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Conductores eficientes a la fuerza

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A la fuerza ahorcan. Cuatro años de crisis han sido suficientes para que los conductores hayan interiorizado que también es posible ahorrar en combustible. Hace apenas tres años los españoles estaban a la cola de Europa en conducción eficiente, según recogía un estudio realizado de Fiat entre varios países de UE. Actualmente se han puesto las pilas para reducir la factura de la gasolinera. Y es que está demostrado que en los turismos que hacen de media unos 15.000 kilómetros al año se puede llegar a ahorrar entre 800 y 1.000 euros anuales simplemente poniendo en práctica técnicas de conducción eficientes, como asegura Alberto Caamaño, gerente de formación del RACC (Real Automóvil Club de Cataluña). "La crisis y una mayor sensibilización de los conductores para evitar más emisiones al medio ambiente son los principales motivos que han potenciando la asistencia a cursos de conducción eficiente para adquirir nuevos hábitos al volante", añade.

Pero no solo la puesta en marcha de estas técnicas consigue reducir el consumo de combustible. Prácticas como repostar en determinadas gasolineras, más baratas en las ciudades que en las autopistas; los lunes, en lugar de los viernes o sábados, y unos días antes de los puentes o los periodos vacacionales también conllevan ahorros importantes.

La fuerte subida de los precios del carburante experimentado en los últimos años es solo una preocupación más de todas las que arrastran actualmente los consumidores españoles. No es para menos, teniendo en cuenta que ahora llenar el depósito del coche (unos 50 litros) cuesta de media unos 30 euros más que hace tres años. Con estos precios, "los más altos de la historia de España", los conductores han empezado a seguir las recomendaciones de los expertos en automoción para adelgazar la factura de combustible.

RACC es una de las entidades que ha puesto sobre la mesa una batería de consejos para conducir de una forma más eficiente, además de ahorrar en el mismo momento de repostar en la estación de servicio. A partir de un estudio (Análisis de precios de los combustibles en España), este club de automovilistas ha detectado que el lunes es el día más barato para echar gasolina, mientras que el sábado es el más caro. Y es que los precios se van encareciendo a medida que se acerca el fin de semana, al igual que cualquier operación salida, festivos o puentes. Estas fluctuaciones en el precio de los combustibles tienen más que ver con las políticas comerciales de las distribuidoras que con la cotización internacional del crudo, puntualizan.

La ubicación de las gasolineras también es un elemento que conviene tener en cuenta. Las autopistas son las zonas más caras para repostar frente a las ciudades o zonas de uso industrial. Hacer uso de las nuevas tecnologías, como el GPS o APP, para la buscar las gasolineras más baratas en el mercado es también muy recomendable.

La concentración de las distribuidoras de combustible también es un inconveniente porque impide la variedad en los precios. Según este estudio, en las comunidades autónomas donde existe una mayor concentración de distribuidoras (principalmente de Repsol y Cepsa), el precio medio es más alto, como ocurre en las Islas Baleares, frente a otras provincias, como Lérida, donde una gran oferta de operadores independientes permite al consumidor pagar precios medios más bajos. Junto a Baleares, Cantabria y Andalucía fueron las zonas donde el pasado mes de septiembre los conductores pagaron más cara la gasolina 95 y el gasóleo.

Además, también es importante saber que los pequeños proveedores al por menor suelen ofrecer precios más bajos (aunque también se puede dar la circunstancia contraria) y que las gasolinas más caras no permiten hacer un mayor número de kilómetros.

Casi el 60% de los conductores españoles, sobre todo de entre 45 y 54 años, está dispuesto a cambiar sus conductas al volante por otras más eficientes, según se desprende de un estudio elaborado por la Fundación Abertis y Fesvial (Fundación Española para la Seguridad Vial). Y en estos momentos más que nunca. Aunque todavía existe mucho desconocimiento entre los conductores españoles sobre la conducción ecológica, es cierto que algunas prácticas en la carretera están cada vez más extendidas, como conducir de forma uniforme (sin acelerones), hábito más propio de las mujeres; revisar periódicamente los neumáticos, más habitual entre los hombres, o apagar el motor en paradas prolongadas, que lo cumple a rajatabla más del 82% de los españoles.

