Y llegó la primera nacionalización
La reconversión de las cajas de ahorros se está produciendo a toda velocidad. A tanta que tan solo en tres días se han producido tres hitos realmente históricos. El primero, el miércoles, lo protagonizó Bankia saliendo a Bolsa. Un día después, emprendió el mismo camino Banca Cívica. Ambas consiguieron sortear las incertidumbres y cerrar sus debuts en tablas. Dos pruebas superadas, en suma. Sin embargo, solo eran dos pasos en un largo camino. Y el tercero no se ha hecho esperar. Sin dar la más mínima tregua, el Banco de España decidía el viernes dar vía libre al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para que tomara las riendas de la CAM. Se producía así el primer caso de nacionalización de una entidad financiera desde la gran reforma del sistema financiero que puso en marcha el Gobierno hace tan solo unos meses.
La intervención tiene efecto inmediato, supone el relevo de los administradores de la entidad, incluida la directora general, así como la inyección de 2.800 millones de euros mediante la suscripción de acciones. En paralelo, se concede a la entidad intervenida un línea de crédito de 3.000 millones de disponibilidad inmediata para garantizar una liquidez que le permita afrontar sin problema cualquier retirada de fondos. Con esta medida, el Banco de España pretende lanzar un mensaje de tranquilidad a los clientes con ahorros depositados en la entidad.
Tras las acciones inmediatas, el nuevo equipo gestor, designado por el FROB, procederá a la reordenación de la entidad con la finalidad de venderla en un concurso, tal y como recoge la normativa que regula el funcionamiento de este tipo de intervenciones.
En realidad, la nacionalización de la CAM empezaba a estar descontada. El grupo mediterráneo se integró inicialmente en un SIP, Banco Base, en el que estaba acompañado por Cajastur, Caja Canarias y Caja Extremadura. No obstante, a finales de marzo, y con el plan de integración presentado en el Banco de España, el SIP saltó por los aires y la CAM decidió continuar el camino en solitario, para lo cual necesitaba 2.800 millones.
Desde entonces hasta ahora, la entidad ha estado negociando con el Banco de España posibles soluciones para su capitalización hasta que el pasado jueves, la comisión ejecutiva del regulador decidió darle un plazo de 10 días para que presentara una salida satisfactoria. La respuesta de la CAM fue inmediata. Ante la imposibilidad de cerrar un plan alternativo, decidió, en la mañana del viernes, solicitar al Banco de España la entrada del FROB.
El desembolso de 2.800 millones del FROB permitirá a la CAM lograr un capital principal superior al 10%, después de que las pruebas de resistencia de la banca europea publicadas la semana pasada le concedieran un suspenso, un 3%. Esa tasa estaba claramente por debajo del 5% exigido para que aprobara el test de estrés y del 8% que el Gobierno español pedía al sistema financiero nacional.
Con esta decisión, Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha decidido intervenir ya tres cajas de ahorros desde que estalló la actual crisis financiera. La primera fue Caja Castilla La Mancha (CCM), durante el mes de marzo de 2009, y la segunda Cajasur, en mayo del año pasado.
Más allá de la historia de una intervención cantada y de los trámites técnicos del proceso, lo más relevante de la intervención del Banco de España es el mensaje que lanza. No le temblará el pulso y va a cumplir sí o sí el plazo que se ha fijado para acabar con la reestructuración de las cajas de ahorros, cuya fecha tope está fijada el 30 de septiembre. Una vez cerrados los tres primeros capítulos del proceso, Catalunya Caixa, Unnim y Novacaixagalicia se antojan los siguientes, cada uno con sus peculiaridades, en la lista del Banco de España para solucionar sus problemas de capital lo antes posible. Y es vital que se haga con la misma contundencia y rapidez que en los caso anteriores porque si alguna reforma estructural es importante, vital para la futura recuperación, esta es la del sistema financiero. Al fin y la cabo, es el encargado de inyectar el combustible a los motores que han de mover la economía española.