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Automóviles de moda

El lujo también es todocamino

Algunas de las principales marcas ‘premium’ se suman al fenómeno imparable de este segmento de los SUV, aunque otras confirman que esta tipología no entra en sus planes.

Es uno de los SUV más esperados y por fin se convertirá en realidad. Una marca de la tradición deportiva de Lamborghini quiere probar fortuna en el segmento con el Urus, aunque algunos de sus incondicionales lo ven como una especie de sacrilegio.
Es uno de los SUV más esperados y por fin se convertirá en realidad. Una marca de la tradición deportiva de Lamborghini quiere probar fortuna en el segmento con el Urus, aunque algunos de sus incondicionales lo ven como una especie de sacrilegio.

El rodillo de los todocaminos es aplastante e imparable. Lo que hace casi una década podía interpretarse como una moda pasajera ya se ha confirmado como una tendencia que ha llegado para quedarse. A lo largo de todos estos años se ha asistido a la creación de cada vez más subsegmentos dentro de los SUV y los datos del mercado son elocuentes y clarificadores.

El exitoso camino de este tipo de vehículos se inició en 2007, un año antes del comienzo de la crisis, con el lanzamiento del Nissan Qashqai. Aunque el fenómeno fue global, las cifras del mercado español sirven para ilustrar la evolución del segmento.

A pesar de la etapa de recesión económica y de un bache severo entre 2008 y 2010, las ventas de todocaminos han superado las 150.000 unidades anuales desde 2011 hasta ahora, mostrando un crecimiento progresivo que en 2015 les dejó a las puertas del cuarto de millón de unidades comercializadas. Eso, en cuanto a cuota de mercado, supone cerca del 25% o, lo que es lo mismo, nada menos que uno de cada cuatro coches que se venden en España es un SUV.

Aunque las marcas que provocaron el boom de ventas fueron las llamadas generalistas, los fabricantes premium también vieron desde el principio la oportunidad y se sumaron a la tendencia: BMW, Audi, Mercedes… De hecho, algunos tenían sus propios SUV antes del estallido. El BMW X3, por ejemplo, nació en 2008 y un caso muy peculiar, como es el del Porsche Cayenne, data incluso de antes, en concreto de 2002.

Otra marca que se unen al fenómeno SUV: Rolls.
Otra marca que se unen al fenómeno SUV: Rolls.

Y es que incluso considerando al trío alemán como marcas del segmento superior, queda claro que hablar de Porsche es entrar ya en el terreno del lujo y la exclusividad superlativos. Los de Stuttgart fabricaban en exclusiva deportivos hasta la llegada del Cayenne, por lo que el todocamino supuso un cambio radical de filosofía dentro de la compañía.

La idea era producir un modelo que supusiera un importante volumen de ventas para ayudar a mejorar las cuentas de la empresa... y vaya si acertaron. Las cifras de unidades comercializadas han seguido una línea ascendente: más de 160.000 en 2013, casi 190.000 en 2014 y por encima de 200.000 en 2015.

Un dato a tener en cuenta es que más de la mitad de los Porsches vendidos durante el curso pasado fueron un Cayenne o un Macan, su hermano pequeño. No es de extrañar, por tanto, que otras marcas de automóviles de lujo se hayan planteado desarrollar sus propios todocaminos. Hay división de opiniones sobre esta estrategia, pero lo cierto es que muchas de ellas han decidido probar fortuna.

Un claro ejemplo de cómo consumar el paso es Bentley, cuyo Bentayga es todo un éxito. Siendo el SUV más potente y rápido del mundo (608 CV y más de 300 km/h de velocidad máxima), su carta de presentación rebosaba opulencia y exclusividad. De hecho, fue suficientemente bueno como para que la demanda de potenciales clientes superara con creces la capacidad de producción del fabricante.

