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Las entidades tantean su conversión en depósitos para retener a la clientela

Preferentes por 4.500 millones atenazan la red de la banca nacionalizada

Bankia, Novagalicia y Catalunya Caixa, las tres entidades nacionalizadas, acumulan más de 4.500 millones en preferentes colocadas entre minoristas. El producto ha visto suspendida su remuneración en las entidades en pérdidas y es absolutamente ilíquido: no hay compradores. Los ahorradores se sienten engañados y las sucursales se afanan por encontrar una salida que salve la relación con el cliente y permita la necesaria reactivación de la red.

Tener participaciones preferentes de bancos nacionalizados es ahora como tener un saco de piedras en la cartera y los clientes no están precisamente contentos con un producto que se vendió masivamente en la red, sobre todo en 2008 y 2009, cuando computaban como capital de calidad. La campaña se hizo como si se tratara de depósitos, cuando su naturaleza es muy distinta: no vencen nunca, el cupón está vinculado a que haya beneficios y el tenedor puede incurrir en severas pérdidas si decide deshacerse de ellas, en el supuesto de que encuentre un comprador. El resultado es que muchos pequeños inversores se sienten traicionados. Son esos mismos clientes en los que ahora se confía para la reactivación de la red comercial que saque de la parálisis a la actividad bancaria. Y dar una salida satisfactoria a la clientela es prioridad número uno para las entidades.

Así lo ha reconocido el nuevo presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, que aseguró el sábado que, una vez comunicado el plan de recapitalización y saneamiento, la solución para las preferentes es "el objetivo más importante" del banco y se comprometió a resolverlo "en el plazo más corto posible". Goirigolzarri, que descartó la conversión de preferentes en acciones, afirmó que mantiene conversaciones con el regulador español y europeo. En fuentes financieras añaden que gana enteros la opción de canjearlas por depósitos, como han hecho otras entidades.

La inmensa mayoría de las participaciones preferentes vivas de Bankia (3.131,25 millones de euros) corresponde a una colocación realizada por Caja Madrid hace ahora justo tres años y que hasta la fecha ofrecía un rendimiento nada desdeñable del 7%. El resto de emisiones de preferentes en vigor de Bankia son las colas residuales de hasta 10 emisiones de muy diferente cariz. Así, por ejemplo, quedan las emisiones de Bancaja con más de 10 años de antigüedad y un cupón de euríbor a 12 meses, más 0,2 puntos y otras de Caja Canarias y Caixa Laeitana que rentaban más del 7%. Ahora, todos esos cupones desaparecerán puesto que Bankia ha corregido sus cuentas correspondientes a 2011 y ha declarado unas pérdidas de 2.979 millones. ¿Qué solución queda entonces? Es evidente que encontrar un comprador para un producto bajo estas circunstancias es tarea prácticamente imposible. "Antes de las nacionalizaciones había demoras de meses para los partícipes que querían deshacerse de la inversión. Ahora, ese producto no le interesa a nadie, luego no hay compradores", explica Francisco Sanz, de la asociación de pequeños ahorradores Adicae. Desde esta organización se apunta a la conversión por depósitos como la "opción menos mala".

Liquidez y sencillez

La CNMV exige que el canje sea por un producto "más líquido y menos complejo". Lo que ocurre es que el exceso de remuneración de los depósitos está penalizado con una mayor aportación de garantías al FGD (Fondo de Garantía de Depósitos), al tiempo que reavivaría la polémica sobre el elevado pago de remuneraciones al ahorro en entidades nacionalizadas.

Las grandes entidades, como La Caixa, Santander o BBVA, optaron por transformar sus preferentes en acciones o en deuda subordinada (situadas en el furgón de cola en el orden de prelación en caso de quiebra de la entidad), generalmente convertible en acciones en un plazo de tiempo y unas condiciones determinadas. Pero otros canjes, realizados por entidades más pequeñas que no cotizan en Bolsa, han optado por la modalidad del depósito, que proporciona a los inversores un horizonte temporal, frente al carácter perpetuo de las preferentes, para salir de una inversión que muchos no dudan en calificar como una ratonera. Así, Caja Badajoz (del grupo Caja3) está ofreciendo canjear sus preferentes por una imposición a cuatro años, con una rentabilidad inicial del 2,5% y una penalización del 2% sobre los intereses cobrados y no sobre el principal. Cajasur (de BBK) y BMN propusieron respectivamente depósitos con vencimiento en tres o cuatro años.

Novagalicia y Catalunya Caixa, entidades nacionalizadas y que no cotizan, afrontan un desafío similar al de BFA. En el caso del grupo gallego, las preferentes se han convertido en tema urgente y prioritario. El fiscal general de Galicia, Carlos Varela, prepara una demanda colectiva contra el banco por el tema de las preferentes. Las emisiones vivas de Novagalicia tienen un importe de 903 millones de euros. Unos 338 millones son emisiones antiguas de Caixanova y Caixa Galicia; mientras que el resto son del año 2009, todas ellas con rendimientos netamente superiores al 6%, un gancho que ahora se ha truncado.

Catalunya Caixa tiene 510 millones en varias emisiones. Desde la entidad se asegura que se esperará a que se despeje el futuro del banco para "tener más opciones" sobre las preferentes.

Las cifras

3.131 millones de euros son las participaciones preferentes emitidas por las distintas cajas pertenecientes al grupo Bankia. El grueso es una partida de Caja Madrid emitida en mayo de 2009.903 millones de euros ha emitido Novagalicia, la mayoría de 2009.510 millones de euros en preferentes es la partida de Catalunya Caixa.

El riesgo que se asume en el canje por acciones

Entre febrero y marzo de este año, Bankia llevó a cabo una operación de canje de preferentes y deuda subordinada emitidas por las distintas cajas del grupo BFA: Caja Madrid, Bancaja, Caja Rioja, Caja Ávila, Caja Segovia, Caixa Laietana y la Caja Insular de Canarias. Bankia ofreció el producto más líquido y claro del que puede disponer: acciones de nueva emisión. El grado de aceptación fue superior al 90% en la mayoría de las emisiones. El precio de emisión se fijó en 3,3141 euros.Los inversores salieron de un producto sin vencimiento definido y con un futuro incierto a otro realizable siempre que se desee. Bankia canjeó en total 1.155,25 millones de euros; más de 750 de esos millones fueron en preferentes.Sin embargo, el canje por títulos ha terminado siendo un nuevo quebradero de cabeza para los inversores. El precio de la acción era el resultado de la "media aritmética de los precios medios ponderados de las acciones de Bankia durante 90 días naturales anteriores a la fecha de finalización del periodo de aceptación de la oferta el 23 de marzo" y suponía un descuento del 11% sobre el precio de la OPV. Sin embargo, desde el pasado 23 de marzo, la acción siempre ha cotizado por debajo de los tres euros. Lo máximo a lo que ha llegado son los 2,94 euros del 26 de marzo. Es decir, todo inversor que acudiera al canje y haya vendido después sus acciones lo ha hecho perdiendo dinero. El que las haya retenido, tampoco afronta un futuro mucho mejor: la depreciación desde el canje es del 60% y los precios objetivos de analistas apuntan a una depreciación total del 90%.

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