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Su recaudación no ha caído nunca

La presión fiscal ligada al IBI se ha disparado un 53% en cinco años

Viviendas en construcción en Madrid.
Viviendas en construcción en Madrid.Pablo Monge

El IBI, que grava a los propietarios de inmuebles, se ha convertido en la tabla de salvación de las administraciones locales en un escenario impositivo de fuerte castigo a la recaudación tributaria. Los tres tributos que más dinero aportan a las arcas públicas (IRPF, IVA y Sociedades) han sufrido caídas como consecuencia del recorte sin precedentes del empleo, del consumo y de los beneficios empresariales. Frente a todos ellos, el IBI, que se instauró en 1989 en sustitución de tres tributos (la contribución territorial rústica, urbana y el impuesto municipal sobre solares) y que es de titularidad municipal nunca ha dejado de crecer.

Así se constata en los datos de la Dirección General del Catastro, que muestran la evolución de la cuota líquida (el importe total de los recibos que pagan los propietarios menos el importe de las bonificaciones legalmente previstas) entre 2008 y 2012. En 2008, los pagos por este tributo se elevaron a 8.352 millones mientras que en 2012 subieron hasta 11.930 millones de euros, lo que representa un incremento del 42% en ese período. La presión fiscal, medida como el porcentaje que representa la cuota líquida sobre el PIB regional, creció un 53% en esos cinco años, en gran medida por el desplome económico generalizado del crecimiento de las autonomías en ese período. En 2008, la presión fiscal ligada al IBI era del 0,7% del PIB regional y cinco años después ha subido al 1,07%.

Murcia es la autonomía en el que la el peso del tributo más ha crecido, con un 66% más desde 2008

Un análisis pormenorizado de los datos por autonomías muestra que el comportamiento de la presión fiscal ligada al IBIno ha sido igual en todas las autonomías. La comunidad más castigada en términos fiscales es Andalucía, que registró en 2012 una presión del 1,49% del PIB, con una factura para los propietarios de inmuebles de 2.100 millones frente a los 1.438 millones de 2008. Un incremento de 662 millones cimentado en los sucesivos incrementos de tipos que ha coincidido con una desplome sin precedentes de los precios. Andalucía ha arrebatado a la Comunidad Valenciana el primer puesto que ocupaba al inicio de la crisis. En 2012, la comunidad presidida por Alberto Fabra se sitúa en el segundo lugar con una presión fiscal del 1,42% del PIB, lo que representa un incremento del 40,5%. En la clasificación le siguen Murcia (1,33%), que registró un incremento de la presión fiscal del 66%, el mayor de todas las autonomías y Baleares (1,32%). Todas ellas tienen en común que son comunidades con municipios turísticos de sol y playa, en los que se concentró el boom inmobiliario.

En términos absolutos, Cataluña era la que más ingresaba en 2008 (1.780 millones) y sigue siéndolo en 2012 (2.407 millones). En segundo lugar, figura Andalucía, con 2.100 millones, y en tercero, Madrid, con 1.971 millones. Las tres son las más comunidades autónomas más pobladas y aglutinan al 48% de los habitantes empadronados

El impuesto ‘señalado’ por Montoro y Lagares

Un mes después de ser elegido presidente del Gobierno, Mariano Rajoy presentó en Consejo de Ministros un plan para reconducir las cuentas públicas españolas que incluía una subida de impuestos para incrementar la recaudación en 6.000 millones. Las dos grandes medidas eran un incremento temporal de dos años (2012 y 2103) del IRPF para todas las rentas y del IBI para todas aquellas viviendas que estuvieran por encima del valor medio tomando por referencia el valor catastral de cada municipio. Lo que iba a ser una medida temporal se prolongó un año (2014) para el IBI y dos años para el IRPF (2015). En el caso del IBI, el Ejecutivo lo justifico con el objeto de dotar de mayores recursos a las entidades locales. Esta prorroga fue recibida como un balón de oxígeno para los ayuntamientos y fue interpretada como un premio a su austeridad, que les llevó a ser la única administración que cerró 2013 con superávit fiscal, lo que sin duda sirvió para cuadrar un déficit lastrado por el Estado y las autonomías.

El IBI también ha sido protagonista en la gestación de la reforma fiscal aprobada por el Ejecutivo. La comisión de expertos presidida por Manuel Lagares, designada por Hacienda para hacer el esbozo de los cambios tributarios, sugería un incremento generalizado de los impuestos sobre la propiedad inmobiliaria (la recaudación de los ligados a las compraventas está excesivamente sujeta a las oscilaciones de los ciclos económicos) y más en concreto abogaba por un alza del IBI. El documento proponía acercar los valores catastrales a los de mercado, lo que implicaría un incremento notable de la base imponible de este tributo local. Algo que descartó rotundamente Hacienda, tras haber prorrogado hasta 2015 la subida temporal del IBIaprobada a finales de 2011.

Datos y cifras del Catastro

Usos: los últimos datos de la Dirección General del Catastro revelan que hay 38,3 millones de inmuebles censados. De ellos, 23,1 millones (el 60,3%) son de uso residencial. La comunidad autónoma con mas inmuebles de estas características es Andalucía, con 4,2 millones, seguida por Cataluña (3,5), Comunidad Valenciana (3,1) y Madrid (2,7). Los almacenes y aparcamientos suman un total de 8,1 millones de inmuebles censados (el 21,1%).

Parcelas: La estadística muestra que en España hay tres millones de parcelas sin edificar. Las autonomías que más tienen son aquellas que han sufrido con más virulencia el éxodo desde el ámbito rural a las ciudades:Galicia, con 596.000 parcelas, y Castilla y León, con 476.000.

Antigüedad: De los 38,3 millones de inmuebles censados en España, 8,9 millones (el 23,2% del total) se construyeron entre 2000 y 2009, coincidiendo con el boom inmobiliario. En esos diez años se iniciaron tantos inmuebles como en los 20 ejercicios anteriores. La comunidad en la que más actividad constructora se llevó a cabo hasta 2009 fue Andalucía, con 1,8 millones, el 20,2% del total.

Suelo: La presión ejercida por la construcción durante los años del boom inmobiliario provocó una fuerte caída del suelo no edificado en España. Los últimos datos del Catastro lo sitúan en el 44,7% del total. Los porcentajes más bajos corresponden a Baleares (30,7%) y Cantabria (33,1%), en ambos casos ligados a su reducido tamaño. En el otro lado se sitúan Murcia, con un 60,1% de suelo vacante, seguida por Castilla-La Mancha, con un 51,1%. Por provincias, la lista esta liderada por Guadalajara (62,6%) y Toledo (55,5%).

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