Se pasó de una previsión de 3.600 unidades anuales hasta las 5.500 y aun así hay lista de espera, porque el número de pedidos supera los 10.000. Y eso que el precio de la versión básica, sin contar extras (entre los que figura hasta un reloj de 150.000 euros), es de 230.000 euros.

De manera paralela, y también en los últimos meses, otro fabricante ilustre ha dado el salto al mundo de los todocaminos: Maserati ha presentado el Levante cinco años después de mostrar su primer prototipo de SUV, el Kubang Concept. Concebido de una manera ligeramente más terrenal que el Bentley, su gama está formada por tres variantes, desde un diésel de 275 CV hasta un gasolina de 430 CV.

El Bentayga de Bentley ha superado todas las previsiones de pedidos: han sido más de 10.000

Los precios también son menos prohibitivos (dentro del segmento de lujo del que hablamos) con una horquilla que se mueve entre los 82.275 y los 105.360 euros. Es claramente más caro que sus competidores directos (Audi Q7, Porsche Cayenne o Range Rover Sport, entre otros) pero también ofrece un nivel de lujo superior.

Ambos son ya una realidad, con pedidos abiertos, y entregarán sus primeras unidades este mismo año, pero a corto y medio plazo tendrán que hacer frente a nueva competencia. En el año 2017, dos pesos pesados de la industria lanzarán sus propios vehículos SUV: Roll-Royce, con el Cullinan, y Lamborghini, con el Urus.

Del modelo británico no se conoce ni tan siquiera el nombre definitivo, puesto que Cullinan es la denominación del proyecto de desarrollo. Parte de la base de un Phantom II con la distancia entre ejes acortada y la altura al suelo sobreelevada. Sin embargo, desde la marca ya han confirmado que a nivel de diseño, la mula (nombre común que reciben las unidades de desarrollo) no se parece en nada al que será el modelo de producción definitivo.

Del que sí se tiene más información es del Lamborghini Urus, cuyo caso es tan chocante como lo fue en su día el de Porsche con el exitoso Cayenne. El fabricante italiano, salvo en sus humildes orígenes como fabricante de tractores, lleva toda su historia deslumbrando al mundo con deportivos cada cual más radical que el anterior.

Por eso, es lógico que la decisión de fabricar en serie el Urus llamara la atención del público y generase cierto malestar entre los incondicionales de la marca. Además, para echar más sal sobre la herida, desde Lamborghini han confirmado que utilizará el primer motor turbo de su historia, un 4.0 V8 con potencia todavía desconocida.

Muchos seguidores ven en decisiones como la de Lamborghini una traición a la esencia de la propia marca y no hay que salir de Italia para descubrir que algunos de sus competidores están de acuerdo.

En Ferrari no son muy amigos de los todocaminos y hasta tal punto llega la animadversión de la marca del Cavallino Rampante ante un posible SUV que Sergio Marchionne, director ejecutivo del grupo Fiat, fue tajante a principios de año: “Tendrían que dispararme primero [antes de fabricar uno de ellos]".

El Cayenne supuso un antes y un después para Porsche, convirtiéndose en su tabla de salvación.
El Cayenne supuso un antes y un después para Porsche, convirtiéndose en su tabla de salvación.

No son los únicos que se resisten al empuje del fenómeno SUV. El presidente de Bugatti, Wolfgang Dürheimer, expuso en la presentación del Chiron: “No me puedo quitar de la cabeza la idea de un cupé de cuatro puertas […] Es una de las ideas que contemplaremos para nuestro siguiente proyecto". Pero al ser preguntado por un posible SUV, la respuesta fue una rotunda y clara negativa.

Similar situación es la de Koenigsegg. Christian von Koenigsegg, responsable de la compañía, comentaba en el pasado Salón de Ginebra que técnicamente sería posible adaptar el chasis de sus deportivos a un todocamino, para puntualizar a continuación: “No soy un fan de los SUV. Claro que podríamos venderlos, pero no quiero".

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