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Tribuna
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Excesiva euforia con Amazon

Amazon ha absorbido de forma inmerecida el optimismo que una vez se derramó sobre Apple. El beneficio de la distribuidora online creció un poco en el cuatro trimestre, pero el margen operativo del 1,9% sigue siendo tan frágil como la justificación para valorar a Amazon en 165 veces sus ingresos estimados. Apple, con un margen del 32%, tiene un múltiplo de diez.

Es cierto que el imperio construido por el fundador de Amazon Jeff Bezos es extenso, y continúa abriendo fronteras tanto en el mundo físico como en el virtual. Amazon está construyendo almacenes, expandiendo los inventarios en todo el mundo, y ofreciendo nuevos productos y servicios para negocios online casi todos los días. Los gastos de capital llegaron a unos 10.000 millones de dólares en 2012. Mientras, continúa bajando precios para impulsar las ventas.

Esto ha ayudado a la compañía a crecer en un impresionante 22%. Pero el ritmo de crecimiento es más lento de lo que era hace un año. Además, el fin de un imperio empresarial es la rentabilidad. Y la de Amazon sigue sin cuadrar. Su margen neto fue de menos de un tercio el de Wal-Mart. Mientras, su retorno sobre el capital invertido está en constante caída. En 2010, el retorno fue del orden del 40%. En este trimestre fue del 4%.

Aunque es común para los inversores exhibir un estado de esquizofrenia, es raro que este tipo de emociones funcionen de una forma tan diferente en casos parecidos, como parece suceder con Apple y Amazon. Los ingresos de ambas empresas están creciendo con fuerza. Sin embargo, la ansiedad con que los márgenes de Apple caerán durante el año que viene, y las esperanzas de que Amazon continúe creciendo, explican por qué los inversores han hecho bajar las acciones de Apple en más de un 20% en los últimos tres meses, y subir las de Amazon en el mismo porcentaje. Los inversores han interpretado unos márgenes estancados en una y una rentabilidad creciente en otra. Apple puede tener sus retos, pero esto es disparatado.

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