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Columna
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Siglas que animan las bolsas chinas

Las acciones de China acaban de tener su mejor mes desde 2012. Cuatro palabras explican por qué, aunque ninguna realmente justifica una rentabilidad continuada. Primero, está el PIB, que se ha estabilizado gracias a un mini estímulo impulsado por el gobierno. Los inversores ya no esperan que el crecimiento se estrelle, pero el cumplimiento del objetivo oficial de crecimiento del PIB del 7,5% apenas merece una recuperación sostenida.

Luego están las nuevas consignas de liquidez. La Financiación Social Total, el nuevo dinero inyectado en la economía, fue casi el doble que en junio del año pasado. Además, los medios estatales informaron de que el Banco Popular había bombeado un billón de yuanes (unos 120.000 millones de euros) al Banco de Desarrollo de China a través de un nuevo mecanismo denominado Compromiso de Actividad Crediticia Complementaria. Aunque el banco central ha guardado silencio, cualquier cosa que empuja el crédito de China más allá del actual 250% del PIB es un mal presagio para la rentabilidad en el futuro.

La reforma de las Empresas de Propiedad Estatal podría ser una fuente de beneficios, aunque ha habido pocos cambios. Las acciones de Banco Everbright subieron después de que asegurara que su matriz puede convertirse en sociedad anónima, pero no parece que eso vaya a beneficiar a los accionistas de la filial.

Las razones para el rally parecen incoherentes, al igual que gran parte de la reciente reforma de China. Algunos cambios previstos, como permitir que el mercado establezca los tipos de interés de los depósitos bancarios, deberían ser perjudiciales para los bancos, pero sus acciones siguen subiendo.

Hasta ahora en China se ha evitado hacer cualquier cosa que pueda dar rienda suelta a las fuerzas del mercado, el fracaso o el caos. Por ahora, todo lo que importa es demasiado grande para quebrar. A pesar de que eso podría dar a los valores algo de apoyo a corto plazo, es apenas una razón para el optimismo a largo plazo.

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