 2013 en 7.320 millones de euros. Es una gran noticia teniendo en cuenta la importancia que esa formación continua tiene sobre la productividad del trabajador y, en consecuencia, sobre la competitividad de la empresa. Es por ello que ese gasto se considera una inversión intangible que incrementa el capital humano del trabajador.

"Entre 2007 y 2013, el gasto por desempleado cayó a menos de la cuarta parte, hasta los 190 euros"

Dada la elevada competencia que existe por los escasos puestos de trabajo disponibles en una economía con una tasa de paro del 20% (la segunda más elevada de la UE), es lógico que el porcentaje de desempleados que realicen actividades de formación continua sea mayor que el de los ocupados que también realizan ese tipo de actividades. Y es lo que demuestran los datos disponibles. Así, mientras que el 10,8% de los ocupados realiza formación continua, el porcentaje aumenta hasta el 15% en el caso de los parados.

Otro dato relevante que aporta la publicación de la Fundación BBVA es que, tanto en el colectivo de parados como de ocupados, los que menos se preocupan por realizar formación continua son los que tienen menores niveles de estudios, resultado más que preocupante teniendo en cuenta que por su escasa formación, son los que más dificultades tienen para encontrar empleo (en el caso de los parados) y más probabilidad de perderlo (en el caso de los ocupados).

El 29,6% de los parados que tienen estudios superiores realiza actividades de formación, más del triple que el de los que solo tienen estudios básicos (8,7%). En el caso de los ocupados, la diferencia es aún mayor, ya que por cada ocupado con estudios básicos que realiza formación continua, hay más de cuatro universitarios que realizan ese tipo de actividades (4,1% vs 19,1%).

La tijera de la austeridad ha obligado a realizar serios ajustes en el gasto público en España con el objetivo de reducir el déficit. Pero desgraciadamente en ocasiones la tijera ha sido indiscriminada y ha afectado a partidas que son fundamentales de cara a la necesaria mejora de la productividad de nuestra economía. Es el caso del gasto en I+D, que en porcentaje del PIB ha caído del 1,4% en 2010 al 1,23% en 2014, ampliándose la brecha que nos separa de otros países a los que deberíamos aspirar a parecernos. Y como hemos visto, también es el caso del gasto en formación ocupacional, que ha sufrido un serio recorte en los años en los que más hacía falta invertir en políticas activas de empleo.

"España lidera el ránking de la UE de jóvenes que abandonan prematuramente los estudios"

Según la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el paro es el principal problema de los españoles (es el primer problema para el 44,5% de los encuestados), lo que exige medidas por parte de las administraciones públicas. Teniendo en cuenta además el elevado paro juvenil (que en parte se alimenta de una elevada tasa de abandono escolar) y el también elevado porcentaje de parados de larga duración, es necesario romper con la tendencia decreciente del gasto público en formación ocupacional porque, con el debido control, no es un gasto, sino una inversión productiva que genera capital humano con elevada rentabilidad social.

Además, hay otro factor que acrecienta la necesidad de aumentar el esfuerzo público en materia de formación de los desempleados y es la elevada tasa de abandono escolar. España lidera el ranking de la UE-28, con un 20% de personas de 18 a 24 años que abandonan prematuramente el sistema educativo sin haber terminado sus estudios de secundaria postobligatoria, casi duplicando el porcentaje de la UE-28 (11%). Con esta formación tan escasa, para este colectivo la probabilidad de encontrar un puesto de trabajo es reducida, siendo por tanto mayor su tasa de paro. Salir de la trampa del desempleo exige más formación, por lo que las políticas activas de empleo (entra las que están las de formación) son vitales.

Joaquín Maudos es catedrático de economía de la Universidad de Valencia, Director adjunto del Ivie y colaborador del Cunef.

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