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Columna
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La salida de Rousseff impulsa a Brasil

Un tercio del Senado se enfrenta a investiga-ciones por corrupción, fraude y otros crímenes

El presidente brasileño, Michel Temer.
El presidente brasileño, Michel Temer.EFE (EFE)

Brasil puede estar en el camino de la recuperación. El voto del Senado contra Dilma debería dar al nuevo presidente, Michel Temer, el ímpetu para impulsar medidas impopulares que consoliden la recuperación en 2017.

La mayor economía latinoamericana vive su peor recesión desde que se tienen registros, hace más de un siglo, golpeada por el colapso de los precios de las materias primeras y la incompetencia estatal de Rousseff. Pero hay señales de reactivación. Los datos del PIB publicados el miércoles muestran que la economía se contrajo un 3,8% entre abril y junio por sexto trimestre consecutivo. Sin embargo, las inversiones crecieron un 0,4%, el primer alza trimestral tras dos años y medio de contracciones, y la producción industrial mejoró. La confianza de los consumidores subió en agosto por cuarto mes consecutivo al nivel más alto desde enero del año pasado, y los índices de confianza empresarial son más positivos. La recaudación de impuestos en julio mejoró respecto a los meses anteriores.

El Gobierno, cuyo equipo económica está liderado por el expresidente del banco central Henrique Meirelles, interpreta estos datos para sugerir que el crecimiento volverá en el cuarto trimestre. Afirma que la contracción del PIB será del 3% este año, por debajo del 3,8% de 2015, incrementa su previsión de crecimiento para 2017 al 1,6%, frente al 1,2% inicia y cree que la inflación se reducirá a la mitad el próximo año, hasta el 4,8%.

La creación de una recuperación sostenible, sin embargo, significa que Temer y su equipo deben abordar los problemas estructurales de la economía. Él ha comenzado, al proponer un límite en el gasto público durante varios años que requerirá modificar la constitución. También se ha comprometido a reformar el ruinoso sistema de pensiones del país, quiere reducir los requisitos obligatorios de gasto en educación y salud y buscará disminuir el papel del Estado en la explotación de las reservas de petróleo.

Temer es un maestro de las artes oscuras legislativas. Sin embargo, los políticos que votaron alegremente juzgar a Rousseff son un rebeldes e hipócritas. Un tercio del Senado se enfrenta a investigaciones por corrupción, fraude y otros crímenes. No muchos son seguidores de la austeridad de Temmer. Lograr su apoyo implicará diluir las medidas más controvertidas. Temer tiene dos años para hacer lo que pueda.

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