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Tribuna
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¿Estamos preparados? ¿Lo está el BCE?

El viernes pasado el Gobernador del BOJ (Banco de Japón) volvió a sorprender al mercado al reflejar un elevado optimismo sobre la recuperación económica y las perspectivas de aceleración de la inflación hacia el objetivo del 2.0%. Considerando que hay un riesgo significativo de que la economía japonesa esté de nuevo en recesión y también que los precios mantienen un crecimiento nulo en cifra anual, hay sospechas fundadas de que el BOJ esté intentando preparar al mercado para la aprobación de nuevas medidas monetarias expansivas en su reunión de final de mes. Naturalmente, prepararle para que el impacto de esta decisión se vea maximizado. Sacar el máximo provecho de recursos escasos. Y las medidas monetarias, tradicionales y la nueva política de compra de activos, pueden parecer ilimitadas pero su impacto no lo es. ¿Credibilidad? al final el BOJ tiene un objetivo de inflación del 2.0 % que debe perseguir. Y el aumento de la base monetaria sigue siendo el mejor instrumento posible para hacerlo. Pero Kuroda también advierte del efecto deflacionista de los precios exteriores… ¿cómo luchar contra esto? Es complicado.

Mientras esto ocurre en Japón, en la zona Euro los consejeros que han hablado públicamente en los últimos días nos han dejado tres mensajes: (1.) que el QE (la flexibilización cuantitativa, en inglés quantitative easing) está funcionando bien; (2.) que la inflación (y perspectivas a futuro) está por debajo del objetivo oficial; (3.) que el contexto internacional se ha convertido en un factor de riesgo significativo. Al valorar con calma estos mensajes surge una pregunta obvia: ¿para cuándo un aumento del QE? En cantidad y/o duración. Admito que soy de la opinión de que las decisiones de este tipo, si finalmente son necesarias, deben tomarse lo antes posible. Pero, por otro lado, también creo que los mensajes de las autoridades monetarias deben ser coherentes. Y no ha cambiado nada fundamental para que si en septiembre el BCE optó por mantener la política actual ahora decida cambiarla. Sí, hay tiempo para hacerlo. Pero no espero que vaya más allá de final de año para que finalmente implemente nuevas medidas expansivas...

Dicho lo anterior, espero que el presidente Draghi se muestre en la conferencia posterior a la reunión del BCE de esta semana propenso a tomar medidas… si fuera preciso. Según hemos visto antes, en teoría lo es. Solo falta entonces fijar el momento (en mi opinión, en la reunión de principios de diciembre) y concretar qué medidas se pueden tomar. Y es que, al margen de retocar la cantidad y la duración del QE, también se podría optar por otras decisiones. Por ejemplo:

1. Ampliar la compra de papel a deuda corporativa y activos no negociados en mercados organizados (préstamos morosos).

2. Recorte del tipo de depósitos desde el -0.2 % actual.

3. Mayor flexibilidad en los préstamos a medio y largo plazo (LTRO).

Muchos de ustedes pensarán que algunas de estas medidas suponen un paso cualitativo significativo que va más allá de ampliar el QE. Por ejemplo, bajar más el suelo del tipo de depósitos. No, yo no creo que lo vayan a hacer a corto plazo. De hecho, quizás no lo hagan en el futuro próximo. Aunque yo no diría que es imposible. Quizás, tal vez, si el euro sigue ofreciendo indicios de fortaleza y se acentúa la restricción financiera reciente debería pensarse en una medida extrema de estas características. No tan difícil de asimilar puede ser la posibilidad de que el BCE siga liberando balance de la banca comprándole activos sin mercado, aunque esto requeriría de nuevo plantearse cómo se distribuye el riesgo asumido entre los bancos nacionales. Y los estados. Por lo que respecta a la flexibilidad en los LTROS, ampliando su vida sin vincularla a préstamos a empresas. Esta es sin duda una opción factible.

No, yo tampoco creo que el BCE esté en estos momentos preparado para tomar estas medidas. Pero sí es relevante confirmar su existencia, siempre que fuera por una situación extrema. Por el momento, en mi opinión, no lo es. Pero sí es necesario ampliar el carácter expansivo de la política monetaria actual.

Aunque solo sea para seguir aislando a las condiciones financieras del área de la potencial inestabilidad desde el exterior. Lamentablemente, cada vez menos un riesgo y más una certeza. Y es que la inestabilidad actual, como reflejo en parte de la incertidumbre que nos acompaña desde hace meses, viene para quedarse.

José Luis Martínez Campuzano es estratega de Citi en España.

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