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No minará la solvencia de la entidad resultante

CaixaBank y Cívica podrán abordar su fusión sin ayuda

Las nuevas provisiones requeridas para el crédito sano al sector inmobiliario no supondrán una amenaza para el proyecto de fusión de Banca Cívica y CaixaBank. Ambas entidades comunicaron ayer cuál es el impacto de este nuevo requerimiento, que no minará la solvencia de la entidad resultante y no hará necesario por tanto la petición de ayuda pública. Banca Cívica, la parte más débil, anunció que debe afrontar provisiones adicionales por 1.287 millones de euros, que se añaden a los 1.248 millones en provisiones de la aplicación del decreto de febrero. Para hacer frente a este último, la entidad ha realizado una dotación extraordinaria de 60,6 millones que ha dejado a cero los resultados del primer trimestre del año. Cívica añadió que, de no cerrarse este año su fusión con CaixaBank, los requerimientos de provisiones dejarían pérdidas netas de 1.143 millones de euros y un déficit de capital por 1.452 millones. Pero tanto Cívica como CaixaBank dieron cuenta ayer a la CNMV de la continuidad de su fusión.

Para CaixaBank, que ya ha encajado todo el impacto del decreto de febrero, las nuevas provisiones supondrán un esfuerzo de 2.102 millones. Añadió que la nueva exigencia no tendrá "impacto significativo adicional ni en patrimonio ni en solvencia" y aclaró que ya ha estimado un importe bruto de 3.400 millones de euros de ajustes a valor razonable del balance de Banca Cívica previo a su integración, que cubren con creces la necesidad adicional de provisiones de esta.

Examen del mercado

La subasta de letras del Tesoro hoy será el primer examen del Gobierno tras la aprobación de la reforma financiera. Tratará de captar entre 2.000 y 3.000 millones en letras a 12 y 18 meses. El jueves volverá a la carga con una subasta de bonos a tres y cuatro años.

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