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Emprendedores

La aventura de Bionure frente a la esclerosis múltiple

Albert G. Zamora sabe lo que es batallar por un proyecto muy personal que no quiere que se acabe. Detrás de su lucha por encontrar un fármaco contra la esclerosis múltiple hay una historia privada y muchos viajes por España, Europa y EE_UU, buscando dinero con el que comenzar los ensayos clínicos con humanos. Le hacen falta siete millones de euros.

Zamora (la G inicial es del apellido de su madre enferma, Guardiola, a la que ha querido homenajear cambiando el orden habitual) trabaja como responsable de transferencia de tecnología y creación de empresas del Hospital Clínic de Barcelona. Un día, en 2008, el investigador Pablo Villoslada fue a verle. Tenía una molécula, llamada ahora BN101, contra la esclerosis múltiple y creía que de ahí podría salir un fármaco. Zamora vio la oportunidad de crear una empresa de biotecnología que lo desarrollase. Pero fue más allá. Se implicó siendo socio fundador de la compañía. Detrás de eso había también un interés muy humano. Su hermana padece esta enfermedad y este gestor se lo tomó como algo personal. De ese primer encuentro surgió Bionure.

"Es el único fármaco que actúa como neuroprotector", asegura Zamora, consejero delegado de Bionure. "El resto van a frenar solo los brotes de la enfermedad". La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune de la que no se conocen las causas exactas, es neurodegenerativa y no tiene cura. Los medicamentos actuales ralentizan la aparición de episodios. Los más usados son los interferones inyectables, aunque han ido apareciendo otros nuevos orales, como Gilenya (de Novartis) y Aubagio (Sanofi). "La diferencia de nuestro medicamento es que además actúa sobre la capa de mielina de los nervios, que se vuelve a recuperar", explica. Ese recubrimiento es lo primero que se destruye con la enfermedad.

El primer año el fármaco podría suponer 600 millones en ingresos

Las pruebas con ratones hasta ahora son positivas, aunque falta un último examen de toxicidad. Si lo pasa, llegará el gran reto, la prueba con humanos. "Si tuviéramos el dinero, empezaríamos los ensayos este año", avanza. La idea de este directivo es llegar hasta las primeras etapas de la fase II (para pacientes con la enfermedad) con siete millones de euros. A partir de entonces, licenciaría a una farmacéutica los derechos de la patente, por los altos costes de desarrollo.

El problema surge en encontrar el dinero. Se ha visto con todo tipo de inversores en muchos lugares del mundo. "Los extranjeros nos miran con cara de póquer. El momento no es bueno para invertir en España", se queja. "En nuestro país hay dinero, pero quien lo tiene desconfía porque no entiende el sector biotecnológico, al que le falta un gran caso de éxito en España". Las grandes farmas esperan, por su parte, a que el proyecto esté más avanzado, ya que hay un riesgo evidente de que falle en alguna fase preliminar.

Aunque Zamora es optimista. Solo la firma estadounidense Biogen, asegura, desarrolla un medicamento similar, para otra dolencia pero con aplicación en esclerosis. "Si todo va bien, el primer año puede dar unos ingresos de entre 600 millones de euros y 700 millones. Y 1.200 millones anuales en un escenario más optimista, si somos los primeros en conseguirlo". De momento, solo cuenta con la inversión de alrededor de 1,5 millones de los actuales socios de Bionure, entre los que se encuentran las familias Prous, Reig Jofré (del laboratorio del mismo nombre), Uriach (del grupo Uriach) y Monràs (ligados a Banco Sabadell).

Programa europeo

Bionure participa en un consorcio internacional de investigación dentro del séptimo programa marco europeo, para el desarrollo de un nuevo método que mejore el proceso de descubrimiento de nuevos fármacos en esclerosis. Con una duración de dos años y un presupuesto de tres millones de euros, este proyecto reúne a ocho centros académicos y empresas.

Un consejo asesor de prestigio para abrir puertas

Bionure cuenta entre sus asesores científicos con reconocidos profesionales, como Stephen Hauser, una de las máximas autoridades en esclerosis y actual presidente del comité de bioética de Barack Obama; Lawrence Steinman, descubridor de uno de los fármacos para la esclerosis; Craig Smith, oftalmólogo asesor de la Fundación Bill y Melinda Gates, y Joaquim Trias, empresario referente en biotecnología de Silicon Valley.

"Ellos nos asesoran con los avances científicos para el medicamento, pero también nos abren puertas con posibles inversores", según Zamora. Dentro de esa búsqueda internacional, Bionure ha abierto oficina en Silicon Valley y busca hacerlo también en Asia.

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