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Columna
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El excesivo miedo a la inflación

El persistente miedo a una inflación fuera de control está muy metido en el psique de cualquier banquero central. Pero por ahora, pueden relajarse. Las actuales autoridades monetarias disfrutan más con el mayor margen para maniobrar que tienen ahora.

La desafortunada experiencia de los años 60 y 70 deja claro que la amenaza de una espiral inflacionaria no es hipotética. Sin embargo, los nuevos estudios de los economistas del Fondo Monetario Internacional son tranquilizadores. El mundo ha cambiado desde entonces, porque los precios ya no se mueven tanto como lo hace la economía. “Durante la última década, la inflación en las economías avanzadas se ha vuelto menos susceptible a los cambios en plena debilidad económica”.

Si los precios hubiesen respondido enla Gran Recesiónque siguió a la crisis financiera de 2008 como lo hicieron en los 70, la economía estadounidense hubiese caído en una profunda deflación. El FMI calcula que incluso con la política de facilidad monetaria, los precios estarían cayendo entre un 2% y un 3% anual. En realidad, el IPC solo cayó de forma acusada entre octubre y diciembre de 2008, y ha crecido lenta pero continuamente desde entonces.

Detrás de esta estabilidad está una profecía cumplida. Si los productores y los trabajadores esperan una inflación moderada, presionarán por una moderación de salario y del auge de los precios, y resistirán con fuerza recortes en los sueldos y en los precios. Una vez que los bancos centrales tengan una gran reputación de mantener los precios estables, el carácter moderado de la población les ayudará para retenerlos.

El FMI cree que la variación de precios ya no es tan sensible al ciclo económico

Esa gran reputación, y esas expectativas de inflación le dan a las autoridades esa libertad para acometer una política monetaria expansiva. Incluso si los bancos centrales consiguiesen impulsar un crecimiento muy fuerte, sus anclajes se mantendrían. “Cualquier sobre estimulación de la economía es probable que tenga pequeños efectos sobre la inflación”, dice el FMI. ¿Escuchas, Frankfurt? Muchos de los grandes miedosos a la inflación están en el BCE. Deberían leer el estudio del FMI. Hay margen para más estímulos, y la oportunidad debería tomarse en cuenta.

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