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La confianza todavía no se ha trasladado a las familias y empresas

Los nubarrones que se ciernen sobre la economía española

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, recordaba el jueves que las mejoras que se han producido en las últimas semanas en los mercados financieros aún no se han trasladado a la economía real. España es un buen ejemplo de ello: la fuerte bajada de la prima de riesgo aún no se nota en prácticamente ninguna familia o empresa.

5.778.100 personas en paro... y subiendo

La economía nacional entró en recesión en el primer trimestre de 2012 y no se espera que salga de ese pozo hasta, al menos, finales de 2013. De acuerdo con las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía española retrocederá un 1,3% durante el conjunto del año.

"Yo no sería excesivamente optimista por la relajación de la prima de riesgo de las ultimas semanas, ya que si algo demuestra la historia es que la prima es muy inestable y puede crecer rápidamente en muy poco tiempo", explica Joaquín Maudos, catedrático de economía de la Universidad de Valencia e investigador en el IVIE.

El dato que demuestra con mayor crudeza el dramático trance que atraviesa España es el del paro. De acuerdo con los últimos datos la Encuesta de Población Activa, el número de desempleados es de 5.778.100 personas, y la tasa de paro supera el 25%. Aunque los datos del Inem indican que en diciembre se registró una leve caída, el Ministerio de Economía no espera que la tasa de paro empiece a mejorar hasta el tercer trimestre de 2013.

La oficina estadística de la Comisión Europea calcula que España cerró 2012 por encima de los seis millones de parados, y que la cifra aún seguirá creciendo durante este año.

Dudas sobre los planes de ajuste autonómico

Una de las variables que más ensombrece las posibilidades de recuperación de la economía española es su lucha contra el déficit público. Bruselas exige a España que en el cierre de 2012, la diferencia entre gastos e ingresos no supere el 6,3%, pero ese objetivo se antoja cada vez más inalcanzable. En el tercer trimestre, el dato de déficit de las Administraciones Públicas era ya del 5,3% (55.348 millones de euros, 65.311 millones si se contabilizan las ayudas a la banca), y aún faltan por conocerse los datos del último trimestre, que suelen deparar las mayores sorpresas.

"Me preocupa la posible reacción del mercado al dato de déficit público definitivo en 2012, sobre todo en lo que respecta a las Comunidades Autónomas", reflexiona Joaquín Maudos. "Si el déficit acabara en torno al 10%, es decir, 3,7 puntos porcentuales por encima del compromiso con Bruselas, podría regresar la incertidumbre en forma de fuerte subida de la prima de riesgo".

Hay que tener en cuenta que estos datos ni siquiera tienen en cuenta el impacto sobre el déficit que han tenido las ayudas al sector financiero, y que suponen un aumento de un punto porcentual, aunque Bruselas no lo tiene en cuenta. De acuerdo con los cálculos de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) prevé que España cierre el año con un déficit público de entre el 7,3% y el 7,7% del PIB.

El subdirector del organismo, Ignacio Conde-Ruiz, recordaba recientemente que la crisis de las finanzas públicas españolas es de ingresos ya que el sistema fiscal "es insuficiente". A su juicio, la única forma para atajar el déficit es "aumentar la presión fiscal", al tiempo que se sigue reduciendo el gasto.

Escaso flujo de crédito para familias y pymes

La reestructuración financiera ha quedado encarrilada durante 2012. El rescate bancario ofrecido por Europa para recapitalizar las entidades financieras con problemas (más de 40.000 millones de euros), la constitución del banco malo y el cierre del baile de fusiones han sentado las bases para que la banca no vuelva a dar los quebraderos de cabeza de los últimos años. Sin embargo, todas estas medidas no garantizan, ni mucho menos, que el crédito vuelva a fluir a la economía real.

Los economistas recuerdan que las empresas y familias españolas todavía tienen un grado de endeudamiento elevado y que es necesario que sigan sometidos a una estricta dieta de financiación.

Además, "aunque está resuelto el problema del saneamiento y solvencia de la banca, no esta resuelto el problema de la liquidez, ya que el sector sigue siendo muy dependiente de la financiación del BCE", apunta Joaquín Maudos. Las entidades tendrán dificultades para conseguir fondos en los mercados mayoristas y también para captar pasivo, después de que el Banco de España haya limitado la rentabilidad máxima que pueden pagar las entidades por captar depósitos.

La incógnita de las elecciones en Alemania

Haga lo que haga España, el futuro de su economía está indisolublemente unido a lo que ocurra en el conjunto de la Unión Europea. La coyuntura de la eurozona ha mejorado gracias a los pasos dados en 2012 para conjurar la ruptura del euro. Sin embargo, estos avances son aún insuficientes. "La supervision bancaria única no basta para crear una unión bancaria y, por ahora, es lo único que se ha aprobado en este ámbito", comenta Joaquín Maudos.

Además, la crisis de la deuda soberana no se ha esfumado, y seguirá repercutido negativamente en el crecimiento estimado para 2013. "Mientras Europa no crezca, España tampoco lo hará, ya que nuestras exportaciones, que es lo único dato económico claramente positivo de los últimos meses, serían insuficientes para contrarrestar la caída del consuno y la inversión", apunta Maudos.

El acontecimiento que marcará el tempo de la integración europea serán las elecciones en Alemania, previstas para el 27 de octubre. Un triunfo holgado de la canciller Angela Merkel refrendaría su apuesta por extender la receta de la austeridad en todos los países del sur de Europa, y frenaría el proceso construcción de la Unión Europea. En cambio, si venciera el socialista Peer Steinbrueck (probablemente, contando con el respaldo de Los Verdes), Alemania relajaría su firme exigencia de ajustes, lo que supondría un balón de oxígeno para países como Grecia, Portugal o España.

También será importante el resultado de las elecciones en Italia, donde la coalición liderada por Mario Monti intentará frenar el intento de Silvio Berlusconi de volver a ser elegido presidente.En Estados Unidos será clave para el futuro de su economía el próximo debate sobre el aumento del techo de gasto público.

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