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Extra Grandes Empresas

El viaje llega a las antípodas

Los atractivos de Australia y Nueva Zelanda empujan a las firmas españolas a reforzar su internacionalización.

Desaladora de Acciona en Adelaida.
Desaladora de Acciona en Adelaida.

En el imperio de las grandes empresas españolas no se pone el sol. Consolidadas en América y Europa, abriéndose paso en China y haciendo sus pinitos en otros destinos comerciales tan lejanos como Australia, Nueva Zelanda o Irán. Así se las gastan las grandes de nuestra economía.

El desembarco en las antípodas no es del todo nuevo. Constructoras como Dragados, Acciona o ACS se pasean por tierras australianas desde hace varios años. También lo hace la todopoderosa Inditex e incluso el aceite de oliva de Deóleo (matriz de marcas como Carbonell y Hojiblanca).

Pero su presencia se ha reforzado en los últimos tiempos porque el país ofrece grandes ventajas. “Australia lleva 25 años de crecimiento económico ininterrumpido y este año superaremos el 3%, afirmación que pocos países en el mundo pueden hacer”, afirma Jennifer Mackinlay, consejera comercial de la Comisión Australiana de Comercio e Inversiones en Madrid y París.

Otro país que ganará enteros para España es Irán, tras el levantamiento de las sanciones a principios de año

Tanto Nueva Zelanda como Australia atraen a las empresas españolas, “debido a la alta capacidad adquisitiva de la población y a la seguridad jurídica que ofrecen a los inversores españoles”, opina Narciso Casado, director del departamento de relaciones internacionales de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).

“El mercado australiano presenta unas características que se asemejan mucho a los países de nuestro entorno más inmediato. Es miembro de la OCDE, compartimos valores y principios tanto en lo político como en lo económico”, agrega. Además, su relativa juventud como país hace que ofrezca oportunidades a los inversores en materias de infraestructuras o energía.

La consejera australiana reconoce que, “tienen prioridad los proyectos relacionados con carreteras, redes ferroviarias y transporte en general”. El Gobierno apuesta también por las tecnologías innovadoras en las comunicaciones, la eficiencia energética y el transporte.

“Las grandes empresas de obras públicas españolas desarrollan proyectos de gran envergadura en Australia bajo la modalidad público-privada”, dice CEOE. Pero, además, “hay que destacar la presencia de compañías de sectores relacionados con la moda, los artículos de lujo o la salud”, recuerda Casado.

El verano ha traído otro buen ejemplo: Ferrovial Agroman y Acciona construirán el puente más largo en la Pacific Highway, la autopista más transitada del país que une las ciudades de Brisbane y Sídney. Este proyecto tendrá un coste de 172 millones de euros. En tanto que Gas Natural prepara su primer parque eólico cerca de Camberra, la capital, por 120 millones.

Obras de ACS en el metro de Sídney.
Obras de ACS en el metro de Sídney.

Un poco más al sur, Nueva Zelanda se presenta para el ICEX como “una de las economías más dinámicas, con muy buenas perspectivas para los próximos años”. “Lidera los ranking de clima de negocios y destaca por su altísimo nivel de transparencia”, lo que le hace un destino perfecto para establecerse sin riesgo. Actualmente se encuentra en negociaciones para la firma de un acuerdo de libre comercio con los países de la Unión Europea (UE) que, tanto empresarios españoles como neozelandeses, aplaudirán.

Desde el organismo creen que “existen oportunidades para las empresas españolas en numerosos sectores: maquinaria y equipos para la industria agroalimentaria, servicios de ingeniería, farmacia y productos químicos, equipos de transporte, moda…”.

Y una vez en las antípodas, Casado recomienda “no perder de vista a los países de Asean (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) que están inmersos en un proceso de integración económica y registran crecimientos altos”. Singapur y Vietnam han ratificado sus acuerdos comerciales con la UE y son un aliciente para estar presentes en aquella zona.

El 16 de enero de este año, el Consejo de la UE levantó las sanciones impuestas por su política nuclear a Irán. Con ello arrancaba una nueva etapa para las relaciones comerciales, que las grandes corporaciones españolas quieren aprovechar. Para el director internacional de la Cámara de Comercio de España, Alfredo Bonet, “Irán es un país de 80 millones de habitantes que necesita reconstruir y modernizar, ante todo, su industria del petróleo y gas, el corazón de su economía y para ello va a necesitar de empresas extranjeras líderes en ese sector”.

Entre las prioridades del Gobierno de Teherán están también las mejoras en la industria del automóvil, la maquinaria agrícola, la industria alimentaria, la maquinaria para la minería o las energías renovables. “Es notable la coincidencia de las necesidades de modernización de la economía iraní con los sectores en los que las empresas españolas son líderes”, afirma Bonet.

Las relaciones entre España e Irán vienen de largo. En 2011 importamos más de 4.000 millones de euros en petróleo iraní que, al año siguiente, cayó a cero debido a las sanciones. Además, son más de 300 pymes las que exportan productos, a pesar de las restricciones, y nuestras empresas tienen una excelente imagen en el país.

Apuesta por África

África es Eldorado de la internacionalización. La próxima parada que cualquier gran empresa valora y tiene presente, pero la duda es en qué país del continente empezará la esperada expansión.

Aunque el grueso de la actividad española se concentra en Marruecos y Argelia, las necesidades de infraestructuras en los países en vías de desarrollo permiten penetrar más allá del norte. De hecho, según datos de Casa África, cerca de 40.000 empresas españolas venden sus productos en el continente y más de 1.500 tienen presencia física.

Destacan algunas adjudicaciones como la construcción e instalación de la línea de alta tensión eléctrica entre Etiopía y Kenia, que llevará a cabo Isolux Corsán junto a la alemana Siemens.

A sabiendas del potencial africano, el ICEX ya está preparado y apuesta por la República Democrática del Congo, “un gran mercado que en los últimos años ha tenido un crecimiento medio del PIB de en torno al 8%, la inflación controlada, el tipo de cambio estable y un presupuesto equilibrado”, explican desde el organismo público.

Con 68 millones de habitantes, de los que 12 viven en su capital, Kinshasa, su estratégica situación y el ánimo de la comunidad internacional por fomentar su desarrollo, convierte a la República Democrática del Congo en un destino muy apetecible para hacer negocios.

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