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Un seguro básico de salud cuesta 25 euros al mes

¿La anestesia? Eso no lo cubrimos

Antes de contratar un seguro sanitario, fíjese bien en la letra pequeña. Algunos no incluyen todos los servicios

Al igual que Internet, el móvil o las vacaciones, contar con un seguro de salud privado se ha convertido para muchos españoles en una necesidad más. Tanto es así que el año pasado estas pólizas fueron las que más crecieron de todas, por encima del 3% respecto a 2014, según la patronal de las aseguradoras, Unespa. Algo que ha llevado a que sean un recibo habitual para más del 30% de los hogares en España pese a que todavía sigue siendo caro. Unos 2.200 euros anuales estima la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) que puede costar un seguro de este tipo para una familia de cuatro miembros.

La demora para visitar a los especialistas y la realización de pruebas médicas debido al deterioro de la sanidad pública ha impulsado en los últimos años la contratación de este tipo de seguros, sobre todo entre las mujeres de 25 a 35 años, que son las más interesadas en la protección complementaria, según Rastreator.

No se trata de enfrentar a la sanidad pública con la privada, pero un estudio de la Federación Nacional de Clínicas Privadas muestra que la tardanza para la realización de pruebas médicas en las privadas es de 12 días de media frente a los meses que, en algunos casos, hay que esperar en los hospitales públicos para someterse a pruebas diagnósticas como mamografías, ecografías, escáner o TAC, o para recoger los resultados.

La larga espera en la atención en el Sistema Nacional de Salud es el principal motivo que anima a contratar un seguro. También una cierta bajada de precios (8,5% en 2015) ha influido en el crecimiento de estas pólizas. Los comparadores online, la fuerte competencia entre las compañías y la guerra de precios han permitido que ahora se pueda contratar un seguro de salud, ­eso sí, muy básico­, por poco más de 25 euros mensuales, según recoge la masiva publicidad que abarrota la televisión, la radio, Internet e incluso las entidades bancarias, que bonifican estos productos para muchos de sus clientes. No obstante, de acuerdo con el portal Rastreador, la póliza contratada más habitual y más completa no baja de los 48 euros al mes.

Miguel Ángel Serrano, del departamento jurídico de Facua, asegura que la competencia tan feroz entre las compañías y la venta masiva de estos seguros “genera más indefensión para los consumidores” porque la información que se ofrece es escasa o confusa y “hay que estar mucho más alerta a lo que se firma”, que es en definitiva lo que cuenta frente a lo que diga el comercial que lo vende.

A tener en cuenta

El precio es uno de los puntos que hay que analizar con paciencia antes de contratar un seguro médico, bien sea en Internet, en la aseguradora o en el banco. Porque “las pólizas con coberturas similares pueden llegar a alcanzar una diferencia hasta del doble en función de la aseguradora donde se suscriba y del 250% cuando se trata del seguro dental”, explican en Rastreador.

El copago o franquicia, que implica abonar una cantidad en cada acto médico o intervención, es una de las formas de abaratar el recibo mensual, pero, ojo, si el paciente va a hacer un uso muy intensivo del servicio, a la larga puede salir más caro que una póliza sin franquicia, como explica Fernando Sanahuja, socio del bufete Sanahuja & Miranda.

Las coberturas y, sobre todo, las exclusiones hay que sabérselas como el padre nuestro porque es lo único que garantiza la asistencia y el éxito si hay que reclamar. No es tan raro que algunas pólizas no incluyan anestesia en las intervenciones o partos, o que haya que pedir autorización a la compañía para ciertas pruebas médicas más costosas.

Uno de los motivos que generan más reclamaciones es la exclusión de las enfermedades preexistentes, es decir, contraídas antes de la firma del contrato. “Muchas compañías, cuando tienen que dar cobertura, alegan que eran patologías anteriores no declaradas”, afirma Sanahuja. Para evitar conflictos, las compañías aseguradoras obligan a los clientes a rellenar un cuestionario de salud donde se recogen las patologías previas, pero en muchas ocasiones vienen incompletos. De hecho, en la mayoría de las empresas no hacen ni reconocimiento médico. No obstante, en el caso de que la aseguradora no ofrezca este cuestionario, no hay que preocuparse porque “el beneficio entonces será para el cliente”, puntualiza Serrano.

Cambiar de empresa

Además, cambiarse de compañía cuando ya se ha declarado una enfermedad preexistente o desconocida es mucho más difícil y por eso hay que comprobar si estarán cubiertas, porque hay patologías graves que se manifiestan después de iniciadas, advierten en la OCU.

Las aseguradoras también se cubren las espaldas estableciendo los periodos de carencia para algunas enfermedades, que suelen ir desde los tres a los ocho meses en función de las patologías o las compañías.

Igualmente, es conveniente comprobar si existe algún límite económico en la asistencia sanitaria; si la póliza cubre tratamientos experimentales, tratamientos para el cáncer, homeopatía, acupuntura, reproducción asistida, etcétera, y la cantidad diaria o mensual y el periodo que se tiene derecho a percibir en el caso de que cubra indemnización por baja laboral.

Si vive en una provincia o ciudad pequeña, ojo con el cuadro médico de la póliza. Sanahúja señala que no es raro que muchas compañías no dispongan de todas las especialidades médicas en algunas poblaciones, como rehabilitación, maxilofacial…, o que estos sean mucho más reducidos de lo que asegura la publicidad.

En cuanto a la cobertura dental, cada vez más en auge, conviene comparar, además de la cuota mensual, la diferencia del precio de los tratamientos que ofrece la compañía respecto a clínicas independientes. El precio de esta cobertura, según la OCU, oscila entre los 52 y los 126 euros anuales.

Plazos para darse de baja

 

Dicen en la OCU que ninguna aseguradora garantiza la renovación de las pólizas a los clientes ni la limitación de las primas a un máximo conocido. Este punto genera muchas quejas porque, a medida que el paciente se hace mayor, generando más gastos a la compañía, esta puede cancelar de forma unilateral el seguro o realizar una subida desproporcionada de la prima anual inasumible para el usuario. En esta línea, Sanitas perdió una demanda por elevación del precio de 41 a 82 euros mensuales a un asegurado que utilizaba con frecuencia la póliza.

Por ello es importante conocer los plazos marcados por ley y que tiene que cumplir la aseguradora en caso de baja. Con la normativa en mano, la entidad tiene que notificar por escrito con dos meses de anticipación a la renovación de la póliza la cancelación del seguro. DKV es la única compañía que garantiza la no cancelación del contrato unilateralmente a los clientes de más de tres años con enfermedades graves.

Si es el cliente el interesado en cancelarlo, el plazo se reduce a un mes. Cuando el seguro cubre indemnización por baja laboral, el asegurado tiene que comunicarlo a la compañía en un plazo de siete días; si no, esta puede negar la cobertura.

 

 

Adeslas y Sanitas, las más baratas

El Informe Global Actuarial, realizado con la técnica del comprador misterioso, señala que Adeslas, con una cuota del 28%, y Sanitas, con el 18%, son las compañías más económicas a la hora de contratar una póliza, mientras que DKV es la más cara.

Adeslas y Cigna son las más valoradas por los usuarios, y Sanitas y Caser, las menos apreciadas, conforme al estudio de satisfacción de la OCU.

 

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