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Mercado inmobiliario

El ladrillo, a la espera de otro El Dorado

Constructoras y promotoras han tenido que abandonar el parqué, refinanciar deudas, afrontar concursos de acreedores y buscar nuevos nichos de mercado para su actividad

La segunda se produce en los noventa, donde la caída de los tipos relaja las condiciones de los préstamos. Las facilidades de los bancos llevan a muchos españoles a destinar el 50% de su renta a la compra de vivienda a pesar de que los precios de los pisos se disparan como nunca y de las medidas -o por ellas- para la liberalización del suelo.

Las grandes inmobiliarias cotizadas pierden 84,6 millones de euros al cierre del primer trimestre del año, lo que supone reducir en un 60% los 'números rojos' contabilizados un año antes

Y de aquellos lodos, estos barros de la situación actual en la que la caída de Lehman Brothers en 2008 provocó una crisis financiera internacional y puso de relieve la debilidad de promotoras y constructoras. Con una oferta de pisos muy superior a la demanda y unos precios disparados, la crónica del pinchazo de la burbuja inmobiliaria estaba anunciada y muchas empresas del sector tienen que enfrentar una “reorientación de su actividad” como Colonial que “decide abandonar el negocio del suelo y las promociones y centrarse en exclusiva en el alquiler de oficinas en zonas prime de ciudades como Madrid, Barcelona o París”, explica un portavoz.

“Hay que buscar nuevos nichos de mercado, porque el inmobiliario residencial no tiene visos de recuperación a corto plazo”.

Los stocks de casas, edificios y oficinas vacíos y nuevos hicieron también mella en los bancos, que financiaron sin reservas. A los particulares, el paro y el endeudamiento excesivo les ha llevado al impago y al drama del desahucio. Las empresas se han visto abocadas a encarar fuertes reestructuraciones de deuda, reorganizar el negocio e incluso, salir del parqué.

Es el caso de Metrovacesa, tras más de medio siglo de cotización y noventa años de historia. Hoy “se ha consolidado como la inmobiliaria patrimonialista líder en España, se está llegando al final de ciclo y debemos estar preparados”, explica Itziar Mendizabal, directora de patrimonio. Es importante, “tener buenos edificios, bien situados, pero debemos ir más allá y dar cobertura a las nuevas necesidades de los clientes”. Una interrelación que la globalización y el negocio digital “nos obliga a ser más flexibles” y a incorporar las nuevas tecnologías para ser más competitivos.

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