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Mónica de Oriol e Icaza

La empresaria inquieta

¿Su secreto? Le pierde la curiosidad. Esta mujer polifacética y madre de familia numerosa es la candidata de consenso para presidir el Círculo de Empresarios.

La empresaria inquieta
La empresaria inquieta

Ha contado la historia muchas veces: hubo una etapa en que no podía conciliar familia y trabajo y su marido le propuso montar su propio negocio. Pidió prestadas a su madre 600.000 de las antiguas pesetas y compró Seguriber, una pequeña empresa de seguridad con 18 empleados y un solo cliente. Así comienza la historia de éxito de Mónica de Oriol, la mujer que Claudio Boada, presidente del Círculo de Empresarios, propondrá el próximo 15 de marzo a la asamblea de socios para sustituirle.

Un vistazo a la actividad de esta empresaria de 51 años, madre de seis hijos y abuela de cuatro nietos, y surge una pregunta: ¿de dónde saca el tiempo? Tanto lo valora que no lo pierde en los atascos de Madrid. Va en moto a todas partes, al trabajo o a una cena.

Aquella empresita con la que Mónica de Oriol se lanzó al mundo de los negocios desde la cocina de una oficina que tenía su marido anda hoy sumergida en un proceso de integración con el grupo Umano. La operación, anunciada el pasado 2 de febrero, alumbrará un grupo en el campo de la seguridad y servicios auxiliares que suma más de 6.000 empleados, una cartera de más de 19.200 clientes, una facturación de 150 millones de euros, con presencia en España y Portugal.

Mónica de Oriol es un cóctel de organización, disciplina, curiosidad, inquietud e imaginación. Es presidenta de Secot (Séniors Españoles para la Cooperación Técnica), consejera de Indra, miembro del consejo asesor y patrona de la Fundación Rafael del Pino, vicepresidenta del Círculo de Empresarios y pertenece a International Women's Forum (IWF), entre otros cargos. Además, durante 14 años compatibilizó la docencia con la empresa. Un arte, el de la didáctica, al que tendrá que emplearse a fondo como presidente -prefiere el género masculino- del Círculo de Empresarios para explicar algo en lo que cree firmemente: que el empresario es el que crea empleo productivo, y fomentar que el ciudadano cree su propio guion.

Ella ha escrito el suyo dentro de una de las grandes sagas empresariales españolas. El bisabuelo, José Luis de Oriol y Urigüen, fundó Talgo e Hidroeléctrica Ibérica (después Hidroeléctrica Española y actualmente Iberdrola), compañía que presidieron sucesivamente el abuelo, José María de Oriol y Urquijo, y el tío, Íñigo de Oriol Ybarra. Su padre es el arquitecto Miguel de Oriol Ybarra, autor del edificio Torre Europa en el paseo de la Castellana de Madrid, entre otros proyectos, y su marido y socio, Alejandro Aznar -está casada en segundas nupcias-, es presidente de Bodegas Marqués de Riscal.

Heredó una vocación, pero si hay algo en lo que se considera una privilegiada es en la educación que le dieron sus padres. Se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad Complutense y ha ido sumando conocimientos en la London School of Economics, Esade o Harvard. De 1982 a 1996 fue profesora de Economía Aplicada en la Complutense, el CEU y la Saint Louis University, actividad que compatibilizó con la empresa privada, en la inmobiliaria familiar Momisa hasta convertirse en empresaria.

Lucila Gómez-Baeza, presidenta fundadora de Secot, admira su capacidad para crear una gran empresa partiendo prácticamente de cero. "Se ha forjado a sí misma". Y lo ha hecho gracias a su "formación, disciplina, capacidad de comunicación y simpatía". Se aprecia el cariño que le tiene cuando añade "es guapa y nada presumida". Se conocieron en IWF, una organización que Gómez-Baeza contribuyó a traer a España. Con el tiempo, consiguió que Mónica de Oriol aceptara la presidencia de Secot. Desde allí trabajan para ayudar a crear tejido empresarial. Su último logro ha sido la inauguración hace dos semanas de la Escuela Secot de Emprendedores, en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid.

"Es una convencida de la necesidad de poner en valor la figura del empresario y de hacer todo lo posible por despertar en los jóvenes el espíritu emprendedor, más en estos tiempos de crisis", asegura María del Pino, presidenta de la Fundación Rafael del Pino. La futura presidenta del Círculo de Empresarios reconoce que lo importante es rodearse de gente inteligente. No es experta en finanzas, pero cuenta con uno buenísimo en la empresa; tampoco es abogado, pero en su equipo hay un abogado del Estado. Reparte juego, algo que despierta la admiración de María Benjumea, presidenta de Infoempleo. Les une el Círculo de Empresarios o Secot, y comparten muchas comidas, pero jamás ha visto a Mónica de Oriol salir escopetada. María Benjumea tiene seis años más, pero no le importa confesar que de mayor quiere ser como Mónica.

La presidenta de Seguriber Umano es amiga de sus amigos y siempre está disponible para atender con generosidad los asuntos en los que se ha comprometido, destaca María del Pino. Cuestión que no es fácil de resolver tratándose de una madre de seis hijos y abuela de cuatro nietos. "Sabe cuáles son sus prioridades y todas las tardes, estén donde estén sus hijos, tiene un rato para ellos", señala Lucila Gómez-Baeza.

Le encantan las tertulias y no perdona un fin de semana en el campo. Desde su despacho en Príncipe Pío, tiene una privilegiada perspectiva de Madrid. Aunque ha nacido en esta ciudad, se siente muy unida al País Vasco; allí están sus raíces y las de su marido. La sencillez del espacio habla de su carácter, igual que el cuadro que cuelga de la pared, una obra de un ocupa que compró en Berlín.

Todo en ella conduce al liderazgo, asegura María Benjumea. Por eso, Carmen Mur, presidenta de Manpower y vocal del Círculo de Empresarios, está convencida de que "tendrá el respeto de toda la junta".

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