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Entrevista a David Friedman

"La solución a la crisis no puede venir de Bruselas"

Doctor por la Universidad de Chicago, Friedman defiende que el Estado y la regulación son males innecesarios y que todos los servicios se pueden proporcionar desde el ámbito privado

Ser el hijo del premio nobel Milton Friedman no parece pesarle a este economista, nacido en 1945, que adaptó las ideas de su padre para convertirse en un referente del "anarcocapitalismo", una teoría que defiende que todos los problemas actuales vienen por la falta de libertad en los mercados, el exceso de regulación y el intervencionismo del Estado. Invitado por la Fundación Rafael del Pino para presentar la edición en español de su libro La maquinaria de la libertad: guía para un capitalismo radical, Friedman cree que la solución a la crisis de la UE "no puede venir de Bruselas".

Desde 2007 ha caído Lehman Brothers, se ha producido una doble recesión en la Unión Europea y los desequilibrios fiscales se han disparado. Muchos analistas culpan a la falta de regulación, mientras que usted lo achaca al exceso de reglas. ¿Cómo se explica esto?

Respuesta. La clave está en pensar que el sistema financiero es libre. No es así, al menos en EE_UU. El colapso de 2007 tuvo su origen en las dos entidades más grandes (Fannie Mae y Fredie Mac), ambas creadas por el Estado. La concesión de hipotecas está hiperregulada y eso ha provocado que durante décadas republicanos y demócratas presionaran para que se concedieran más préstamos hipotecarios. Hay un mito instalado sobre que si se da más crédito financiero a las familias, la sociedad será más próspera. Eso presiona a los bancos a dar dinero a quien no lo puede pagar y eso incrementa el riesgo. Por lo tanto, la génesis de la crisis no sucedió en un mercado libre. Si miras a la Administración, Bush enarboló la bandera de la libertad, pero no hizo demasiado por ella. El gasto creció fuertemente, menos que con Obama, y en la segunda legislatura también subió por encima de lo previsto.

¿Se ha convertido la zona euro en un problema para el resto del mundo?

No. La zona euro es un problema para esos países europeos que, por cierto, no lo están haciendo bien para salir de la crisis. Creo que lo que mejor podría hacer la UE es crear una zona de libre comercio con Gobiernos independientes, porque esa es la mejor manera de que compitan entre ellos. La misma gente que trata de monopolizar los mercados hace lo mismo con la política. Por eso, creo que la solución a la crisis no puede venir de Bruselas y sí de cada país.

¿Cree que es buena la obsesión de la zona euro por rebajar el déficit?

El límite de déficit ya estaba contemplado en el Pacto por la Estabilidad y el Crecimiento. El problema es que nunca se ha cumplido. A ese problema se añade otra amenaza como que el Banco Central Europeo pueda comprar deuda a países con problemas. La cuestión es que esas naciones pueden verse tentadas a gastar más ante la garantía de que el BCE les va a ayudar en cualquier circunstancia. Eso es lo que ocurrió en la última crisis hipotecaria en Estados Unidos. La gente perdió el miedo a quedarse sin dinero porque la Reserva Federal siempre le ayudaría. Y eso es lo que hizo que los bancos entraran en una dinámica peligrosa. Eso podría ocurrir en la UE: que los países gasten el dinero que no tienen.

"La libertad de mercado ayuda a salir de la pobreza"

Frente al sentimiento generalizado de que los cinco años de crisis han servido para que las rentas medias y bajas se hayan empobrecido más frente a los ricos, Friedman se rebela y dice que ha pasado justamente lo contrario. "Y el mejor ejemplo son los países del tercer mundo. Todos creían que lo mejor era darles dinero, pero era una idea equivocada, porque el Gobierno de esos países estaba dirigido por las elites. En general, los mandatarios utilizaban el dinero de los ricos para pagar la sanidad y la educación de los pobres. No creo que los mercados libres hayan favorecido el empobrecimiento de esas naciones, sino que les ha ayudado a salir de la pobreza", recalca.En su opinión, las medidas que hacen más pobres a los ciudadanos son las restricciones a la inmigración. Friedman sostiene su argumentación aludiendo a China e India. "Que los dos países hayan salido de la pobreza es una de las mejores noticias de las dos últimas décadas. En 1960, el gran problema del mundo eran los países del tercer mundo y se pensaba que nunca saldrían solos de ese estado y que la única solución era la ayuda externa", asegura. "Eso no funcionó. Lo que sí lo hizo fue la libertad de mercado. Ahora la gente va en coche y tiene más esperanza de vida".

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