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El Foco
Tribuna
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Balance del crédito en 2014

Joaquin Maudos

Ya podemos certificar que en 2014 el crédito nuevo al sector privado ha caído un 6,3%, en concreto, 28.000 millones de euros. Dicho así, parece un mal dato pero, como en los contratos, hay que leer los detalles de la letra pequeña. Si tenemos en cuenta que el crédito nuevo a las pymes (operaciones de menos de un millón de euros) ha aumentado un 8,6% y el destinado a las familias un 18,7%, la cosa cambia.

Si el total ha caído es porque el crédito en operaciones de más de un millón de euros a las empresas ha bajado un 18,7%, y esas operaciones representan el 50% del crédito total. Veamos con detalle los datos recién publicados por el Banco de España sobre crédito a nuevas operaciones, que es el relevante de cara a la recuperación de la inversión y el consumo.

La brutal caída fue necesaria para corregir el elevado nivel de endeudamiento

A) El nuevo crédito a empresas en operaciones de menos de un millón de euros ha aumentado en diciembre de 2014 respecto a diciembre de 2013 un 15,7% y está en terreno positivo de recuperación desde octubre de 2013. Este es un buen dato porque es el crédito típico de las pymes, que recordemos que generan el 75% del empleo y aportan el 65% del PIB de la economía española. Si comparamos la cifra agregada de nuevo crédito en 2014 con la de 2013, el crecimiento es del 8,6%.

B) El crédito de más de un millón de euros a las empresas ha aumentado de diciembre de 2013 al mismo mes de 2014 un 2,1%, algo muy positivo si tenemos en cuenta que en muchos meses previos estaba en tasas negativas de variación. No obstante, el total del crédito nuevo en 2014 respecto a 2013 supone una caída del 18,7%. Pero en la interpretación de este crédito de mayor importe hay que tener en cuenta que es el típico de las empresas de mayor tamaño, que son las que estaban más endeudadas (por lo que es lógico que deban reducir en mayor medida el crédito), y son menos dependientes del crédito bancario ya que pueden financiarse directamente en los mercados.

c) En el caso de las familias, el crédito nuevo destinado a la compra de vivienda ha aumentado un 23,5% en 2014 (total acumulado del año respecto a 2013) y el destinado al consumo un 18,6%. El total de crédito nuevo a las familias ha aumentado en 2014 en 9.600 millones de euros, de los que algo más de la mitad ha sido para la compra de vivienda. Por tanto, son datos que muestran muy claramente la recuperación del crédito nuevo a las familias.

d) Con esta cifras de crédito bancario nuevo destinado a financiar a empresas y familias, el crédito total ha caído un 6,3% en 2014 (acumulado del año), pero mucho menos que en 2013 (que cayó un 19%). Ahora bien, el dato de diciembre de 2014 respecto a diciembre de 2013 muestra un aumento del 8,5%, algo que hace años que no ocurría.

Estas cifras recién publicadas cerrando ya 2014 invitan a un moderado optimismo respecto a la necesaria recuperación del crédito en España. No son cifras que permitan ver ya el fin de la caída del stock vivo de crédito, que en los últimos 12 meses se ha reducido un 5,8% (86.000 millones de euros), pero sí anticipan que en pocos meses podría dejar de caer, lo que implicará que el nuevo crédito ya superará al que se va amortizando. Hay que tener en cuenta que desde que el crédito al sector privado residente alcanzara un valor máximo cercano a 1,9 billones de euros a finales de 2008 ha caído un 26% (casi medio billón de euros).

Todavía queda un desapalancamiento pendiente, pero de mucha menos intensidad

La brutal caída del stock de crédito ha sido un desapalancamiento doloroso pero necesario para corregir el elevado nivel de endeudamiento de empresas y familias.

El esfuerzo que han realizado ha supuesto que desde 2010 a septiembre de 2014 las empresas españolas hayan reducido un 20% su deuda (285.000 millones de euros), pasando del 133% al 110% del PIB. En el caso de las familias, la reducción de deuda desde su valor máximo en 2008 ha sido del 17% (151.000 millones de euros), lo que ha supuesto que haya caído en 10 puntos porcentuales su peso en el PIB hasta situarse en el 72% en septiembre de 2014. Por tanto, la deuda de familias y empresas ha caído en 436.000 millones de euros en estos años de desapalancamiento.

Dado que los niveles de endeudamiento de empresas y familias siguen siendo excesivos, al menos en comparación con la media europea, todavía queda un desapalancamiento pendiente, pero de mucha menos intensidad del hasta ahora llevado a cabo. Por tanto, en la medida en la que las cifras de nuevo crédito se sigan recuperando como lo han hecho en 2014, es de esperar que más pronto que tarde el stock de crédito empiece a repuntar.

De momento, el viento sopla a favor del crédito en España por dos motivos: porque, por el lado de la oferta, la banca tiene liquidez suficiente para dar crédito y quiere darlo, como así lo ha demostrado en las dos subastas recientes del BCE dirigidas a que se transformen en más crédito (las llamadas TLTRO, donde los bancos españoles han maximizado sus peticiones); y porque, desde el lado de la demanda, la economía está consolidando su salida de la recesión tras seis trimestres consecutivos de crecimiento del PIB, con una tasa que ha ido en aumento hasta el 0,7% del cuarto trimestre de 2014. Además, la demanda interna es la que tira de la economía con aumentos en la inversión y el consumo que, en parte, crecen gracias a la financiación bancaria. Mientras estas dos corrientes de viento sigan soplando, el crédito bancario seguirá la senda de la recuperación. Pero como algún contratiempo haga que el viento deje de soplar (llámense riesgos geopolíticos como Grecia, Rusia, incertidumbres en las próximas elecciones, etc.), la recuperación del crédito bancario sufrirá sus consecuencias y, por extensión, la tan deseada y necesaria salida de la crisis económica.

Joaquín Maudos es catedrático de la Universidad de Valencia-Ivie y colaborador del CUNEF.

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