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José Pérez Fernández

El economista ilustrado

Ha sido la mano derecha de Luis Ángel Rojo en el Banco de España. Figura clave del sistema financiero español, acaba de ser nombrado presidente de Banco Madrid

El economista ilustrado
El economista ilustradoCINCO DÍAS

Hubo un momento, cuando era profesor ayudante en la cátedra de Luis Ángel Rojo, en que José Pérez dudó qué camino seguir: la vida académica o el servicio público. Ganó el gran apego que tenía al profesor y se marchó con él al Banco de España. José Pérez es una de las figuras clave del sistema financiero español. El desarrollo de los sistemas de pagos, la creación de los mercados de deuda pública, la preparación de la incorporación al Sistema Monetario Europeo, la supervisión bancaria en los años 90... En todos los campos se ha sentido afortunado.

Su trayectoria le lleva ahora a la presidencia no ejecutiva del Banco Madrid, en una nueva etapa para la entidad, que estará controlada por capital andorrano. Hace un año, Kutxa dejó en manos de la Banca Privada de Andorra (BPA) el Banco de Madrid. Los andorranos han tenido que esperar a que su país firmara con España un convenio de intercambio de información que le alejaba del estatus de paraíso fiscal. El Banco de España pedía garantías de buenas prácticas bancarias. Ninguna mejor que un ejecutivo de absoluta confianza.

A José Pérez se le considera el alumno aventajado de Luis Ángel Rojo, fallecido el pasado mes de mayo. Para Pérez, trabajar con el profesor ha sido un regalo de la vida. No dudó en seguirle al Banco de España. "Se vio como un servidor público ilustrado, como Rojo", señala Carlos Sebastián, catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad Complutense y compañero de aquellos tiempos en la cátedra.

Han sido 25 años en el Banco de España. La primera vez que entró en la sede de Cibeles, José Pérez era un becario de investigación que estudiaba la estructura de financiación de la empresa española. En 1972, se incorporó al Servicio de Estudios, que dirigía desde el año anterior Ángel Rojo. Fue su mano derecha en unos años en que había que instrumentar la política monetaria española. Lo contaron en La política monetaria en España: objetivos e instrumentos, publicado por el Banco de España en 1977, hoy agotado. Carlos Sebastián destaca de José Pérez su enorme capacidad analítica y la precisión con la que escribe.

Se ha movido en campos muy distintos. Manuel Conthe, ex director general del Tesoro, le considera el autor intelectual del mercado de futuros sobre deuda pública española, a finales de los años 80. Conthe tenía entonces como jefe a Pedro Pérez, secretario de Estado de Economía y hermano de José.

En 1992, Rojo fue nombrado gobernador y José Pérez pidió pasar a la acción. Le nombraron director general de Inspección. Eran años de tranquilidad en los mercados españoles. Hasta que se produjo la intervención de Banesto. Fue su servicio el que dio la alerta. La intervención de la entidad que presidía Mario Conde se hizo con los informes de la Inspección que José Pérez dirigía. Años después, explicaría que "había una clara insolvencia contable, se había consumido el capital. El banco no podía salir adelante sin un plan de saneamiento".

Su carrera en el banco central terminó en 1995. Se habló de que se marchaba con la aspiración insatisfecha de no haber sido nombrado subgobernador. La explicación que él ofrece a sus amigos es que la curiosidad le llevó al otro lado de la calle. Pérez aceptó la propuesta de Pedro Luis Uriarte, vicepresidente del BBV, para incorporarse a la entidad para hacerse cargo de la dirección del área de mercados. El economista, que llevaba en la cabeza las entrañas de la banca española, tuvo que esperar seis meses antes de incorporarse a la entidad. El banco estaba llevando a cabo su expansión en Latinoamérica y él intervino en la organización. A continuación, se produjo la fusión con Argentaria, a la que no sobrevivió.

Su último destino profesional ha sido la presidencia de la consultora Intermoney. Desde el puesto, ha asesorado al Gobierno en el proceso de transformación de las cajas. De hecho, se le considera el padre de los SIP (Sistema Institucional de Protección). Una gran experiencia, igual que formar parte del Grupo de Expertos de Alto Nivel para la Supervisión Financiera Europea, que elaboró el Informe Larosière.

La opinión de este malagueño se escucha en otros foros, como el consejo de sabios creado recientemente por Funcas para orientar sus tareas investigadoras o el International Advisory Board del Grupo Banca Cívica para apoyar su desarrollo internacional.

Todas las experiencias le parecen buenas y fructíferas. ¿Qué más puede pedir a la vida? Seguro que un buen libro, porque Pérez es lector compulsivo. Acaba de terminar El cortador de cañas de Tanizaki y empieza Falk una remembranza, de Conrad. También le gusta la escultura y la pintura. Disfruta con estas pasiones en vivo, cuando los ahorros le permiten hacer un viaje, aunque también procura tener obras en casa, de artistas como Susana Solano, Spalleti o Ángela de la Cruz. Si la lectura es una ventana al mundo, la música, concretamente la ópera, es recogimiento. Escuchar a Mozart, Verdi o Wagner en casa, con una copa al lado, es un placer. El cine es otra de sus pasiones. Nunca falta a la cita semanal, la última, la española Black Thorn. Solo el fútbol altera su curiosidad intelectual. Es del Barça, una "perversión de la infancia".

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