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Tribuna
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Las claves del gas pizarra, oportunidades y garantías

En la tribuna “Los ‘proxy advisors’ y el gas pizarra” (CincoDías 08/03/2013), Bernardo Villazán Gil apunta a que los “riesgos medioambientales enormes” de la extracción de gas pizarra mediante la técnica de la fracturación hidráulica no han pasado por alto a los inversores institucionales.

Primera buena noticia para estos inversores: el 'fracking' es una técnica probada. Con ella se han perforado de manera segura miles de millones de pozos en todo el mundo, 300 de ellos en Europa. Se ha utilizado desde mediados del siglo XX tanto para la extracción de petróleo y gas natural convencional como para el aprovechamiento de la energía geotérmica.

La clave reside en la estricta aplicación de la legislación junto con las mejores prácticas de la industria

En los Estados Unidos, las diferentes administraciones estatales y federales implicadas en el control de esta actividad han concluido que a fecha de hoy no se ha producido caso alguno de contaminación de acuíferos atribuible a la técnica.

De vuelta a Europa, la Real Sociedad de Londres para el Avance de la Ciencia Natural y la Real Academia de Ingeniería del Reino Unido concluyeron en junio de 2012 que los riesgos asociados con la tecnología son conocidos y pueden ser debidamente gestionados .

Todos están estrictamente regulados por la normativa europea y española y, además, se darán a conocer con toda transparencia

La clave reside en la estricta aplicación de la legislación junto con las mejores prácticas de la industria. En este sentido, cabe recordar que España cuenta con una de las legislaciones medioambientales más garantistas del mundo.

Por si quedara alguna duda, el Consejo de Ministros confirmó el pasado 15 de marzo que todos los proyectos deberán someterse al procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental.

¿La otra cara de la moneda? La industria estima que los recursos prospectivos potenciales de gas convencional y no convencional en España ascienden a 2.500 BCM (miles de millones de m3 de gas), lo que equivaldría a 70 años del consumo actual. Su valor en el mercado alcanzaría hoy los 700.000 millones de euros. Aunque se tratan de estimaciones, es decir, cantidades potencialmente recuperables, demuestran que España tiene de facto ante sí una oportunidad única para conocer mejor la riqueza del subsuelo. Por eso es importante abrir un debate honesto, basado en hechos objetivos, sobre las oportunidades que ofrece el desarrollo del gas pizarra (recordemos que aún estamos en fase de investigación, no de producción). Lo que incluye desmontar muchos mitos.

Por ejemplo, en una operación de fracturación hidráulica se utiliza un máximo de 12 aditivos diferentes, en algunos casos solamente dos o tres tipos.

Estos aditivos, presentes en productos de limpieza del hogar o utilizados por la industria agroalimentaria, cumplen funciones muy específicas como la reducción de las bacterias o la mejora de la productividad del pozo.

Todos sin excepción están estrictamente regulados por la normativa europea y española y, además, se darán a conocer con toda transparencia. Respecto a la posible contaminación de los acuíferos, los pozos se aíslan con, como mínimo, tres cubiertas de acero y hormigón y cuentan con sistemas de monitorización para garantizar que no hay fugas. Entre los acuíferos y los pozos hay una distancia de entre 1.500 y 4.000 metros de rocas impermeables por lo que no hay manera de que ningún líquido pueda ascender sin desafiar la ley de la gravedad.

El gas pizarra no es la solución a todos nuestros problemas. Ni para España ni para los cada vez más países europeos que investigan o están abiertos a investigar el potencial de sus recursos de gas pizarra como el Reino Unido, Dinamarca, Holanda, Alemania, Rumania, Lituania, Suecia o Polonia.

Pero sí que es una oportunidad para la creación de puestos de trabajo, la atracción de inversiones, la reducción de la dependencia energética y la mejora de la competitividad de las empresas. Sin contar que tanto la Comisión Europea como el Parlamento Europeo consideran que el gas natural es la mejor energía “puente” para un futuro bajo en carbono.

Mónica V. Cristina es portavoz de la Plataforma Shale Gas España.

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