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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Bruselas: tenemos un problema

Hemos salido de dudas: el déficit fiscal de todas las Administraciones públicas llegó en 2011 al 8,51% del PIB, lo que en plata significa que gastaron unos 90.000 millones de euros más de lo que ingresaron. Los datos publicados ayer por el Gobierno para enviarlos de inmediato a la Comisión Europea revelan un desequilibrio fiscal de 2,51 puntos superior al que el Gobierno de Zapatero aseguró que se registraría incluso después de las elecciones de noviembre de 2011: nada menos que una desviación de 26.900 millones de euros, concentrados, eso sí, de forma mayoritaria en las comunidades autónomas. Ahora el Gobierno de Mariano Rajoy deberá exigir un esfuerzo descomunal a la ciudadanía, tanto a quienes aportan ingresos públicos como a los que los consumen, para cumplir con el objetivo de déficit comprometido con las autoridades comunitarias, y que es del 4,4% del PIB este año y del 3% en 2013.

Señores de Bruselas, tenemos, pues, un problema. Independientemente de que unos Gobiernos tengan más convicción que otros en la reducción del desfase fiscal por considerarlo piedra angular de una política económica sana, si en 2011, con un ligero crecimiento económico, se ha reducido el déficit solo desde el 9,3% al 8,5% (menos de un punto), parece harto complicado contraerlo en cuatro puntos largos en un ejercicio con un escenario recesivo muy intenso. La petición, formalizada ya pero no oficializada, del Gobierno español para que relaje coyunturalmente el esfuerzo exigido a España, empieza a tener tintes de necesidad más que de conveniencia política.

El equipo de Mariano Rajoy ya sospechaba que las cuentas entregadas por el Gobierno anterior no recogían un déficit del 6% en 2011 sino superior al 8%. Con las primeras confirmaciones de tales datos, el Ejecutivo aprobó ya una fuerte subida del IRPF y el IBI desde el primer día del año, así como una no disponibilidad de crédito por valor de 9.000 millones de euros. Una contracción de la renta disponible pública y privada para este año de unos 15.189 millones de euros. Descontando tal cantidad, el Gobierno debería reducir el desequilibrio fiscal en unos 28.926 millones adicionales para llegar el 4,4% del PIB, sea por la vía de recortes del gasto, sea por la de nuevos incrementos de impuestos.

La flexibilidad de Bruselas es, por ello, imprescindible. Pero el principal problema es convencer a los socios comunitarios, y a los mercados financieros, de que esto no volverá a ocurrir, y menos por la desafortunada conveniencia política de maximizar un resultado electoral, algo que han practicado en el último año el Gobierno central socialista y todos los Ejecutivos, socialistas y populares, de las comunidades autónomas. Nada menos que mil euros per cápita cuesta llegar ahora al 4,4%.

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