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Columna
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El impulso de Ferrari a la fidelidad

Ferrari está produciendo con una parte personalizada de Fiat. El holding holandés del fabricante italiano, ahora llamado New Business Netherlands, desveló el jueves planes de salir a la Bolsa estadounidense. Dará un voto adicional a los accionistas que retengan las acciones por tres años, un componente de gobernanza también recogido en su matriz, Fiat Chrysler Automóviles, por Sergio Marchionne. Tras la oferta inicial de Ferrari, FCA planea transferir a sus accionistas el 80% de sus participaciones. La prima de lealtad dejará a la familia Agnelli con una participación mayor que su interés económico, cercano al 24%, en Ferrari. Lo mismo le pasa a Piero Ferrari, hijo del fundador Enzo, que mantendrá el 10%.

Los devotos del F12 berlinetta pueden ver algún encanto en la estructura, especialmente si las acciones benefician al halo de exclusividad que rodea a la compañía. La empresa suele limitar el suministro para asegurar que los consumidores estén esperando, incluso por la edición limitada de LaFerrari, de más de un millón de euros. Esa es una razón por la que Brand Finance la califica como una de las marcas internacionales más poderosas, con un valor de 4.700 millones de dólares.

Marchionne considera que Ferrari vale más que 10.000 millones de euros. Un análisis que compara la compañía con otros fabricantes de coches, en vez de con los grupos de lujo, produce una cifra más cerca de la mitad. Para ganar una valoración sostenible en 11 dígitos, Ferrari tendrá que mejorar los 693 millones de euros del ebitda ajustado del año pasado, lo que podría significar vender más coches de los cerca de 7.000 expedidos. Tal crecimiento podría a su vez crear retos de producción e incluso hacer que Ferrari parezca menos extraño. La mediocre actuación de la compañía en la Formula 1 en los últimos tiempos es un signo de que la precisión no está garantizada. El intento de cumplir las expectativas de Marchionne podría alejar a los fieles inversores.

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