Curiosamente, los conductores de poblaciones con más de 200.000 habitantes son los que menos ponen en práctica medidas de conducción eficientes, pese a estar mejor informados, según recoge este estudio.

Hábitos tan sencillos como arrancar sin acelerar y no esperar ni un segundo, excepto para los vehículos diésel; cambiar las marchas con rapidez (la primera solo para arrancar), usar las marchas más largas (cuarta y quinta) siempre que se pueda, permite ahorrar hasta un 15% de gasolina, según explican en la empresa de mantenimiento de autos Midas.

Llevar las ruedas desinfladas incrementa el gasto un 6%, ir con las ventanillas bajadas, abusar del aire acondicionado, tener los amortiguadores en mal estado o cargar pesos innecesarios no es tampoco nada aconsejable para el bolsillo. De hecho, está comprobado que con cada 100 kilos de peso adicional en el automóvil, el consumo de carburante aumenta un 5%. Un simple portaesquí en el techo del coche incrementa el consumo un 20%, según el RACE, otra de las entidades que imparte cursos de conducción eficiente.

El mantenimiento del coche también es un factor importante a la hora de ahorrar. Cambiar las bujías, el filtro del aire y el aceite en los tiempos estipulados permiten un mejor rendimiento del motor y un ahorro de hasta el 20% en el consumo, además de rebajar las emisiones de CO2 a la atmósfera. Por el contrario, llevar un motor mal reglado puede incrementar el consumo hasta un 10%.

La velocidad también es una enemiga del ahorro. Según ha calculado Midas, circular a 120 kilómetros por hora supone un 16% de consumo menos de combustible que a 140 kilómetros por hora, en tanto que rebajar la velocidad de 120 a 110 kilómetros por hora reduce el consumo otro 10% adicional.

Las empresas se forman para adelgazar la factura

Más de 5.200 personas acuden cada año a los cursos de técnicas de conducción eficiente para turismos y vehículos industriales impartidos por el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC). La escalada de precios de los carburantes de los últimos años ha despertado también el interés de las empresas para formar a los conductores de sus flotas y rebajar los costes del combustible hasta el 18% así como las emisiones de CO2 al medio ambiente. Más de 100 empresas, principalmente del sector de transporte y la distribución, así como diversas compañías con flotas comerciales y entidades más comprometidas con las políticas de responsabilidad social corporativa han pasado por las aulas de RACC. Ferrovial, Cepsa, MRW o Urbaser son algunas de las más destacadas.Este club, que cuenta con la colaboración del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía, ha realizado cursos en Cataluña, Madrid, Valencia, Baleares, Andalucía y País Vasco formando a más de 38.000 personas desde que implantara los programas en 2004.Las sesiones, de cuatro horas de duración para conductores de turismos y de ocho para los de vehículos industriales y autobuses, combinan la teoría con la práctica. Las prácticas se llevan a cabo en vehículos que incorporan ordenador de a bordo y en circuito urbano, para aprovechar la eficiencia energética de los automóviles actuales.En RACE (Real Automóvil Club de España), también imparten programas de conducción eficiente. En grupos de nueve alumnos, los cursos de este club de automovilistas tienen una duración de ocho horas y también compaginan la formación en tráfico real con la enseñanza en un aula. Su precio es de 140 euros por persona.

Más Velocidad

Si la ciudad de Madrid consiguiera elevar las velocidades medias de viaje por sus calles en 5 kilómetros/hora, el consumo de combustible y las emisiones de CO2 disminuirían hasta un 9%, según un estudio realizado por Fiat. Conducir a una velocidad excesivamente reducida comporta un mayor gasto de gasolina, ya que implica más frenazos y acelerones. Una conducción homogénea resulta más eficiente.

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