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Columna
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Un merecido castigo

El mercado no es demasiado negativo respecto a la libra. La caída de la libra esterlina –un 6% frente al dólar desde el 15 de julio y el 2% desde la mañana del viernes hasta el lunes por la mañana– no es tanto una muestra de pánico como una respuesta racional a la posibilidad de que Reino Unido se divida en dos. Por supuesto, Escocia todavía puede votar en contra de la independencia en el referendo del 18 de septiembre. La encuesta más reciente, que muestra una estrecha mayoría en favor de la secesión, podría producir un efecto contrario a favor de la estabilidad, especialmente dado que Londres está endulzando su oferta de traspaso de competencias. Esa es la lección de Quebec, que sigue siendo parte de Canadá después de la derrota por la mínima de un referéndum sobre la independencia en 1995.

Aun así, los inversores tienen que pensar en probabilidades, y las probabilidades de ruptura son más altas ahora que nunca antes. Si el país se dividiese, no sería el fin del mundo para la libra. Pero sería malo. La independencia crearía una crisis política en Londres. Un reducido Reino Unido es bastante probable que termine en peores condiciones, tanto al norte como al sur de la frontera.

Además, cualquier nuevo acuerdo de divisas será perjudicial para la libra esterlina. Tal vez el mayor riesgo para la moneda proviene del mayor socio comercial de Reino Unido, la zona del euro. La pérdida de la relativamente proeuropea Escocia supone un voto a favor para la salida británica más sencilla de la Unión Europea. Incluso antes de eso, Reino Unido perdería por haber abandonado uno de los principios clave de la política europea –la estabilidad de las fronteras establecidas–. Dado que el respeto es fundamental en las interminables negociaciones políticas de la UE, la pérdida del estatus británico sería costoso.

¿Cuánto más podría caer la libra? La moneda ha operado en un rango aproximado de 1,50 a 1,65 dólares desde finales de 2010 hasta principios de 2014. El fondo de esa horquilla probablemente ofrezca un suelo, si todavía no es un objetivo.

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