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Para reforzarse en España

Catalunya y NCG, último pulso entre la gran banca

La entidad catalana, en pleno proceso de subasta, y la gallega, que podría salir a la venta en el primer semestre de 2013, son objeto de deseo de Santander, BBVA y CaixaBank.

La gran banca tiene preparada toda su artillería para pujar por las únicas dos entidades nacionalizadas que quedan por subastarse: Catalunya Banc y Novagalicia Banco (NCG). Santander y BBVA han manifestado su interés por hacerse con la entidad catalana, mientras que a la pugna por la gallega podría sumarse CaixaBank. Fuentes financieras apuntan que, en ambos casos, en el periodo de ofertas no vinculantes podrían presentarse otras entidades financieras de tamaño mediano e incluso algún fondo de capital riesgo, pero en el sector se da por hecho que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) adjudicará a alguno de los tres grandes bancos estas dos últimas piezas, con las que se completará la reordenación bancaria en España, a falta de algunos flecos entre las antiguas cajas medianas. Se trata de dos operaciones muy atractivas, según los expertos, ya que serán vendidas tras haber recibido ayudas de miles de millones de euros de Europa -la inyección de capital a las entidades nacionalizadas llegará el próximo miércoles 12- y una vez traspasados todos sus activos tóxicos inmobiliarios al recién creado banco malo.

"Catalunya Banc encaja mejor en Santander, que tiene muy poca presencia en la región. En el caso de NCG hay más incertidumbre, aunque apostaría por BBVA y CaixaBank", afirma Miguel Ángel Rodríguez, analista de XTB.

Una opinión en la que coincide Victoria Torre, responsable de análisis y producto de Self Bank. "Catalunya Banc podría encajar mejor en los planes de Santander", explica, aunque añade que BBVA, después de que Caixabank se adjudicara Banco de Valencia por un euro hace unas semanas, "podría dirigir ahora su mirada hacia la entidad catalana con el objetivo de reforzar aún más su presencia en la región".

La entidad que preside Francisco González tiene ahora 471 oficinas en Cataluña, a las que se suman las 569 que le ha aportado la compra de Unnim. Con Catalunya Caixa, BBVA alcanzaría las 1.894 sucursales en la zona y superaría con ello incluso la presencia de La Caixa, que cuenta con 1.558 locales repartidos entre Barcelona, Gerona, Lérida y Tarragona. En todo el territorio nacional, el nuevo grupo resultante contaría con 4.759 oficinas.

Además de esta hegemonía en presencia física, Catalunya Banc añadiría 81.907 millones de euros de activos y devolvería el liderato de BBVA en España por volumen de recursos gestionados (530.183 millones) y créditos (430.813 millones). Y eso después de recibir 9.080 millones de ayudas de Bruselas.

Para Santander también supondría un salto de gigante en una región de difícil acceso. El banco presidido por Emilio Botín pasaría de contar con 458 sucursales en Cataluña a gestionar 1.329, mientras que en el conjunto de España se acercaría a La Caixa al rozar los 6.000 locales.

Aunque el mercado da por vencedor a uno de los dos grandes en esta puja, fuentes próximas al proceso señalan que podrían presentarse, al menos en la primera ronda, otras entidades para probar suerte y citan entre ellas a Banco Popular o Banco Sabadell.

"Popular se ha saneado mucho y con éxito; no sería descartable", señalan estas mismas fuentes, en referencia a la ampliación de capital de 2.500 millones de euros que el banco que preside Ángel Ron acaba de cerrar con holgura (la ampliación se ha sobresuscrito en un 83%, gracias al incondicional apoyo de su núcleo duro, particulares e institucionales). Parece probable, por tanto, que analice esta operación. De hecho, Popular ya se interesó por Catalunya Banc cuando esta entidad salió a subasta antes del verano, un proceso que fue suspendido hasta que finalizaran los test de estrés realizados por la consultora Oliver Wyman. En esta prueba, se detectó un déficit de capital en Popular superior a los 3.000 millones.

Para Sabadell sería la guinda para reforzarse en el mercado catalán. No obstante, fuentes financieras señalan que el Banco de España y el Ministerio de Economía son poco proclives a esta alternativa, sobre todo después de haber adjudicado CAM a Sabadell por un euro y con un esquema de protección de activos (EPA) muy generoso. Además, Sabadell está a punto de cerrar la adquisición de Caixa Penedés a BMN.

La solución al acertijo estará para el primer trimestre del próximo año. Fuentes del Banco de España afirman que la subasta quedará cerrada en un plazo de entre dos y tres meses a contar desde que se reactivó el proceso, a mediados del pasado noviembre. En estos momentos, Citi, el banco asesor, está terminando el cuaderno de venta.

