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Columna
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Brasil necesita algo más

Puede que los inversores se hayan puesto demasiado eufóricos por los efectos curativos sobre la economía que podría tener el proceso contra la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. La bolsa de Brasil ha subido un 20% este año y el real se ha disparado frente al dólar ya que los inversores apuestan a que Rousseff será reemplazada por una administración más favorable a los negocios.

El vicepresidente Michel Temer es un astuto septuagenario con unas pulidas habilidades políticas que intentará recuperar la confianza de los inversores en un nuevo gobierno. La economía lo necesita, después de contraerse casi un 4% en 2015. Parece probable que se contraiga lo mismo este año.

Pero Temer se enfrentaría a fuertes protestas de la izquierda, que compara el impeachment de Rousseff con un golpe de Estado. Estos comentarios podrían empeorar si hubiera que tomar cualquiera de las medidas de la economía necesita, como la reforma de las pensiones y el freno a otros gastos sociales. Por lo tanto, es probable que camine con cuidado sobre los recortes sociales y promueva un régimen más liberal para la inversión extranjera en la industria del petróleo, más ventas de activos de la petrolera estatal Petrobras y unos términos y condiciones en la infraestructura pública más tentadores. También puede que nombre a un nuevo ministro de Finanzas respetado por Wall Street.

La votación para destituir a Rousseff fue groseramente hipócrita. Sin embargo, la mayoría de los brasileños quieren que se vaya por los efectos de la caída de las materias primas, su ineptitud estatista y la investigación cada vez mayor en Petrobras. En esta se descubre aún más suciedad en los miembros del partido de Temer, el PMDB, su gobierno se encontrará con problemas y estará distraído por el escándalo. Eso hace que el mensaje para los inversores sea: comprador tenga cuidado.

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