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A fondo

El curioso caso de Dia en un comercio menguante

En la película El curioso caso de Benjamin Button, el protagonista iba rejuveneciendo a lo largo de su vida mientras veía envejecer al resto de mortales. Algo parecido le pasa a Dia o, mejor dicho, a las cadenas de supermercados de barrio, que ven cómo los consumidores acuden a sus establecimientos alentados por la necesidad de abaratar sus menguantes cestas de la compra.

Mientras, las empresas de hipermercados languidecen. Grandes nombres como Carrefour o Eroski llevan varios años buscando fórmulas con las que atraer a los clientes perdidos: nuevos centros, más modernos, con oferta más variada, desde sushi a hamburguesas gourmet, pasando por la especialización en tecnología y ocio. Pero, al menos por el momento, no logran dar en el clavo. Lejos quedan aquellos años en los que los españoles hacían, una vez al mes, acopio de grandes carros de la compra en los híper que iban poblando los alrededores de las grandes urbes.

Los últimos datos de comercio al por menor elaborados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) ponen de relieve esta tendencia. Las grandes superficies presentaban, a junio de 2012, una caída de ventas del 6,3%, mientras las grandes cadenas, donde se engloban las enseñas de supermercados, elevaban un 2,3% sus ingresos respecto a junio de 2011. Y aunque la alimentación se resiente, lo hace menos que el resto de bienes de consumo. En concreto, sus ventas en los seis primeros meses del año se recortaron un 1,6%, lejos del 10% de caída en los productos de equipamiento del hogar.

Se beneficia del declive de los híper

Mercadona y Dia, cada uno a su modo, son dos de los principales impulsores de la marca blanca, productos cuyo margen controlan y donde el poder de maniobra de los fabricantes es aún más estrecho que en el resto. Ayer, Dia apuntaba en su presentación de resultados que su margen bruto sobre ventas fue del 21,1% en el segundo trimestre

La distribución alimentaria es, al menos hasta el momento, reacia a cotizar en el mercado bursátil. Por ello, no resulta posible comparar a Dia con sus rivales españoles. Dia ha salido triunfante de su salto al parqué madrileño pero, por ahora, no parece que ninguno de sus competidores vaya a seguir su camino a corto plazo. De ser así, los consumidores tendrían mucho más acceso a la evolución de los resultados de las cadenas de distribución alimentaria.

Sí se pueden establecer comparaciones con su antigua matriz, Carrefour, con la que además comparte al principal accionista Blue Capital, la alianza entre el fondo estadounidense Colony Capital y Bernard Arnault, el millonario dueño del conglomerado de marcas de lujo LVMH. Blue Capital controla el 9,4% del grupo Dia. Porcentaje similar al que posee en Carrefour. Pero los resultados de ambas compañías en España no pueden ser más diferentes.

El grupo francés señaló en su última presentación de resultados que, durante el segundo trimestre de 2012, sus ingresos en España se habían recortado un 5,3%, hasta 2.142 millones de euros. Es decir, la principal multinacional de distribución alimentaria de Europa ingresó cerca de 660 millones más que su antigua filial. Pero la tendencia es inversa, dado que Carrefour depende fundamentalmente de su actividad de grandes hipermercados, pese a que en los últimos años ha acelerado su implantación en el centro de las ciudades, a través de formatos más pequeños como Carrefour Express. Y ahí es precisamente donde las cadenas de supermercados como Dia o Mercadona pueden ver cómo su pastel se recorta en los próximos años. El Corte Inglés trata de recuperar el terreno perdido con el lanzamiento de Supercor Exprés y lo mismo hará Alcampo, que ya ha constituido una nueva filial de supermercados. La competencia en proximidad crece, aunque algunos podrían llegar demasiado tarde.

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