Condiciones de Bruselas

Más incierta es la venta de Novagalicia Banco. El Banco de España quiere iniciar su subasta al término de la de Catalunya Banc, a pesar de que la entidad gallega ha conseguido de Bruselas un periodo de gracia de dos años (en la aprobación de los planes de recapitalización de NCG se establece que el FROB debe empezar a buscar un comprador en julio de 2015). Este último es el argumento que esgrimen los actuales gestores de Novagalicia para defender que continúan con la búsqueda de socios privados que inyecten capital e insisten en que algunos fondos de inversión internacionales ya han apalabrado su entrada. Un proyecto personal del presidente de la entidad, José María Castellano, que parece no estar dispuesto en tirar la toalla.

Los expertos, sin embargo, ven poco probable esta salida. "Es imposible que un inversor extranjero entre ahora en España, a ningún precio, en ninguna entidad. NCG desaparecerá; será absorbida", sostiene Miguel Ángel Rodríguez.

No solo los analistas apuestan por su inminente venta; también en el sector financiero se da por hecho que el FROB intentará salir del capital de Novagalicia Banco cuanto antes.

Mientras, desde Bruselas se ha lanzado un aviso a navegantes al asegurar que, independientemente de los plazos, tanto Catalunya Banc como Novagalicia "desaparecerán" y "serán subastadas". Y fuentes del Banco de España aseguran que "no hay plazos fijados. Se verá en función de la situación del mercado y se tendrá en cuenta que el momento sea el adecuado".

La entidad gallega aportaría a su comprador una red de 919 oficinas y cerca de 9.500 empleados, si bien Bruselas ha impuesto entre las condiciones para aprobar su plan de recapitalización que recorte su tamaño. La pretensión de las autoridades europeas es que se desprenda de todas las sucursales fuera de su territorio de origen, lo que supondrá el cierre de 454 locales, y el despido de hasta 2.500 trabajadores. Unos recortes que, de acelerarse su venta, podrían quedar paralizados para que sea el comprador el que los lleve a cabo. Esta, al menos, es la fórmula que se ha aplicado en Catalunya Banc y Banco de Valencia.

En las quinielas aparecen Santander, BBVA y CaixaBank como los principales candidatos a hacerse con las antiguas cajas gallegas, aunque la lista final dependerá de quién se quede con Catalunya Banc. El objetivo de estas tres entidades es reforzar su escasa presencia en Galicia, donde NCG tiene un total de 615 sucursales. La red de BBVA en la región es de apenas 194 oficinas, la de CaixaBank de 193 y la de Santander de 146.

Y el interés de algunas viene de lejos. De hecho, La Caixa ya mantuvo negociaciones con Novagalicia para adquirir un lote de alrededor de 200 oficinas de la entidad en su región de origen, una operación que no cuajó por varios motivos: el reducido precio que ofrecía la entidad catalana y la ubicación de las sucursales, la mayoría en zonas rurales.

Otro punto atractivo de NCG es su cartera de negocio, después de que su balance sea saneado con el traspaso de los créditos inmobiliarios "malos" a Sareb y la inyección europea de 5.425 millones. A finales de junio, Novagalicia contaba con un volumen de recursos de 50.992 millones de euros y una cartera de préstamos de 45.169 millones.

Como punto en contra para atraer compradores, el banco gallego tiene en su haber el daño reputacional que ha provocado el escándalo de las indemnizaciones (varios exdirectivos de la entidad cobraron cantidades millonarias tras su salida, un caso que en estos momentos está siendo investigado en la Audiencia Nacional) y los miles de particulares que han quedado atrapados con participaciones preferentes y deuda subordinada. Asuntos que, en ambos casos, han provocado el enfado de la clientela.

Los expertos, no obstante, matizan el interés de la gran banca por hacerse con estas entidades. "No es excesivo pero que hay una parte importante de compromiso con el Gobierno por parte de los grandes bancos por absorber las entidades en venta", señala Miguel Ángel Rodríguez.

A ello se suma cómo se tomará el mercado estas nuevas operaciones corporativas, en un momento en el que persisten las dudas sobre el sector financiero. "Tras los fracasos de anteriores operaciones, pensamos que los mercados podrían recibir con escepticismo estas adquisiciones, especialmente la de Novagalicia. Pensamos que el sector financiero seguirá envuelto en una alta volatilidad, y que los mercados tardarán en digerir estas operaciones", concluye Victoria Torre.

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