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Fondos de inversión

Buen asesoramiento

Vista del Palacio de la Bolsa de Madrid
Vista del Palacio de la Bolsa de MadridPablo Monge

Son conceptos intangibles en cierta medida y que se escapan a la mayor parte de ahorradores e inversores españoles pero de una importancia capital para mantener una buena salud patrimonial y financiera. Nos referimos a los conceptos de asesoramiento verdaderamente independiente y libre de conflictos de interés. La independencia se consigue solo con el cobro directo al cliente y por tanto con la ausencia de cualquier tipo de incentivos, retrocesiones o ingresos de terceros. La ausencia de conflictos de interés se consigue mediante el ejercicio en exclusiva de la tarea de análisis y asesoramiento. Desde el momento que en una misma entidad se intermedia y comercializa o se gestiona surgen los conflictos de interés con los consiguientes e inevitables perjuicios para los clientes. Desgraciadamente, como la legislación permite tanto las retrocesiones como el desarrollo de diferentes actividades conflictivas en una misma entidad se puede afirmar sin paliativos que la totalidad del sector opera en este modelo de negocio. El sector se resiste a cambiar porque implicaría enormes cambios organizativos y en muchos casos importantes mermas de ingresos pero el cambio es absolutamente necesario.

Decíamos que pueden ser conceptos algo intangibles dada su complejidad para todas aquellas personas que no pertenecen al sector financiero pero vamos a intentar a mostrarles a continuación su importancia y “tangibilidad”. Sobre los efectos dañinos de las retrocesiones y las comisiones provenientes de terceros en los costes soportados por los ahorradores y la idoneidad de las recomendaciones ya les hemos proporcionado bastantes detalles en estas páginas (ver “El reto de las retrocesiones”) por lo que en esta ocasión me centraré en los problemas de concentrar en una misma entidad financiera las actividades de intermediación y comercialización, gestión y asesoramiento.

En primer lugar me voy a detener en una entidad que realiza intermediación y comercialización y que luego intenta proporcionar asesoramiento de calidad. Estas son entidades que normalmente son o tienen dentro del grupo una agencia o sociedad de valores, lo que ordinariamente se denomina un bróker. También pueden ser entidades que realizan banca de inversión. Un ejemplo debería ser ilustrativo. Como sociedad o agencia de valores puedo intermediar y comercializar fondos de inversión. En esta lucrativa actividad lógicamente siempre estaré interesado en maximizar los ingresos. Esto es lo mismo que decir que mi objetivo como empresa es colocar al inversor o ahorrador aquellos fondos con comisiones más elevadas o, en el caso de los fondos con clases, en aquellas más caras ya que son las que más ingresos me generan. Por ello a poco que se fijen los lectores estas entidades siempre ofrecen fondos de clases minoristas que son las más caras. Estas clases son tan caras porque llevan aparejadas una importante componente de comercialización (y no de gestión) que es la que remunera a la entidad por hacer precisamente esa actividad, comercializar. Obviamente ello es incompatible con un buen asesoramiento que debiera procurar reducir los costes al ahorrador y por tanto incrementar de forma equivalente su rentabilidad neta.

En segundo y último lugar es contradictorio proporcionar un buen asesoramiento si la misma entidad se dedica a la gestión de fondos de inversión. Con otro ejemplo ampliamente extendido en la industria nacional verán rápidamente el problema. Imaginen una entidad que gestiona dos fondos de inversión, uno de renta variable europea y otro de rentabilidad absoluta por poner también dos clases de activo de moda. Esta entidad en su labor de “asesoramiento” buscará conducir el dinero de los ahorradores a estos dos fondos. Los problemas que suelen presentarse son significativos. En primer lugar estos fondos suelen comandar unas comisiones de gestión elevadas de un 2% anual en el fondo de bolsa europea y un 1,5% en el fondo de rentabilidad absoluta. La alternativa para una entidad que solo realiza análisis y asesoramiento y cobra por ello es recomendar un fondo de Bolsa europea y otro de rentabilidad absoluta de gran calidad dentro del amplísimo universo disponible a nivel internacional y nacional con unas comisiones que pueden ser perfectamente la mitad de las anteriores (clases de banca privada, institucionales o “limpias”). Además resulta que difícilmente la selección de producto de esta entidad con estos dos fondos será la idónea teniendo la entidad que sólo realiza asesoramiento disponibles las mejores gestoras internacionales y los mejores especialistas en cada clase de activo.

Los reguladores deberían avanzar en la prohibición de realizar actividades no compatibles dentro de una misma entidad. Mientras, los ahorradores debieran avanzar en su formación y conocimientos para mejorar su salud financiera.

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