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Columna
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Amazon, a contracorriente

La oferta de deuda de Amazon por valor de 6.000 millones de dólares (unos 4.900 millones de euros) implica que hay un grado menos de dinero fácil. La negativa del minorista online a especificar para qué quería financiación y una delgada cobertura de intereses le obligaron a trabajar más duro que la mayoría para atraer compradores. La emisión récord de Medtronic y el debut de Alibaba tuvieron una salida más fácil. No se puede decir que los inversores sean demasiado exigentes.

Estos siguen enamorados de las perspectivas de Amazon aunque perdió 437.000 millones de dólares en el último trimestre. La compañía cotiza en varios cientos de veces sus ingresos estimados para 2015. Los mercados de deuda son comprensiblemente escépticos, pero solo hasta cierto punto.

Obligaron a Amazon a fijar el precio de su deuda a 10 años, uno de los cinco vencimientos que ofrece, en 155 puntos básicos sobre los bonos del Tesoro de Estados Unidos, o en un 3,8%. Es una rentabilidad superior a la de Medtronic en la emisión más importante del año, por valor de 17.000 millones de dólares, para financiar la adquisición de su rival irlandesa Covidien por 43.000 millones dólares. Alibaba también pagó una tasa inferior por los 8.000 millones de dólares que recaudó el mes pasado.

A diferencia de compañías rivales como Apple, Microsoft y otros, Amazon no puede proferir una acumulación de dinero en efectivo en el extranjero para tranquilizar a los prestamistas sobre su capacidad para pagarles. No hace tanto, las tecnológicas tuvieron problemas para acceder a los mercados de crédito. Las preocupaciones por la obsolescencia y la falta de activos fuertes para ponerlos como garantía era difíciles de superar.

La deuda del gobierno estadounidense mantiene a los inversores a la caza de cualquier posible rentabilidad. El papel del Tesoro a diez años, que comenzó el año en un 3%, ahora da un 2,3%. Así, Medtronic, Alibaba y Amazon pueden tener un cierto atractivo, pero no son tentadores.

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