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Elecciones 2011 - Retos

6. Cómo volver a hacer creíble la apuesta por la I+D+i

Fue una de las banderas que ondeó el PSOE cuando llegó a La Moncloa en 2004. En los ocho años en los que ha gobernado, el gasto en I+D se ha incrementado en un 61% hasta superar los 14.000 millones de euros al año en 2009 (un 1,38% del PIB). Ese fuerte avance, sin embargo, no le ha servido para acercarse, ni de lejos, a los objetivos fijados en la Agenda de Lisboa (la inversión debía llegar al 3% del PIB en 2010) o a la media alcanzada por los países desarrollados (un 2%).

Ese esfuerzo inversor, compartido por empresas y Administraciones, se ha visto empañado porque la senda de crecimiento que había experimentado el gasto en I+D, contabilizado por el INE desde 1981, se vio truncada en 2009 y con toda seguridad (el dato se conocerá la próxima semana) también lo hará en 2010.

Y ese retroceso hará volver el gasto a los niveles registrados en los años previos a la crisis, en gran medida por la menor contribución del sector privado. En cuanto la falta de actividad y de ingresos se ha acentuado, las empresas han optado de forma mayoritaria por recortar los presupuestos destinados a esa partida y han dejado todo el peso de la inversión a la Administración pública. Buena prueba de ella son los últimos datos de gasto, correspondientes a 2009, en los que se constata que la inversión pública subió un 9,5% en tasa anual y la privada cayó un 6,3% en el mismo período.

Por lo tanto, uno de los primeros retos que afronta el próximo Gobierno es tratar de mantener e incluso de no recortar el gasto público, pese a la necesidad de cumplir con la senda de consolidación fiscal (el déficit no debe superar el 3% del PIB en 2013). Y para ello también deberán estimular a las empresas, en especial a las pequeñas y medianas, para que persistan en su apuesta por la I+D+i y no recorten sus gastos.

En el programa electoral con el que ha comparecido el PP a estos comicios se vislumbran tres de esas líneas de actuación: impulso a instrumentos de cofinanciación público-privados, con atención especial a las empresas "emergentes, pymes innovadoras y a los sectores más estratégicos, actualización de los incentivos fiscales a la I+D y potenciación del papel de los centros tecnológicos como nexo de unión entre el sistema científico y las pymes.

¿Sin ministerio?

Otra cuestión que deberá resolver el nuevo Ejecutivo es quién se encargará desde la Administración pública de gestionar los fondos para políticas de I+D+i. Hasta 2008 lo hizo fundamentalmente el Ministerio de Industria y en última legislatura se trasladó al Ministerio de Ciencia e Innovación. Todo apunta a que este Ministerio tiene los días contados y que seguramente será degradado a rango de secretaría de Estado, tal y como sucedió con los Ministerios de Igualdad y Vivienda.

Asimismo, queda por dilucidar que organismo público se hará cargo de las ayudas públicas a las empresas, si bien el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), como en la actualidad, o si se creara una gran agencia que gestione todas las ayudas públicas.

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