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El Banco de España constata una leve desaceleración en la construcción

El consumo privado mantiene el buen tono de la actividad

La deuda esquivará el 100% del PIB si se cumple el déficit Dos millones menos de habitantes en 2050

Consumidores en un centro comercial.
Consumidores en un centro comercial.

Cuarenta y ocho horas antes de que el Instituto Nacional de Estadística (INE) haga público el avance de cuánto se incrementó el PIB en el segundo trimestre del año, el Banco de España dio a conocer hoy su informe de coyuntura correspondiente a los meses de julio y agosto. En él constató que el consumo privado logró mantener un elevado dinamismo al final del segundo trimestre. Así lo avalan tanto los indicadores cualitativos, como son los que evalúan la confianza de consumidores y empresas; como los cuantitativos que miden, por ejemplo, las ventas minoristas o las matriculaciones de coches y las transacciones de viviendas.

Este comportamiento expansivo del gasto de los hogares ha seguido gracias a la tendencia favorable del empleo y a la mejora de las condiciones de acceso a la financiación. Y en paralelo, tal y como explica el supervisor, habría continuado la recuperación de la inversión residencial iniciada a comienzos de 2014. Tanto es así que los visados para obra nueva acumulan un aumento del 40% en el primer cuatrimestre de este ejercicio.

Por el lado de la demanda, las compraventas de casas también mantuvieron, con datos hasta mayo, la tendencia alcista de los meses precedentes. En la actividad de construcción, no obstante, el organismo dirigido por Luis María Linde, sostiene que se estaría detectando una suave desaceleración, después del repunte experimentado durante los primeros meses del ejercicio ante la expectativa electoral en comunidades autónomas y ayuntamientos. También fueron muy positivos los indicadores referidos a la inversión empresarial, que volvieron a mostrar un buen tono. De hecho, el clima de confianza de los productores de bienes de equipo experimentó un nuevo repunte en mayo, justo el mismo mes en el que se había registrado una aceleración anual de la producción de esta clase de productos. En esta línea, el informe destaca el fuerte dinamismo con que cerraron el trimestre las matriculaciones de vehículos de carga.

Por último, y en lo referido al sector exterior, el estudio pone el acento en que las ventas al exterior de bienes de consumo duradero volvieron a registrar a finales del segundo trimestre una tendencia claramente al alza, impulsadas por las exportaciones de coches; mientras que las importaciones, que se habían acelerado en los meses previos, ralentizaron su ritmo de avance, lo que contribuye a equilibrar la balanza comercial. Todos estos buenos datos explican el avance del empleo, que a su vez retroalimenta la confianza y la mayor actividad. Así, el Banco de España no atisba, por ahora, grandes nubarrones en el horizonte.

Dos millones menos de habitantes en 2050

Las últimas Proyecciones de Población de España fueron publicadas por el INE en octubre de 2014. Muestran un gradual y continuo descenso de la población en todo el horizonte estudiado, de forma que en 2050 el número de habitantes ascenderá a poco menos de 44 millones, dos millones menos que en la actualidad. Y en 2064 el nivel de la población se situará por debajo de los 41 millones, lo que supone una caída de más de 5,5 millones de personas en relación al 1 de enero pasado. En paralelo, las cifras auguran un progresivo envejecimiento demográfico y un incremento de la tasa de dependencia.

La población española se situó, el 1 de enero de 2015, en 46.439.864 personas, lo que supuso un descenso interanual de 70.000 personas (-0,16%). El peso de la población extranjera continúa con el descenso iniciado en 2008, y se situó en enero pasado en el 9,6%, con un total de 4,4 millones de habitantes.

Por nacionalidades, casi la mitad procede de Europa, seguida de América y de África (22,5% y 21%, respectivamente). El peso de los extranjeros originarios de América del Sur se ha visto reducido por los efectos de la crisis, en favor de los procedentes de la Unión Europea y de Asia, particularmente de Rumanía (un 16% del total de extranejeros) y China (4%). Por tramos de edad, la población se concentra entre los 30 y los 64 años; y dentro de este grupo, en el colectivo de entre 45 y 64 en el caso de los nacionales, y de entre 30 y 44 en el de los extranjeros. El colectivo de 65 años o más tiene mucho más peso en la población nacional (19,2%) que en la población extranjera (7.5%). En cuanto a la evolución de los flujos de población, en 2014 continuaron disminuyendo las entradas de inmigrantes, pero al mismo tiempo también se moderó la salida de españoles. No obstante, el saldo migratorio volvió a ser negativo, (salieron más personas de las que entraron) y éste alcanzó las 100.000 personas, casi un 60% inferior al año anterior, como resultado de esa menor salida. Unos 80.000 españoles salieron del país en 2014, frente a los 330.000 extranjeros que también lo hicieron. La propensión a emigrar de los españoles volvió a mostrar una tendencia al alza, al contrario de lo que sucedió con el colectivo extranjero, cuya propensión a salir de España se redujo el ejercicio pasado casi un 2,5%.

La deuda esquivará el 100% del PIB si se cumple el déficit

El Banco de España pide completar el proceso de consolidación fiscal puesto en marcha con el fin de reducir el déficit público para conseguir estabilizar y reducir la deuda pública por debajo del 100% del PIB. En su último boletín económico, el supervisor considera que el cumplimiento del objetivo de déficit del 4,2% del PIB para este año permitiría mantener la ratio de deuda sobre PIB "en niveles ligeramente por debajo del 100%, para comenzar a reducirse gradualmente en los años siguientes".

La ratio de deuda pública sobre el PIB mantuvo su tendencia creciente en España en 2014, hasta situarse en el 97,7% del PIB, frente al 92,1% de 2013, como resultado esencialmente del déficit primario y de la carga de intereses. El estudio insiste en que la deuda de la Administración central se incrementó (pasó de representar el 79,9% del PIB en 2013 a un 84,6% en 2014) y sirvió para financiar la actividad de las comunidades autónomas y las corporaciones locales, que vieron aumentar su deuda con la Administración central, pero no con los mercados financieros.

Por tanto, si se descuentan los activos generados por estas operaciones, el aumento fue de 2,2 puntos porcentuales. En cuanto a la deuda de las distintas regiones, esta se disparó de forma generalizada en 2014. Valencia, Castilla-La Mancha, Cataluña, Baleares, Murcia y Andalucía destacan como las que presentaron mayores niveles en relación con su PIB regional, superiores al 20% en todas ellas.

Por último, según el Banco de España, a 31 de diciembre de 2014 los préstamos recibidos de la Administración central fueron 88,7 millones de euros para las regiones y de 7,5 millones para los ayuntamientos.

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