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Dieciocho economistas proponen una gran reforma fiscal y más políticas activas de empleo para salir de la crisis

Los expertos piden intensificar las bajadas de salarios y precios

Con el desempleo camino de los seis millones de parados y el PIB en caída libre parece arriesgada la publicación de un informe en el que se trata de dar a conocer la transformación "positiva" que la crisis económica está ejerciendo sobre la economía española.

Esa es la tesis que defiende el informe "Crecimiento y competitividad: motores y frenos de la economía española", realizado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), que, sin embargo, reniega de los brotes verdes que se tratan de anunciar desde algunos ministerios. "Hay muchos desequilibrios que se han corregido: el saldo comercial es positivo, el avance del endeudamiento exterior se ha frenado, la productividad vuelve a crecer, los costes laborales unitarios se reducen y el déficit público se modera", subrayó en su intervención Francisco Pérez, director de Investigación del IVIE y coordinador del informe. ¿Significa esto que está hecho todo el trabajo?, se preguntó a continuación. No. En su opinión todavía queda mucho camino y para ello propone 15 medidas para preparar a la economía española de cara a una hipotética recuperación. Y la gran mayoría de ellas están ligadas a la rebaja de salarios y costes que deben asumir todos los sectores para ser más competitivos. Respecto a los salarios, el estudio recomienda que la negociación de los mismos se realice siempre a nivel de empresa y que este prevalezca sobre los sectoriales o los territoriales y que su evolución se ligue a la productividad. En cuanto a los precios exige "aumentar la competencia en numerosos sectores, sobre todo de servicios, además de revisar la capacidad de fijar precios y márgenes elevados de las grandes empresas", en clara alusión a las petroleras, bajo el punto de mira del Gobierno por sus excesivos márgenes.

Pérez recalcó que esos dos ejes de crecimiento deben verse acompañados de una reforma fiscal profunda y un viraje en las políticas de formación a los desempleados. "Hay razones de peso para pensar que la capacidad recaudatoria es muy baja y que eso está provocando que la corrección del déficit se esté basando en medidas para generar nuevos ingresos y en una mayor austeridad", explicó. Respecto a los desempleados, el informe propone impulsar las políticas activas de empleo para reducir el riesgo de paro de larga duración asociado a la falta de preparación. "Lo que parece razonable es que los apoyos a los parados siempre vayan acompañados de formación para mejorar la empleabilidad de los que salieron de la construcción como de los que no acabaron sus estudios".

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